Capitulo 8

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Despertó e intento moverse un poco pero le dolía todo el cuerpo y su cabeza no dejaba de darle vueltas, estaba tan mareado que no podía ni abrir los ojos. Però lo hizo y descubrió que estaba cubierto por algo parecido a una manta, pero era la capa negra de Araziel, al verla se sorprendió bastante quiza era lo último que se hubiera esperado que hiciera Araziel, preocuparse un poco por él. Con mucho esfuerzo logró moverse un poco del asiento del coche para estirar su cuerpo. Retiró la capa de Araziel y salió del coche pero justo al salir tuvo la sensación de que iba a caerse de nuevo, estaba muy débil.

-Deberías comer algo -Sugerio Araziel-.

-Estoy bien... Solo un poco cansado.

-¿Cansado? Casi te desangras.

-Si -De cada vez le sorprendía más como se comportaba Araziel, ¿no se suponía que no tenía sentimientos?- bueno, quizás debería comer algo.

Araziel estaba sentado en el suelo cerca del coche, no miraba a Liam mientras hablaba, realmente parecía muy preocupado.

-¿Nos vamos? -Pregunto Liam ofreciéndole que subiera al coche-.

Araziel no contestó, en unos segundos se levantó y entró en el coche. Liam, de la mejor manera que pudo condujó hasta su casa. Una vez allí Liam entró en el apartamento y Araziel le siguió, pero Liam enseguida recordó que había dejado la capa que Araziel le había dejado en la coche así que volvió a buscarla y luego al entrar en la casa encontró a Araziel de rodillas al suelo.

-¿Araziel? ¿Estas bien?

Liam se arrodilló delante de él y observo como tenia la cabeza agachada y su cabello negro liso impedía verle el rostro.

-Araziel, esto... Quería darte las gracias por lo de anoche. Es la segunda vez que me salvas la vida y también que curas mis heridas. Si puedo hacer algo para ayudarte a regresar al inframundo lo haré.

Araziel seguía en la misma postura no movía ni un musculo, parecía tan tranquilo y a la vez tan inquieto.

-¿Estas bien? -Volvió a preguntar Liam preocupado-.

-Estoy bien -Respondió al final-.

Araziel levantó la cabeza y Liam no se apartó de su lado. En parte le daba pena, había quedado atrapado en un mundo que no era el suyo, había sido atacado por varios demonios y lo peor era lo que le había contado: no poder demostrar ningún sentimiento nunca en su vida. Debía estar pasando por una situación horrosa, por eso y porqué le había salvado la vida dos veces, Liam no iba a dejarlo tirado en la calle.

-Si quieres llorar, gritar o desahogarte como sea puedes hacerlo no se lo voy a contar a ninguno de tus amigos -Sugerio Liam con una pequeña sonrisa-.

-No digas estupideces.

Dicho eso Araziel se levantó pero sin mirar ni un momento a los ojos de Liam.

-Necesito dormir.

-Esta bien pero no voy a dejar que toques mi cama con esa ropa.

-¿Que tiene de malo? Yo no me quejó de tu estilo.

-Ya pero no llevo una semana con la misma ropa puesta.

Liam entró en su habitación y Araziel lo siguió hasta la puerta apoyándose en el marco de esta.

-Bien, ¿esta cerca el rio?

-¿Que rio? -Pregunto confuso mientras buscaba algo de ropa en un cajón. Pero luego creyó entenderle. Alomejor aún no han inventado las duchas igual que no han inventado las pistolas para matar esos demonios, eso sería más eficaz- Aquí ultizamos algo llamado "ducha".

Araziel no dijo nada pero lo miró confuso. Liam cogió ropa que a él le era una o dos tallas más grande, básicamente porqué Araziel era más alto que él y Liam solo se la había puesto alguna vez como pijama. Eran solo unos pantalones negros anchos de chándal y una camiseta blanca lisa, pero pensó en como le quedaría a Araziel y todo era mucho mejor que la ropa vieja que llevaba.
Liam lo llevo hasta el cuarto de banyo e intentó explicarle que era una ducha y como funcionaba, realmente era muy chistoso y Liam intentaba no reirse.
-...Entonces sale el agua y... -Explicó Liam cuando se giró para ver a Araziel-.

¡Oh! ¡Por dios! Araziel se había quitado casi toda la ropa, solo llevaba puesta la ropa interior. Liam casi chilla al verle. Liam quedo algo embobado al ver su cuerpo, tenía unos musculos perfectamente definidos y había algunas importantes cicatrices en su piel.

-¡¿Que haces?!

-¿Que voy a ducharme, no?

-Ya, claro, yo... Ya me voy -Dijo Liam cuando se dio cuenta de que un inmenso calor subía a sus mejillas y mientras intentaba apartar la vista de esos abdominales perfectos-.

Araziel seguía mostrandose neutral, como si fuera lo más normal del mundo desnudarse delante de otro, pero Liam salió rapidamente de allí y intentó volver a la tranquilidad. Hizo algo de comida ya que aún se sentía demasiado débil. Quería esperar a Araziel para comer pero su estómago rugía y luego recordó que Araziel no le agradecería nada aún que le hiciera el mejor buffet del mundo, así que empezó a comer y en unos minutos después apareció Araziel vestido con la ropa que le había prestado. Le sentaba bien. Demasiado bien. Liam en parte de arrepintió de haberle dejado la ropa, ahora no podía dejar de observar su cuerpo.

-¿Tienes hambre?

Araziel no respondió, "que raro", se sentó junto a Liam y empezo a comer.
Liam comía lentamente, en realidad quedó muy asustado despues de que ese demonio los atacara y casi los matara pero intentaba mantenerse "feliz", no quería preocupar a Araziel pensaba que ya tendría demasiadas preocupaciones sobre como regresar a casa o cosas de esas.

-¿Seguro que estas bien? -Nada- Araziel, ¿puedes decirme algo? -Nada- ¿Estas enfadado?...

Antes de que Liam pudiera seguir con sus típicas preguntas Araziel colocó rápidamente su mano sobre la boca de Liam para hecerlo callar.

-Gracias -Dijo Araziel con un tono muy secó y distante-.

¡¡¿Qué?!! Increíble pero cierto. Araziel le había dado las gracias. Quizás para Liam fuera solo un agradecimiento que estaba esperando desde el primer dia que lo ayudó pero para Araziel era más que eso, era la primera vez que daba las gracias a alguien y quizás también la primera vez que se sentía agradecido por algo.

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