38.

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-¿Estás listo, mi amor?- Aomine rodeo la cintura de Kise mientras repartía besos en su cuello.

-aun no estoy convencido de esto- dijo el rubio mientras soltaba algunas risas.

-amor... sólo será una noche...- Aomine puso las manos en el torso del rubio- nuestro bebé te tiene para el todo el día... papi quiere un tiempo a solas con mami.

Kise río ante el comentario pero se dejó hacer por el moreno mientras terminaba de guardar ropa en una pequeña maleta de bebé.

-bueno... papi debe entender que ahora debe compartir a mami con su pequeño bebé.

Kise se volteo a mirar al moreno mientras ponía sus brazos rodeando su cuello.

-no sabes lo ansioso que me tiene esta noche... amor...- susurró el moreno en los labios del rubio.

-yo también lo espero...- ambos unieron sus labios en un pequeño beso que no logró llegar a más, ya que, el timbre sonó.

Los padres del moreno, junto a su pequeño, entraron al hogar para tomar a su nieto.

Esa noche, ellos cuidarían al pequeño Aoi mientras ellos salían y disfrutaban la compañía del otro.

-¿Estás listo, Ryouta?- Kise salió del baño mientras que Aomine se sentía embobado a más no poder- ¿pasa algo?

El moreno negó mientras tomaba al rubio entre sus brazos y lo alzaba un poco.

-aun no puedo comprender lo perfecto que eres...- Kise se sonrojo ante los comentarios de Aomine y le dio un pequeño beso.

-vamos antes de que no queramos salir...- susurró contra los labios del moreno y este hizo lo mismo mientras asentía.

Tuvieron una agradable cena en un lugar no muy lejano pero que les permitió la privacidad que querían.

Aomine se sentía un hombre afortunado... Y no era muy diferente de lo que el rubio sentía.

Ambos querían que aquel momento fuese eterno, sólo ellos en aquel lugar mirándose fijamente... como los enamorados que eran.

Volvieron a casa de la mano mientras hablaban de muchas cosas, del futuro, de su hijo... de su matrimonio.

Al poner un pie en el hogar de ambos, se miraron con aquella expresión que decía todo y a la vez nada.

Aomine fue el primero en moverse. Puso su brazo rodeando la cintura del rubio mientras pegaba su cuerpo al mismo.

-no sabes cuánto he esperado por estar a solas contigo...- susurró el moreno mientras besaba el cuello del rubio.

Y es que era verdad... habían intentado tener un tiempo a solas durante la semana pero cada vez que lo intentaban Aoi les interrumpía, por lo que decidieron esperar y dejar a su bebé a cargo de sus abuelos durante una noche.

-no... No eres el único ansioso...- Kise hablaba entre suspiros al sentir como el moreno dejaba algunas marcas en su cuello.

-entonces... no me detendré...- las manos del moreno viajaron por el cuerpo del rubio mientras le subía la ropa.

-la... la cama...- Kise no podía pensar en nada coherente en ese momento... apenas podía estar de pie.

Aomine pasó su brazo por detrás de las rodillas del otro y luego tomo al rubio entre sus brazos.

-quiero practicar para la boda...- le susurró el moreno al rubio haciendo que este se riera.

Llegaron a tientas a su habitación y Aomine dejó al rubio sobre la cama de manera delicada... como si fuese lo más precioso del mundo, y para el sí lo era.

Del Odio Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora