Devuélveme las alas

Parte 63

Había una satisfacción enorme en la cara de Jihoon mientras miraba la pantalla de laptop, él dejo de lado el trabajo que estaba haciendo para buscar información sobre las primeras semanas de un bebé, se encontraba maravillado al ver las fotos especialmente cuando encontró una imagen de un embrión de 20 semanas que parecía estar a gusto en ese lugar. Saco del cajón la foto que tomo del sobre con los resultados de Taeil y se quedó mirando ese puntito blanco, ahora ya estaba cumpliendo 6 semanas, el tiempo pasaba rápido, llevo su mano hasta la imagen volviendo a sonreír, se sentía muy feliz de que su pececito, como él le decía; estaba en camino pero a la vez sentía un poco triste de saber que el pelinegro pasaba cada día ignorando su estado, todos los días era una lucha constante para que cenara o tomara sus vitaminas que seguían intactas, quería saber hasta cuando seguiría así, no le gustaba saber que Taeil viviera rechazando al bebé hasta el final, él solo quería una familia.

La puerta de su oficina sonó y rápidamente guardo la foto cerrando la pestaña del buscador haciendo como si estuviera observando unos papeles.

-Adelante- dijo.

Una de sus secretarias ingreso saludándolo –Joven Jihoon, lo están buscando-

-¿Tenía una cita a esta hora?-

-No, pero me dijo que es alguien muy cercano a usted-

El castaño se quedó pensando en quien podría ser -¿Dónde está?-

-En la sala de invitados-

-Gracias-

Se colocó de pie saliendo de la oficina, caminando mientras arreglaba su traje, no estaba seguro de quien era pero aun asi fue y cuando llego vio a una mujer de espaldas, vestía un abrigo beige y su cabello le llegaba hasta la cintura, no la podía reconocer bien.

-Disculpe...-

Ella se dio cuenta volteando para verlo y apenas lo hizo sonrió con mucho entusiasmo.

-Waoh Jihoon, ¿Cuándo tiempo?-

El castaño no podía creer lo que veía, habían sido tantos años que borro de su memoria, nunca imagino encontrarla de nuevo, lucia más elegantes pero definitivamente era la misma.

-¿Sully?-

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Caminando de un lado a otro en esa esquina, estaba pensándolo bien si debía o no hacerlo, primero se armaba de valor pero a los dos pasos regresaba de nuevo, ¿Por qué era tan difícil?, lo pensó una vez más y tomo aire relajándose ahora si decidido. Fue con la cabeza en alto ingresando al hospital hasta el lugar que debía, todo lucia igual que siempre; enfermeros, enfermeras y doctores, todos caminando con sus batas bonitas de estampados tiernos, niños en los pasillos y padres de familia.

Algunos enfermeros del lugar lo habían reconocido saludándolo, se sentía bien de saber que se estaba siendo conocido en ese pabellón. Fue directo al cuarto de juegos y en el camino algunos niños lo seguían.

-¡Vino el capitán!- grito uno de ellos dentro del cuarto y todos voltearon recibiendo al mayor que sonreía orgulloso de saber que lo extrañaban.

Se llenó de abrazos y risas saludando a cada uno.

-¿Cómo han estado?- pregunto.

-¡Bien!- gritaron algunos en coro.

-¿Por qué no has venido antes?-

-Sí, pensamos que nos abandonaste-

Kyung sonrió –Tenía que hacer algunas cosas pero ya estoy aquí-