Del Odio Al Amor

11.

El chico comenzaba a abrir los ojos lentamente... pronto su amigo en la habitación se acercó para ayudarle...

-¿qué... paso?- se sentía débil, la luz en la habitación no le ayudaba para nada y con dificultad el rubio

-Aomine-kun dijo que estabas ebrio y te trajo...- y fue cuando apenas Kuroko menciono a aquella persona que Kise recordó todo...

Sentía como le hervía la sangre al recordar lo sucedido la noche anterior, y no era para menos, pero pensaba vengarse del moreno, claro que no se quedaría de brazos cruzados...

Se metió a la ducha y lavo minuciosamente su cuerpo, intentando de esa manera borrar las marcas que el moreno había dejado en el... cuando salió, busco en su maleta aquellas pastillas que había comprado por precaución y agradecía en aquel momento haberlo hecho...

Camino a paso seguro por los pasillos de la mansión hasta llegar a la habitación de Aomine, y no espero nada para abrir la puerta... claro que no...

Lo vio saliendo del baño y no dudo un solo momento, camino aún más seguro que antes y le dio una fuerte bofetada... el ruido hizo eco en toda la habitación, sin embargo ninguno pronunciaba palabra alguna...

Antes de que pasara más tiempo, Kise golpeo nuevamente a Aomine, pero esta vez el moreno tomo sus muñecas...

-¡Suéltame, bastardo hijo de puta!- grito mientras se liberaba del agarre del moreno...

-¡ya cálmate, maldición!- pero Kise golpeaba el pecho del moreno con rabia... frustrado... Aomine tomo ambas muñecas del rubio y acerco su rostro al ajeno...

-¡Suéltame!- grito Kise apartándose nuevamente- escúchame idiota, solo porque he dormido contigo no te da el derecho de hacer lo que hiciste...

Kise fruncía el ceño al mirar a Aomine... aunque poco y nada pudo hacer cuando noto que el moreno acercaba su rostro lentamente...

-¡Que cre-!

No pudo terminar, porque los labios de Aomine apresaron los propios en un muy suave beso...

Aomine estaba hipnotizado por aquellos labios que, aunque solo salieran insultos para él, Aomine no podía dejar de pensar en el dulce sabor que tenían... en su suavidad...

-no me toques...- dijo el rubio apenas se separaron...

-se mío- dijo Aomine dejando atónito a Kise...- se mío y de nadie más- dijo seguro... el rubio lo miro fijamente y después negó con la cabeza...

-no- Kise bajo la mirada para no ver aquella expresión, que el presumía, Aomine pondría- si quieres sexo, y si tengo ganas, lo hare contigo, pero no quiero nada más que eso...

Sin dejarle tiempo a responder, Kise abandono la habitación...

Luego de unas horas, la Kiseki comenzó el viaje de retorno, la tensión entre el rubio y el moreno era más que evidente... y no era para menos... el resto de la Kiseki podía notar como Aomine no dejaba de mirar a Kise y como el rubio no se volteaba y mucho menos se acercaba al moreno...

El viaje fue en silencio total, pero Kise lo único que quería era llegar pronto a casa... a SU casa... aunque estuviese vacía... mientras recordaba la comodidad y lo acogedora que era su cama... una llamada lo interrumpió...

Miro la pantalla de su teléfono, y con molestia decidió levantarse a un lugar más privado para contestar...

-dime- dijo más molesto que nada...

-Hijo mío, ¿Cómo has estado?

-dime pronto lo que quieres- dijo en un tono frio...

-no me dirás ni un hola, hijo, que mal te ha hecho vivir solo tanto tiempo- escucho una risa al otro lado de la línea, cosa que lo enfureció más que nada- te llamaba para saber cómo estabas, tu padre se preocupa por ti...- esa última frase lo hizo irritarse aún más...

-si no quieres nada, voy a colgar- un sonido de cosas cayendo lo hizo separar un poco el teléfono de su oído...

-¡No me cortes! Hijo...- y aquí venia lo mismo de siempre- solo quería saber si me podrías prestar algo de dinero... ya sabes... los negocios no han ido como esperaba...

Siempre era lo mismo... aquel hombre cada vez que lo llamaba le pedía dinero... lo mismo que su madre... desde que se hizo famoso se había convertido en el banco de sus padres... pero a pesar de todo, Kise nunca se negaba...

Acordó reunirse con el hombre y darle el dinero que le pedía... corto la llamada antes de que su progenitor se pudiese despedir de él... y se quedó ahí... mirando a la nada... pensando en lo agradable que sería tener una familia amorosa... unos padres que se acordaran de él, que se preocuparan de él y que no solo lo llamaran para pedirle dinero... o en el caso de su madre, a veces ebria para decirle que ha arruinado su vida... o que es una vergüenza para la familia...

Un poco más calmado, quiso volver a su asiento, pero aquel hombre que lo había atormentado las últimas horas lo acorralo a la pared...

-¿con quién hablabas?- dijo molesto, muy molesto...

-con nadie que te importe- molesto el rubio empujo a Aomine y camino a su asiento...

Kise no podía estar tranquilo... tenía ya muchos problemas con su familia... y ahora tenía problemas con el idiota de Aomine... por otro lado, Aomine no podía evitar pensar que el rubio tenia a más personas como "el" a su lado...

Es decir... el rubio era un omega atractivo... de eso no había duda... y de solo pensar que pudiesen existir más hombres además de él que conocieran el cuerpo del rubio lo tenía más que molesto... pero la gota que derramo el vaso fue cuando recordó a Haizaki... el rubio y el idiota ese habían sido pareja...

Y lo que lo molesto más aun fue... Kise no era virgen... no... claro que no... pero si bien Aomine estaba molesto... ¿eran celos? Ni él lo sabía...

Para suerte del rubio, habían llegado a su destino... la Kiseki se fue a sus respectivos hogares... y Kise corrió para no tener que irse junto al moreno...

Entro a su desolado hogar... o al menos eso parecía...

-hey, precioso... cuanto tiempo sin verte- dijo aquella voz que él podía reconocer a la perfección...

-¡Qué demonios haces aquí!- tiro su bolso en la sala...- ¡vete de mi casa, Shogo!

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un capitulo muy intenso, nos vemos pronto!!!