Capitulo 50

386 32 1
                                    

Había observado muchas veces los ojos rojos de Araziel. Maravillosos. Brillantes. Hermosos. Sin embargo cuando observó los de esos Guardianes fue distintio. Terroríficos. Desagradables. Horribles. Pero en ese momento vio miedo e inseguridad en los ojos de Araziel, era como si todos sus pensamientos se reflejaran a través de sus ojos. A partir del momento en que Araziel, que se encontraba a unos 20 pasos de los Guardianes con los dos chcicos, empezo a correr, todo pasó demasiado rápido para Liam. Araziel corrió hacía ellos, debía tomar una decisión, no sería capaz de salvarlos a los dos, el tiempo que salvara a uno el otro ya habría muerto. Cuando faltaban unos cinco pasos ya había tomado la dura decisión. No me odies por esto, Liam. Entonces actuo. Se abalanzó sobre el Guardián que sujetaba a Liam dejandole en el suelo bajo su cuerpo y antes de que el Guardián pudiera reaccionar, le clavó con toda su fuerza la espada en las costillas justo debajo del corazón por lo que iba a desangrarse rápidamente. Era asqueroso sentir como crujian los huesos cuando la espada los rompía a su paso, pero más doloroso matar a uno de los suyos. No importa. Esta bien. Debo proteger a Liam. Liam...
Era libre, se había liberado de las manos del Guardián, pero ese no fue ningún alivio. Iván. No tardó ni un segundo en buscarlo con la mirada a su lado. El cuerpo caía de rodillas y luego todo su peso cayó sobre la afilada hierba. Iván. Sin preocuparse por el Guardián que aún seguía allí de pie Liam ya había acudido al cuerpo de Iván. No. No. Giró su cuerpo rápido pero con suavidad. Su rostro inocente en el que siempre veía reflejada la alegría ahora estaba lleno de manchas de su propia sangre, sus ojos iban perdiendo todo brillo, su vida se apagaba poco a poco.

-Iván -Consiguio susurrar en vez de repetir su nombre en su mente- Iván...

Lo había degollado. Su cuello se había convertido en una mancha roja, prácticamente negra, asquerosa. Ya no podía hablar, jamás volvería a oir su voz. No. No. Por eso Iván gastó sus últimas fuerzas en agarrar la mano de Liam con fuerza y fue este gesto el que hizo saltar las primeras lágrimas de Liam.

-Iván, lo siento... Lo siento... Lo siento... -Pronunció mientras intentaba contener sus lágrimas-.

La energía que quedaba en Iván iba desapareciendo demasiado rápido, tan rápido que Liam aún no quería creer que eso estaba sucediendo. Beso la frente de Iván con máxima delicadeza y dejando caer sus lágrimas. Fue en ese momento que su cuerpo se apagó por completo, su corazón había dejado de latir, su piel palida era de cada vez más gélida y sus ojos se cerraron para siempre.
Araziel había empezado a luchar contra el segundo Guardián, era fuerte, era uno de los suyos, pero debía terminar con él. Golpes entre espadas. El sonido del mental. Matalo ¡Hazlo! Al tener la primera oportunidad cerro los ojos y clavó la espada en el pecho del Guardián. No quería creer lo qur había hecho, ya era tres los Guardianes que había matado, entre ellos era como si matar a un hermano claro que no podían tener sentimentos pero aún así no era nada agradable. Por supuesto que sabía las consecuencias, lo iban a juzgar y después de eso no pasaría nada bueno. Pero ¿Qué culpa tenía Liam de todo eso? Él jamás le había pedido que matara a nadie, ni le había obligado a nada, si algo le había explicado sobre el inframundo había sido porque había querido hacerlo. No. Él no tenía la culpa de nada, por eso era conciente de que su deber era protegerlo.
Observó por unos instantes la situación: dos Guardianes muertos, uno ante sus pies y el otro a unos cuantos pasos, y un poco más lejos de ellos Liam... Sujetando el cuerpo muerto de su amigo. Araziel sabía lo peligroso que sería si algún otro humano encontrara esa escena y por eso enseguida se deshizo de los cuerpos de los Guardianes reduciendolos a cenizas pero quedaba otro cuerpo. Se acercó a Liam con cuidado, estaba llorado mientras con una mano acariciaba el gélido rostro de Iván.

-Liam... -Pronunció Araziel colocándose de rodillas a su lado y pasando su brazo por su espalda para intentar consolarlo-.

-¿Por que? -Preguntó sin apartar la vista del cuerpo de Iván- ¿Por que no me hiciste caso? ¡¿Por que no lo salvaste a él?!

Estaba furioso ¿Y como no iba a estarlo? Quizá el no tuviera la culpa de lo que estaba pasando pero menos la tenía Iván, sin embargo lo habían matado ¿Como no iba a sentirse culpable por ello?

-¡¡Nunca debería haberte conocido Araziel!! ¡¡Nunca!!-Gritó furioso y esta vez con la mirada fija en los ojos que en algún momento los había visto hermosos-.

-Liam... Puedes enfadarte tanto como quieras conmigo estas en todo tu derecho pero no podía dejarte morir, simplemente no puedo hacer eso. Él no merecía esto ni de lejos. Lo siento Liam. Lo siento mucho.

-¡Nunca voy a perdonarte esto! No me importa que pudieras o no ¡¡Yo debía morir no él!!

Liam gritaba mientras lloraba desconsoladamente, quizá más tarde se arrepentiria de algunas cosas, muy pocas pero algunas. Pero en ese momento estaba demasiado mal, no podía creer que de verdad estuviera sujetando el cadaver de Iván con quién había compartido unos momentos tan dulces, quién le había robado su primer beso, quién le había regalado un millón de sonrisas. Iván.
Araziel abrazo a Liam contra su cuerpo para consolarlo aunque fuera un poco y para alejar su vista del cadáver, con una mano hizó aparecer sus llamas amarillas para que hicieran desaparecer el cuerpo de Iván reduciéndolo a cenizas. Lo único que quedó en la escena fueron los llantos de Liam completamente desconsolado.

Entradas Al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora