Capitulo 36

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-Di lo que quieras, no voy a abandonarte.

Araziel dejó a un lado su mirada perdida y se centró en los ojos verdes de Liam, al mirarlo temía a que hiciera aparecer de nuevo los sentimientos pero esta vez consiguió controlarlos. Levantó una ceja como si estuviera diciendo: ¿enserio? Rápidamente volvió a apartar la mirada y fue un alivio para él.

-¿Entras? Quiero enseñarte una cosa.

Lo dudó unos segundos pero ¿para que negarse? Entró y se sentó junto a Liam tal como le indicó al ver que quería sentarse lejos de él. Liam cogió su portatil y lo encendió.

-¿Sabes como usar esto?

-¿Tengo pinta de haber utilizado aparatos eléctricos? -Preguntó con sarcasmo, pero notó que a Liam le molesto esa pregunta- Obvio que no Liam. No hay electricidad en el inframundo.

Liam le explicó detalle por detalle como utilizar el portátil para que pudiera buscar cualquier cosa que quisiera y que pudiera ser de ayuda. A Liam se le daba bien la informática y acostumbraba a explicar estas cosas con rapidez pero no era un problema para Araziel y fue todo un alivio que lo hubiera entendido a la primera, normalment tenía que explicarlo al menos dos veces. Sobretodo a Bea.

-¿Seguro que lo has entendido todo?

-Sí.

-Voy a irme un momento, tengo que  en la universidad a buscar unas cosas-mintió, aunque si que tenía que ir a la universitat, en realidad era solo para hablar con Bea-.

-Liam, se me da demasiado bien detectar mentiras -Hizó una pausa para ver la cara que había puesto. Lo imaginaba. Bastante confuso y sonrojado- Habla con ella tanto como quieras -Dijo apartando su mirada-.

No habló ni una palabra más con él. ¿Cómo lo supo? ¿Tan evidente era? Últimamente se había comportado muy extraño pero en un sentido casi bueno, era como si pudiera por fin sacar todas sus emociones pero había vuelto a cambiar rápidamente su comportamiento. Volvía a ser el ser frío que había conocido el primer día. Y ¿Qué esperaba? Había sido entrenado para ser así.
Llegó a la universidad y no fue difícil localizar a Bea porque había llegado a la hora de su almuerzo. Estaba sentada sola en una mesa de la cafetería con una taza de café y unas galletas dulces. Cuando la vio tenía miedo de que empezara a gritarle allí por lo de anoche pero cuando se sentó a su lado fue peor. Ella quedó en silencio, no le dirigió ni una mirada, solo se dedicaba a remover el espeso café con una cucharita.

-Bea, dime algo por favor -Silencio- No me importa si me insultas o me gritas aquí en medio de todos... Solo dime algo.

-¿Que quieres oir?

-Quiero explcarte todo lo que pueda.

-Adelante.

-Se llama Araziel. Él es... Bueno es un amigo que conozco desde principio de curso, y... Vive conmigo porque ahora mismo no tiene donde ir. Él es buena persona aunque aparente todo lo contrario. Se que no es mucha información pero...

-Dijo que me fuera porque sino mi vida correría peligro -Lo interrumpió- ¿Qué significa eso?

-Bea, no puedo... -Y enseguida ella susprira con desagrado- Lo siento. Solo quiero que confíes en mi, en lo que te estoy diciendo.

-Liam, dejame. No quiero hablar ahora.

-Entonces ¿Puedes simplemente guardarme el secreto?

-Bueno, si quieres seguir mintiendo a tus amigos, hazlo. Yo no diré ni una palabra.

-Bea, solo quiero que esteis a salvo.

Pero ella seguía con la mirada fija en su café que estaba a punto de enfriarse por completo. No insistió más, no quería empeorar más la situación. Lo único que quería era olvidarse de todo por un tiempo aunque fueran unas horas y eso hizó. Volvió al coche y se alejó del campus hacía esos jardines donde había llevado a Araziel una de las primeras veces. Ese lugar que había añadido a su lista de: Lugarse perfectos para mis libros y yo. Tomó uno de los libros que vagaban en el maletero de su coche, no le importaba tenerlos allí porque eran los que tenía repetidos en sus estanterías y en ocasiones era muy útiles. Esta vez fue el turno de: El retrato de Doryan Gray. Uno de sus favoritos.
Liam tenía esa maravillosa capacidad de meterse de lleno en cualquier libro, aunque lo hubiera leído mil veces y por eso las horas pasaban volando. Pero era bueno estar solo él, un libro y aire fresco.
Perdió la noción del tiempo y lo único que pudo sacarlo del libro fue el rugir de su estómago. No llevaba móvil porque pensó que sería mejor dejarlo en el coche para desconectar de todo, pero pudo intuir fácilmente que era hora de comer.

***
Al regresar a su apartamento de nuevo encontró a Araziel tal como le había dejado ante de irse. Al parecer el Internet lo había dejado fascinado y había aprendido a manejarlo mucho más rápido que muchos humanos que conocía, quiénes al contrario de Araziel siempre habian tenido contacto con la tecnología.
No interrumpió en su búsqueda de información, solo se metió en la cocina y prepararo algo rápido.  Treinta minutos después Araziel ya había aparecido hambriento en la cocina pero sin decir nada lo cuál provocó un gran susto a Liam al verle sentado en la mesa de repente.

-¿Has encontrado algo útil?

-Por ahora lo único que he descubierto es que los humanos tenéis demasiada imaginación.

-¿Por que dices eso? -Se río-.

-Historias inventadas sin ninguna coherencia, seres imaginarios que creéis reales, videos falsos sobre un par de chicos que vieron un demonio... Creeme si hubieran visto un demonio no hubieran tenido el valor ni de sacar una camara para grabarlo y menos para ponerlo en Internet.

-Lo hacen a propósito, para creear miedo a la gente haciéndoles creer que es real.

-¿Que? No puedes estar diciendo que hay humanos que creen esto -Dijo Ara de manera que parecía casi enfadado por ello-.

Liam asintió. Era raro de la manera en que decía "humanos" como si fueran seres extraños e inferiores a ellos. Bueno todo depende como lo mires.

-Deberías haberme enseñado Internet antes. Estoy seguro de que puedo llegar a encontrar algo información válida para mi regreso.

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