35.

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-me niego- dijo Aomine mientras miraba fijamente al rubio frente a él, pero Kise no iba a ceder.

-Aominecchi... sabes que aunque te niegues lo hare igual...- Kise le sonrió de manera coqueta mientras que Aomine intentaba resistirse lo mejor que podía.

-pero... algo puede pasarte mientras estés trabajando...- dijo haciendo una especie de puchero pero Aomine no haría eso.

-amor... llame al presidente de la compañía y el me prometió que no haría ningún trabajo muy pesado...- Aomine lo vio con los ojos abiertos de par en par.

-¿Cómo me has llamado?- Aomine sonrió con arrogancia mientras que Kise se sonrojaba a mas no poder

-pues... ¿así debo llamarte, no?- Aomine se puso de pie y camino hacia Kise para darle un pequeño beso en los labios

-puedes llamarme como quieras... pero no significa que me vayas a convencer acerca de ese trabajo tuyo...- Kise rodeo el cuello del moreno con sus brazos y lo acerco para darle un beso más profundo- bueno... quizás así... lo piense...

Kise sonrió y arrastro al moreno hacia su habitación para "convencerlo"

A pesar de las quejas que tenía acerca de que Kise comenzara a trabajar nuevamente, le dejo hacerlo porque pensaba en cómo se sentía cuando el hijo de puta de Yukio le había obligado a dejarlo... además ahora solo sería estilista... nada más se preocuparía de la ropa que vestirían los modelos.

Las cosas iban de maravilla entre la pareja... el bebé crecía sano y fuerte para fortuna de ambos, incluso les habían dado un aproximado de cuando nacería.

Aomine sentía que no podía pedir nada más, pronto comenzaría a trabajar en las comisarías del lugar, para comenzar a trabajar, sus padres estaban llevando el embarazo de maravilla y eso le hacía sentir aún más tranquilo.

-¿Qué has dicho?- Aomine estaba en blanco frente a Sakurai

-eso... lo siento... sé que esta por tener un bebe... pero... quería decirlo antes de que los internados nos separaran...- dijo avergonzado el chico.

-wow... bueno...- Aomine se sentía mal por aquel chico, pero su corazón era fiel a sus ideales- lo siento... pero ahora mi familia está por crecer con la persona que amo, por lo que no puedo corresponder tu sentimientos.

El chico asintió y se fue de ahí... Aomine había tenido confesiones antes... pero nunca de un amigo... o al menos de alguien que el considerara cercano.

Cometió el error de decirle a Kise... y aunque se molestó y le hizo dormir en el sofá por dos días seguidos, luego se reconciliaron de la mejor manera.

Kise tenía cerca de siete meses de embarazo, su trabajo iba bien y Aomine había comenzado a trabajar en la comisaria que estaba cercana a su lugar de trabajo.

Ambos tenían la suerte de poseer horarios similares por lo que Aomine siempre esperaba al rubio para ir a casa.

-he pensado en algo...- Kise iba tomado de la mano de Aomine mientras caminaban hacia casa...- ¿Qué tal si el bebé no me quiere?- Aomine quiso reír ante ese comentario pero resistió de la mejor manera que pudo.

-amor...- Aomine rodeo la cintura del rubio y se puso frente a él- el bebé te amara igual como yo te amo... porque eres la mama más sexy que puede existir en el planeta...

-solo me estas adulando...- hizo un puchero mientras el moreno comenzaba a darle algunos pequeños besos.

Ambos llegaron a casa entre pequeños besos y algunas caricias pequeñas mientras reían y charlaban de cosas acerca del bebé.

La felicidad llenaba por completo la vida de la pareja, habían tenido algunas pequeñas discusiones pero nada más allá.

-Kise-san ¿se siente bien?- una chica se le acercó al rubio en mitad de su labor.

Esa mañana el rubio se había sentido un tanto extraño pero no había querido comentarle nada al moreno, debido a que probablemente de ser así, Aomine no le dejaría salir.

Kise tenía siete meses y tres semanas, y el peso del bebe le había cansarse con facilidad, aunque disfrutaba a tal punto su trabajo que no quería dejarlo.

Aomine se había adaptado completamente a su nuevo horario y trabajo, por lo que aunque ambos estaban más ocupados, eran felices en su trabajo.

-oh por dios...- Kise sintió que su cuerpo se congelaba al ver a cierto chico entrar al lugar.

-miren que casualidad... Kise Ryouta...- el rubio miro al chico y sonrió para no arruinar el momento

-Haizaki... no sabía...- Kise no supo que hacer en el momento...- no sabía que trabajabas aquí...

-sí, bueno... comencé a trabajar en montaje hace poco...- Haizaki noto que Kise respiraba con dificultad- hey, ¿te encuentras bien?

Kise sentía que el aire comenzaba a faltarle... pensó que estaba por desmayarse pero cuando sintió un líquido correr por sus piernas se asustó demasiado.

-¡demonios! ¡Una ambulancia!- las lágrimas corrían por su rostro.

Kise estaba asustado... se suponía que su bebe no tendría que nacer en ese momento pero el dolor que atravesaba su cuerpo le decía que en cualquier momento el bebé vendría.

Aunque el como Hombre omega, no tendría que tener este tipo de contracciones, Kise sentía que a cada dolor que recorría su cuerpo podría desmayarse.

Cuando llego al hospital, lo único que pudo recordar fue a Haizaki diciéndole que llamaría a Aomine...

Kise necesitaba saber que su amor estaría junto a él en aquel momento... pero lo último que vio antes de dormirse fue a una de las enfermeras diciéndole que todo estaba bien.

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Aomine estaba terminando de hacer sus quehaceres cuando recibió una llamada desde el teléfono de Kise, respondió como solía hacerlo pero cuando escucho la voz de otro hombre sintió la ira recorrer su cuerpo, aunque poco duro ya que, antes de poder pensarlo, ya se encontraba corriendo hacia el hospital.

Cuando ingreso al lugar, vio a Haizaki y quiso golpearlo, porque Aomine estaba seguro que él tenía algo que ver con que Kise entrara en labor de parto, pero ignoro aquello y entro a la sala para ver como nacía su pequeño.

Aunque no pudo hacer mucho, ya que, Kise había sido sedado completamente debido a dolor intenso que sentía.

Aomine caminaba de un lugar a otro en el cuarto de espera, de alguna manera contacto con Kagami, y pronto todos sus amigos se encontraban junto a él.

Luego de una hora interminable, una enfermera salió para buscarle.

Su pequeño había nacido... pero era demasiado pequeño...

Aomine pudo tomarlo en brazos solo para poder susurrarle su nombre, antes de que la enfermera lo pusiera en una incubadora...

-te amo... mi pequeño Aoi...






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demasiados feels?

esperen el proximo con ansias jejeje viene pronto

Del Odio Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora