Capitulo 13

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El móvil sonó al menos dos veces mientras Liam seguía conduciendo intentando dejar de pensar en David y esas palabras. Llegó delante de su apartamento donde le estaría esperando Araziel, si no se había fugado. Intentó relajarse, no quería tener que responder esas preguntas tan incomodas de Araziel, pero sus ojos seguían rojos delatando que había llorado. Entró en el apartamento con la cabeza baja, Araziel aún seguía allí.

-Que bien que llegas pronto, ya me estaba muriendo de hambre.

Liam ni le miró, ni le contestó. Se fue corriendo a su habitación y cerró la puerta de un golpe. Araziel no entendió nada, para él seguía siendo muy difícil conocer tantos sentimientos de Liam y no sabía como reacionar ante ellos.

-¿Liam? ¿Ocurre algo? -Preguntó Araziel sin saber muy bien que hacer ante esa situación-.

Evidentemente Liam no respondió. Se había quedado sentado encima de la cama sin poder contener las lagrimas por mucho que lo intentara. No quería que Araziel lo viera así, él no lo animaría, ni siquiera sabría que es una lágrima.
El móvil no paró de sonar en toda la tarde, todo eran llamadas o mensajes de Iván y Bea, pero no contestó a nada, necesitaba estar solo.
Araziel no sabía bien que hacer, ¿que le pasaba? ¿Porqué a veces actuaba tan raro? Y ahora ¿debía hacer algo? Decidió no hacer nada, a lo mejor dentro de unos minutos volvía a estar bien. Pero no fue así. Pasaron horas, Liam no salía de su habitación y el estomago de Araziel no paraba de rugir.

-¿Liam? -Dio unos golpecitos a la puerta de su habitación- ¿Vas a salir?

No contestó. Algo surgió en su interior, ¿preocupación quizás? No estaba seguro pero en cualquier caso era estraño. Fue a la cocina, abrió la nevera pero nunca había preparado nada de comida, sus compañeros siempre se habían encargado de esa parte ya que una vez Araziel lo intentó pero tuvieron que tirar todo lo que había hecho, nadie podía menterse ni un pequeño trozo de eso. Luego encontró un paquete de pasta, pensó que algo fácil sería hacer sopa.
Bueno todo pareció fácil hasta que tuvo que encender el fuego. Estaba acostumbrado a tener que hacer una hogera y encenderlo con sus manos, así que echó unas pequeñas chipas para no provocar una gran exposición y consiguió que saliera el fuego. Luego intentó recordar como sus compañeros habían preparado la sopa tantas veces, tenía una ligera idea sobre ello pero en ese momento deseaba haberles prestado más atención cada vez que habían preparado algo de comida. Al final consiguió hacer la sopa o bueno algo parecido. Él comió un plato y medio, estaba muerto de hambre, pero aún así sobró bastante y recordó que Liam no había comido nada en todo el día así que preparó un plato y lo puso en una bandeja que encontró en uno de los armarios. Llamó a la puerta de la habitación pero Liam no respondió así que no se lo pensó más y abrió la puerta. Estaba sentado encima de la cama abrazado a sus piernas pero cuando se dio cuenta de que Araziel había entrado levantó la cabeza para verle. Tenía los ojos rojos de haber llorado, casi parecían los ojos de Araziel.

-¿Qué quieres?

-Bueno, no acostumbró a hacer esto, pero he hecho la comida.

-No tengo hambre -Dijo mirandolo confuso-.

-No mientas. No has comido en todo el día.

-¿Desde cuándo te preocupa a ti eso? De hecho, ¿a que viene esto? ¿Quieres algo a cambió? ¿Algún favor especial?

-Oye déjalo, solo pensaba que tendrías hambre.

Dicho esto Araziel volvió a coger la bandeja y estaba dispuesto a irse pero Liam lo interrumpió.

-Espera. Esto... Lo siento. -Intentó discuparse mientras secaba algunas lágrimas húmedas- No me encuentro muy bien y... Olvidalo, no tiene importancia.

Araziel volvió a entregarle la comida. Liam miró el plato unas cuentas veces, sabía que era sopa pero a penas tenia caldo, era como una pasta. Aunque su aspecto no fuera el mejor, no sabia tan mal como esperaba así que comió tranquilamente.

-No creo que algo con tan poca importancia puede hacerte poner tan mal.

-No quiero hablar de ello.

-Lo has hecho alguna vez, ¿has hablado alguna vez sobre ello?

-No... No voy contando mis problemas a todo el mundo.

Era extraño Araziel jamás se había preocupado por nadie ni siquiera por sus propios compañeros que luchaban día a día a su lado, nunca había abierto la puerta de sus sentimientos. Pero era distinto, Liam le causaba preocupación. Quizá fuera porque le había ayudado desde que se perdió en este mundo o porque no lo había tratado como a un monstruo. No lo sabía.

-¿Por qué ahora te importan mis problemas? -Preguntó Liam confuso-.

-No sé. Bueno tampoco voy a obligarte a nada, haz lo que quieras, pero sea cuál sea tu problema no creó que se solucione quedandote encerrado todo el día en tu habitación llorando.

Liam quedó sorprendido ante esas palabras, no eran las típicas palabras de Araziel, normalmente era más frío. Al fin y al cabo tenía razón, llorar no era la solución, ¿pero cual era?
Araziel se levantó y se fue a la sala de estar a ver la televisión, solía hacer eso todas las noches que se mantenía despierto. Liam estuvó aún un rato más en su habitación relajándose pensando en lo que Araziel le dijo. Al final salió, pensó que lo mejor sería darse una ducha. Pero justo al salir de su habitación alguien llamó a la puerta. Liam se asustó porqué, a parte de no esperar ningúna visita, Araziel estaba allí y no quería que nadie descubriese que estaba ayudando a un Guardián del infierno.

-¡Araziel! ¡Encierrate en mi habitación!

Araziel le hizo caso enseguida, a él tampoco le interesaba mucho que lo conocieran. Al abrir la puerta no podía creérselo y estaba muriendo de ràbia ¿¡como se atreve!?

-Hola de nuevo, hermano.

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