Capitulo 25

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Unos pocos años atrás se había acostumbrado a soportar ese dolor, a despertar con moratones, ojos inchados, incluso alguna herida. Pero nunca se había acostumbrado al dolor que le producían las palabras.
Había quedado sentado en el suelo apoyado contra el sofa, solo había vuelto a abrir la boca para agradecerle, una vez más, a Araziel que lo hubiera protegido. Pero no merecía esa protección, o eso creía él, estaba cansado de ser debil y aun así nunca había sido capaz de enfrentarse a sus miedos y por eso se estaba maldiciendo en ese momento. Había dejado escapar las lágrimas que tanto le costaba mantener y tampoco se había esforzado en retirar la sangre que había salido de sus labios y esta ya había empezado a quedarse seca en algunos sitios de su barbilla.

-¿Vas a quedarte aquí sentado para siempre? -Preguntó Araziel tras un largo momento de silencio pensando en que debería hacer en ese momento. Pero Liam no contestó ni movió ningún musculo.- ¿Liam?

Araziel se arrodilló ante él pero aún así seguía sin moverse. Era como si hubiera muerto, la unica diferencia era que Liam solo se limitaba a respirar.

-Deja que te cure -Sugerio Araziel-.

-No, estoy bien.

-¿Que vas a estar bien? Estas sangrando. -Como siempre directo y sincero- Vamos.

Dicho esto Araziel cogió el rostro de Liam entre sus manos. Creía que Liam iba a protestar pero no dijo nada. Simplemente abrió los ojos que estaban rojos por culpa de las lágrimas y también se parecían más a los de Araziel, y quedó mirando a Araziel. Esa mirada le incómodo mucho pero no quería quejarse. Se centro en sus manos y en hacer aparecer sus llamas, estas primero envolvieron sus manos y luego la zona del rostro de Liam donde estaban puestas. En poco tiempo las llamas se desvanecieron y la herida de dentro de la boca de Liam ya había desaparecido, solo quedaba la sangre seca.

-Eran mis padres...

-Lo se, oye no pienses más en ellos, no merecen estar ni en tus pensamientos.

Araziel tenía razón, Liam siempre se había preocupado demasiado por el hecho de que sus padres le tuvieran tal odio, pero tal como Araziel dijo, no se merecían ni estar en sus recuerdos, ni en su mente, en ningún sitio, pero lo más difícil era borrar su rastro.
Araziel se levantó del suelo y le extendió su mano para ayudarle a levantarse, este dudo unos segundos pero luego tomo la mano y se levantó. Justo en ese momento volvió a surgir todo el dolor de los golpes, estaban por todas partes. No aguantaría mucho más estando de pie allí, así que se sentó rápidamente en el sofa. Araziel no le siguió sino que fue hacía el baño pero en poco tiempo regresó al lado de Liam con una toalla humeda.

-¿Que-

-No protestes.

Araziel cogió el rostro de Liam con una de sus manos de manera muy delicada como si tuviera miedo a romperlo y con la otra sujetaba la toalla humeda con la cual empezo a limpiar la sangre seca. Liam no dijo nada obedeciendo las ordenes de Araziel. Era extraño, con Araziel cerca siempre sentía como una gran calma lo invadía por completo.
Araziel sentía que tenía que hacer algo por él y que no podía dejarle allí sin más, por eso le limpió la cara. Liam ya no tenía la miarada clavada sobre él así que esa incomodidad desapareció. Pero cuando terminó de limpiarlo fue cuando volvió a incomodarse sin saber que hacer. En ese momento hubiera deseado que Liam volviera a abrazarlo como esa vez y así él poder repetir el mismo gesto, pero no lo hizo y parecía que no tenía ningúna intención de hacerlo. Araziel volvió al baño donde limpio la toalla y volvió junto a Liam que aún no se había movido ni un poco. Liam creía haber superado esa parte de su vida, creía que si alguna vez tuviera que volver a ver a sus padres podría enfrentarse a ellos, creía que había cambiado pero se dio cuenta de que no era así.

-Soy un covarde -dijo en voz baja, creyendo que Araziel no lo oía, pero en cambio Araziel lo escucho perfectamente-.

-¿Por que dices eso?

-Mirame. Tengo 19 años, vivo solo pero aún no puedo enfrentarme a mis padres. Tu lo has visto todo...

-No es tu culpa.

Era difícil para Araziel seguir la conversación, principalmente porque no podía entender lo que era tener una familia, pero intentó imaginarlo por un momento, lo único que quería era que Liam dejara de deprimirse de esa manera. ¿Como sería tener alguien a quien querer y a quien proteger toda la vida? Se preguntó Araziel. Por un momento imaginó que sería algo muy bonito, pero luego recordó la situación de Liam y dio gracias por estar solo. Incluso a un ser sin sentimientos como Araziel le parecia demasiado cruel todo lo que le estaba pasando.
Araziel lo observó por un momento y luego decidió hacerlo.

-Liam -El chico dirigió sus ojos a Araziel y lo vio con los brazos un poco abiertos y entonces recordó la vez queb lo había abrazado- No tengo ni idea de como se hacía esto.

Eso provocó una pequeña risa en Liam y enseguida le devolvió el abrazo. Fue extraño, muy extraño, hacia unos momentos Araziel le había culpado de todo lo malo que le había pasado incluso de haberse vuelto más débil y ahora estaba así, abrazandolo. Pero en ese momento no quiso darle más vueltas, sabía que Araziel había estado haciendo cualquier cosa para que se sintiera mejor despues de esa pelea con sus padres. Por eso se limitó a abrazarle. Después no quiso soltarlo.

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