Capitulo 2

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Un millón de preguntas pasaban por la mente de Liam, tanta que parecía que se atragantaba con sus palabras.

-¡¿Que era eso?! ¿Que o quién eres tu? ¿Porque tienes una espada? ¿Que era eso que salia de tus manos? ¿Que...

-Dime, ¿prefieres que conteste todas esas preguntas o que te quite el veneno que se extiende por tu cuerpo? -Pregunto interrumpiendo el maratón de preguntas de Liam.

-¡¿Veneno?!

Liam intento levantarse rápidamente y lo logró pero no duro mucho, en pocos segundos sus piernas se debilitaron dejando caer su cuerpo. El chico de la capa negra lo recogio enseguida.

-¿Dónde puedo curarte?

- Mi apartamento... Creo que esta por ahí. -Respondió Liam dándole unas pocas señales de por dónde debía ir-.

El chico lo llevo tan rápido como pudo hacia el apartamento, pero en algún momento del camino Liam ya no era conciente de nada, se había desmayado y a penas sentia el dolor o la camiseta pegajosa de la sangre sobre su piel.
Despertó por culpa de los rayos de sol entrando por la ventana medio abierta, estaba en su apartamento. Al moverse noto que estaba sobre algo duro, le dolia la espalda y empezo levantarse despacio mientras se daba cuenta de que estaba durmiendo encima de una mesa. ¿Habría sido un sueño? Aun que parecia demasiado real para que hubiera sido solo un sueño le tranquilizaba más seguir pensando que había sido una alucinación por culpa del alcohol. Toco su abdomen para comprobar que la herida no seguía allí y efectivamente no estaba. Habrá sido un sueño, seguro. Entonces se dirigió a la cocina a por un poco de agua. Entró allí y lo que creía que había sido un simple sueño o una alucinación se volvió a convertir en la realidad. Allí estaba ese chico de la capa, en su cocina, pero ahora se había retirado la capucha permitiendole observar su rostro al completo. El chico estaba comiendo una manzana y al oír a Liam se giro enseguida.

-¿Mejor?

-¿Quién..

-Oh no, otra vez el maratón de preguntas no. -Se quejo el chico sin dejar que Liam pudiera terminar su pregunta-.

-Creo que me debes una gran explicación.

-Bueno, seré rapido. Lo que te atacó era un demonio que me empujó dentro del mundo humano intentando matarme, este demonio se alimenta de carne humana por eso estaba intentando hacerte pedazos y yo soy un guardián del inframundo que se ha quedado atrapado en este mundo. -Explico sin apenas respirar-.

Demasiada información para Liam con sólo acabar de despertar. Esta intentando procesarlo todo pero eso sonaba a todo menos real.

-¿Te has escapado de un manicomio o algo así? -Pregunto Liam sin creerse ni una palabra de ese chico-.

-¿Enserio? -Pregunto el chico sorprendido de que esa fuera la unica respuesta que se le pudiera ocurrir-.

-¿Guardián del inframundo? ¿Demonios? ¿Inframundo? ¿Enserio pretendes que me crea esa historia?

-Tu mismo pudiste comprobarlo ayer por la noche, ¿no? I sino ¿como explicas que era esa bestia?

A eso Liam ya no tenía respuesta, se quedo pensando ¿y si era verdad? Entonces recordo como incendió al monstruo, o más bien, al demonio con unas pequeñas llamas que salían de sus manos.

-¿También haces magia? Quiero decir, ayer incendiaste ese mons-... Demonio.

-Algo así, ¿cómo crees que he curado esa herida tan fea sin dejar ni una cicatriz?

Poco a poco Liam intentaba comprender que eso era verdad pero no pretendía fiarse de ese chico para nada. Pero me ha salvado la vida. Pero es un ser del infierno. En ese momento se paro a observarlo, tenia el cabello liso y completamente negro el cual cubria su frente e impedia observar sus ojos completamente. Sus ojos... Espera ¡¿Qué es eso?! Sí, sus ojos eran algo que Liam jamás había visto, eran rojos, bueno al menos no eran tan espantosos como el demonio que lo había atacado la noche anterior.

-Tus... Tus ojos, ¿por qué... -Intentaba preguntar disimulando que le estaba observando-.

-Són rojos. Es la marca del inframundo, es lo que identifica que pertenecemos allí.

El chico volvio a dar un mordisco a la manzana y tras un largo silenció Liam volvió a sus preguntas.

-¿Cómo te llamas? Aun no me has dicho tu nombre.

-Araziel.

-Liam. -Respondió un poco más tranquilo-.

Luego Liam miró el reloj colgado en la pared detrás de Araziel. Eran las 9:30 ya había perdido la primera clase, esto solo hizo estallar los nervios de Liam.

-¡Oh no! Debo irme enseguida no puedo empezar a faltar a clases ya en el segundo día. Vas a irte, ¿no?

-¿He mencionado ya que he quedado atrapado en este mundo? -Pregunto algo molesto-.

-Y que quieres que haga, es tu vida.

- No creo que sea bueno que yo salga por las calles, has visto mis ojos delantan donde pertenzco y tenemos prohibido que los humanos conozcan nuestra existencia. Por cierto, más te vale mantener la boca cerrada.

-Oye, tengo que ir a clases, me da igual como lo hagas pero yo voy a seguir con mi vida.

Liam fue rápidamente a cambiarse, se puso lo primero que encontro y organizó los libros lo más rápido posible. Un portazo dejo todo el apartamento en silencio. Liam cogio su mochila y salió a la sala de estar.

-¿Araziel?

Nada. Silencio. Volvió a llamarlo dos veces más, pero era obvio se había ido. Bueno no es mi problema. Salió y fue a la universidad corriendo, así logró llegar temprano para la segunda clase, el único problema es que no era capaz de concentarse en nada además estaba agotado.
Sonó el timbre, la clase había terminado y a penas logró escribir unos pocos apuntes. Salió de la aula cuando hacía unos pocos minutos que todos ya se habían ido, salió y justo en la pared d'enfrente encuentra a Araziel con la capucha de su capa cubriendo gran parte de su rostro.

-¡¿Que haces aquí?! ¡¿Me has seguido?!

-Al menos dime dónde puedo esconderme.

Liam suspiro, lo que menos necesitaba era tener que preocuparse ahora por él pero era eso o le perseguira todo el día, o peor, a lo mejor le clavaba esa espada.

-Esta bien. Puedes quedarte en mi apartamento pero ahora mismo tienes que irte de aquí antes de que alguien te pueda ver.

Araziel no le dio ni las gracias, no respondio simplemente empezo a caminar hacia la salida. Cuando oyó la voz de Bea desde el otro extremo del pasillo. Ella fue corriendo hacia su amigo.

-¿Quién era ese?

-Ni idea. -Respondió calmado-.

-Que rarito... ¡Liam! ¿Dónde te fuiste ayer? ¡No volví a verte en toda la noche!

Y bueno, aquí empezo la lista de preguntas histéricas de Bea y Liam intento responder al mínimo de ellas sin dar ninguna explicación sobre demonios o guardianes del inframundo. Realmente esto iba a ser algo complicado.

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