19.

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Salió de la cancha decidido, había reaccionado luego de que su mente se enfriara y podía sentir que nunca antes había estado tan seguro de algo en su vida.

-¡Kise!- corrió al verle a lo lejos mientras con dificultad caminaba, y claro, aquel enano estaba con él.

-Aomine- dijo con un tono de voz entre molestia y desagrado.

-Kise, quiero hablar contigo- el moreno miro a Kasamatsu- a solas.

-lo siento, amigo, pero eso no será posible- el capitán del equipo contrario se paró entre Aomine y Kise, sin soltar a este último.

-nadie habla contigo, enano, y tu no eres nadie para decir eso- Kise no sabía cómo reaccionar ante esa discusión, iba a decirle a su senpai que no se preocupara, que estaría bien pero nunca espero que el dijera aquello.

-claro que me incumbe, él es mi pareja- Aomine abrió los ojos como platos, pero luego fruncio el ceño a más no poder.

-¡Mientes!- Aomine se acercó un poco a Kasamatsu pero Kise se interpuso entre ellos.

-no miente- Kise se giró un poco y tomó la mandíbula de Kasamatsu y le depositó un pequeño beso- yo lo amo.

Y no se podría decir en aquel momento quien estaba más sorprendido, si Yukio al ser correspondido o Aomine al sentir como su corazón comenzaba a doler.

Los días siguientes al partido fueron extraños para Aomine, sentía la necesidad de ir y dar el ciento por ciento por ganar el corazón del rubio, sin embargo, no le hallaba mucho sentido.

No valía la pena pelear una batalla perdida...

Ese pensamiento lo acosaba día y noche.

La sonrisa del rubio está siempre en su mente, pero no era para él, y eso lo hacía enfurecer...

-Dai-chan, ¿iras a ver a Ryo-chan?- le dio un gruñido en respuesta y se volteó hacia el lado contrario.

La peli rosa soltó un suspiro y comenzó a caminar dentro del Instituto.

Habían sido amigos durante años, y ella sabía, quizás mejor que nadie, que dejar que Aomine ordene sus pensamientos en soledad era una pésima idea.

Pero ella sabía que hacer, claro que si, pero sentía miedo de que el moreno no quisiera cooperar o que el rubio la odiara por lo que pensaba hacer.

Satsuki sólo esperaba que nada se le fuera de las manos.

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Nunca en toda su vida había sentido tanta alegría como ahora.

Kise despertaba con una gran sonrisa y se dormía con una sonrisa aún más grande.

Estar junto a Yukio era lo mejor que le había pasado en toda su vida, y tal parece que para su senpai, era igual de dichoso.

-Yukio-san...- dijo con voz melodiosa mientras el contrario acariciaba su rostro.

-dime, amor, ¿qué pasa?- respondió y Kise solto una pequeña risa al notar el cariño con el cual le habían llamado.

-quiero helado- dijo con un puchero y Yukio no tardó en darle un tierno beso en los labios.

-todo lo que el chico más tierno y lindo del mundo quiera- ambos se pusieron de pie, ya que, habían estado recostados en aquel parque por un rato, y caminaron en dirección a una heladería.

El pequeño tomó la mano de Kise y este se sonrojo en respuesta. Las primeras veces, Kise se ponía extremadamente nervioso, incluso no supo cómo decirle que quería ir de la mano la primera vez. Pero Yukio si notó aquel detalle, y gustoso, acercó su mano a la delicada mano del rubio para comenzar a caminar.

Ahora esos pequeños gestos eran algo común entre ellos, los besos y las caricias eran algo que ambos disfrutaban.

-uno de chocolate y otro de vainilla por favor- Kise sonrió ante eso, el amaba el chocolate y le ponía muy feliz que Yukio recordará esas cosas.

-me encanta que conozcas mis gustos- puso ambos brazos alrededor del cuello del moreno y este sonrió antes de darle un pequeño beso.

-yo se todo acerca de ti- ambos estaban sumergidos en aquella burbuja que no tomaron atención de la chica que les entregaba su helado...

Así como tampoco vieron al peli plateado que los miraba desde lejos.

-¿Ryo-chin?- la perezosa voz de Atsushi les hizo separarse.

-¡Murasakibaracchi!- el rubio sonrió y se acercó más al gigante- ¿cómo has estado?

El gigante lo miro con pereza y luego vio al chico que estaba junto a él.

-bien- murmuró apenas mientras caminaba hacia Yukio- tu eres muy pequeño.

Yukio quiso responder algo pero el gigante lo miraba fijamente con una expresión aterradora, a vista de Yukio.

-moo~ no molestes a Yukio-san- Kise se puso a un lado de su pareja y sonrió- Yukio-san, el es Murasakibara Atsushi, un Ex compañero de Teiko- el gigante asintió solamente- Murasakibaracchi él es Kasamatsu Yukio, mi senpai y pareja- el rubio sonrió radiantemente mientras ambos chicos se miraban sin siquiera parpadear.

Yukio acerco su mano para estrecharla con el titan, cosa que Atsushi hizo con una mueca de pereza.

-y... ¿qué estas haciendo aquí?- pregunto el rubio para quitar un poco la tension del ambiente.

-Muro-chin se molesto conmigo...- dijo Atsushi- esta molesto porque le dije que era molesto... y pequeño- Kise rió un poco.

Si bien, ese día que se conocieron, Himuro se había sentido incomodo ante la presencia de Atsushi, al compartir salón y estar ambos en el internado. Aunque claro, cada uno en un edificio aparte. Su relación había mejorado un poco, pero cada vez que daban un paso hacia adelante, el peli morado se encargaba de retroceder dos.

Lo ultimo que había sabido Kise de la pareja, era que Himuro estaba molesto por los celos de Atsushi, siendo que no eran ni pareja, y que el moreno no consideraba que fuesen ni amigos.

-un gusto, pero nos vamos- Yukio tomó del brazo a Kise y comenzó a arrastrarlo lejos de ahí.

Kise interpreto aquello como que el moreno quería su atención solo para el... aunque para Yukio fue mas bien para dejarle en claro a ese alto sujeto de aspecto sospechoso, que ahora el rubio estaba con el y que por nada del mundo le dejaría estar con alguien mas...

Del Odio Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora