Capitulo 41

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Estaba entre los brazos de Araziel y completamente pegado a su cuerpo. Podía sentir los latidos acelerados golpeando en su pecho. Estoy bien. Quería asegurararle, pero era incapaz de hablar. Había visto la espada apuntándole a punto para clavarse en su pecho o cortarle el cuello. Había caído al suelo de rodillas como si estuviera suplicando por su vida. Se había cubierto el rostro con sus brazos como si pudiera parar al Guardián. Y entonces estaba entre los brazos de Araziel. Liam dejó caer sus brazos a ambos lados pero Araziel continuó pegado a él. ¿Estaba... Temblando? Sí, o algo así. Por unos momentos Liam estuvó convencido de que lloraría. Quizá nunca haya llorado. Pero no derramó ni una lágrima. Araziel se relajó un poco más y dejó más espacio entre sus cuerpos hasta que dejó de abrazarle.

-Gracias -Consiguio decir Liam-.

Araziel no dijo nada solo levantó la vista, sus ojos, esta vez habían perdido toda su hermosura. Ese rojo intenso y brillante estaba más apagado de lo normal. Su pelo negro pegado a su frente por el sudor, de hecho su camiseta también estaba empapada de sudor y... Su manga cubierta de sangre que teñia de color rojo oscuro la tela azul. Liam se fijó en su brazo por primera vez y no pudo evitar alarmarse.

-Araziel... T-tu brazo...

-Esta bien.

-Puedo curarte -dijo mirándolo fijamente a los ojos y luego volviendo a centrarse en la herida-.

-Déjalo, estoy bien -repitió-.

Y en verdad no, no lo estaba. Su cuerpo entero dolía y no solo físicamente, parecía que por primera vez sus emociones eran una carga demasiado pesada.
Araziel se levantó del suelo y le tendió la mano a Liam para que hiciera lo mismo.

-Hay un cadaver en mi apartamento.

Araziel no dijo nada. Se giró y observo el cadaver por unos segundos luego se arrodilló apoyandose en una sola rodilla y puso su mano encima del cuerpo. Con mucha fuerza hizo aparecer sus llamas amarillas e hizo lo mismo que había hecho con ese demonio que atacó a Liam por primera vez, prendió fuego al cadáver y en unos segundos ya era pura ceniza.

-Araziel... Tu espalda... Esta herida se ve horrible.

Araziel colocó su mano sobre su brazo y consiguió cerrar ese corte, aun así el óxido había empeorado mucho sus heridas. Araziel se veía tan débil, el color de sus ojos estaba demasiado apagado, su piel era demasiado pálida. Debo ayudarle.

-Araziel, vamos al baño, deja que te cure eso.

Quizá fuera por lo mal que estaba por lo que aceptó enseguida.
Se quitó la camiseta empapada de sudor y sangre dejando al descubierto su cuerpo cubierto de cicatrices. Liam lo había visto otras veces sin camiseta y le había visto algunas cicatrices pero esta vez estaba más cerca y podía observar como esas líneas blancas cubrian su cuerpo por completo. Liam mojó una pequeña toalla con agua tíbia y empezó a limpiarle la herida. Estaba casi convencido que eso debía doler mucho y por eso iba con mucho cuidado, aun así Araziel no decía nada, solo mantenía su cabeza agachada y sus ojos medio abiertos.
Fue cuando Liam colocó agua oxigenada sobre la herida cuando Araziel emitió un pequeño gemido.

-¡Lo siento! Esto escuece un poco pero así sanará más rápido.

Pero no dijo nada.
Finalmente Liam le cubrió la herida con unas vendas y le prestó ropa limpia, algo más cómodo que esos pantalones ajustados.
Los dos habían quedado sentados en el sofá después de que Liam recogiera las cenizas del Guardián.

-Puedes dormir en mi cama, se te ve muy cansado -dijo Liam, en parte para romper el hielo-.

Se produjo otro silencio incómodo y luego por fin habló Araziel.

-Te había visto muerto, Liam.

-¿Que... -Pronunció sorprendido pero enseguida fue interrumpido-.

-¡Maldita sea! Casi hago que te maten.

-No es tu culpa. Hasta ahora tu has hecho todo lo posible para protegerme. Fui yo quien decidí ayudarte sabiendo que ponía mi vida en peligro.

Araziel sabía que eso era cierto, aun así nunca se perdonaría a si mismo si lograban matar a Liam. ¿No era su deber proteger a los humanos? Entonces, ¿que había de malo en proteger a Liam?

-Creo que era buena idea eso de irme a dormir -Respondió cambiando de tema-.

No quería hablar de ello porque quería borrar esas imágenes de Liam cubierto de una gran mancha de sangre y muerto. Desgraciadamente estas imágenes no paraban de repetirse constantemente en su mente, era aterrador incluso para alguien como Araziel.
Araziel se levantó del sofá dejando allí a Liam un tanto confuso. Fue cuando entró en la habitación cuando porfin se sintió un poco más aliviado. Necesito dormir. Solo dormir.

Liam había quedado más confuso de lo que normalmente le dejaban las conversaciones con Araziel. La relación que tenían era de lo más extraña pero en parte eso parecía que lo había asimilado porque Araziel era un ser de lo más extraño a la vez de curioso, nunca se cansaría de conocer cosas nuevas sobre el Inframundo y su vida aunque normalmente fueran cosas desagradables. Desde que Araziel había llegado había momentos en los que parecía que quería dejar al descubierto todos sus sentimientos y entonces cerraba la conversación de manera que pareciera todo lo contrario. Liam odiaba eso porque en el fondo quería que Araziel pudiera saborear la libertad y dejar sus sentimientos sueltos sin ninguna preocupación, aunque bueno, eso parecía más una ficción.
Liam se fue de nuevo al baño, necesitaba una ducha con agua caliente para relajarse. Aunque las dudas eran inevitables.
"No dejare que te maten" ¿Tanto le importó? ¿Y ese abrazo? ¡Por dios! Se notaba tan aliviado abrazandome que no ne hubiera importado estar entre sus brazos por horas.
Entonces recordó por lo que se había metido bajo el agua caliente, para relajar su mente.
Mente en blanco, Liam. Piensa solo en el agua caliente y relájate.

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