Capitulo 47

414 38 2
                                    

La mayoría de la gente saldría corriendo al despertar y ver un Guardián del Infierno. Sin embargo ya no era así para Liam, Araziel estaba durmiendo cogido de sus manos. Adorable. Simplemente adorable. No era ningún monstruo y tenía un aspecto más humano de lo que él quisiera aparentar. Pero va a irse. Huyentando esos pensamientos estúpidos de su mente e intentó levantarse para dejarlo descansar tranquilo. Pero sus manos, no podía soltarse sin despertarlo.

-¿Ya has despertado? -Dijo mientras habría sus ojos rojos- Creía que dormirías más.

-Lo siento, no quería despertarte.

Las manos de Araziel desaparecieron enseguida dejándolo libre y Liam quedo sentado a su lado.

-No importa, ya sabes, no acostumbró a dormir tanto.

Entonces se produjo el gran silencio que incomodó incluso a Araziel. Y ¿Que podía decir? Liam nunca había dormido con nadie, solo con Bea cuando eran más pequeños, pero para nada podía comparar eso. Se levantó prometiendo un buen desayuno a Araziel. Al recoger el móvil... Iván... Debía llamarle, aún se arrepentía de haber sido tan brusco con él cuando llamó. Encendió los fogones, colocó la sarten y echó un hevo. Mientras empezo a llamar a Iván quien no tardó mucho en contestar.

-¡Buenos días! -Dijo Iván con alegría provocando que se dibujará una sonrisa en el rostro de Liam-.

-Buenos días. Lo siento por anoche, solo... Tenía demasiado sueño.

-No importa y no debes disculparte, en todo caso debería ser yo quien se disculpara por llamarte tan tarde.

-Entonces estamos en paz.

-Claro -se río- Oye hace unos días que nadie te ha visto por aquí -dijo refiriéndose a la universidad- Ya sabes que no me gusta meterme en tu vida ni nada parecido pero ¿Seguro que va todo bien? Pues contarme lo que sea.

Liam ya casi lo estaba olvidado, hacía varios dias que no había ido a clase, por supuesto no era obligatorio asistir a clase pero iba a ir con bastante retraso con todas las asignaturas. Pero en parte no le importaba, tan solo quería estar con Araziel hasta que se fuera. ¿Que estupido, no?

-Va todo bien. Pero de todas formas, gracias por preocuparte.

-No las des. Bueno debo entrar en clase, ya quedamos.

-Claro.

Iván colgó y Liam dejó el móvil para concertrarse en el desayuno.

***
-Bueno... ¿Que actividad humana planeas hacer hoy? -Preguntó Araziel mientas buscaba algún otro libro interesant en la sección de mitología-.

-Ehh... Si te soy sincero, no lo había pensado.

-Genial.

-¡Oh! ¡Ya se! ¿Te apetece dulce?

-Sabes que sí.

-Hay una feria del dulce en un pueblo cercano. Podriamos ir.

-Bien.

Araziel escogió por fin un libro y se sentó junto a Liam.

-¿"Aquiles"?

-De los mejores heroes.

-¿Estas de broma? Es mi favorito -dijo Liam con una gran sonrisa-.

***
La mañana había sido de lo más tranquila y después de haber comido los dos chicos continuaron con sus comentarios sobre Aquiles. Liam no podía estar más contento, era con la primera persona que podía pasarse horas hablando de mitología sin cansarse y sin que nadie protestara por ello.
Llaman al timbre interrumpiendo su charla.

-¡Voy! -Dijo Liam sin siquiera pensar en quien podría ser, simplemente estaba demasiado feliz-.

Abrió la puerta y su sonrisa desapareció en cuestión de segundos. Araziel se limitó a seguir con el libro entre sus manos y a escuchar por si surgía algún problema.

-Hola...

-¿Mama? -Tardó unos segundos en reacionar- ¿Qué...

-He venido a verte pensé que quizás...

-Callate -Reaccionó finalmente de verdad- No se a que has venido pero puedes irte -Dicho esto iba a cerrar la puerta de un golpe pero algo la paró, era la mano de su madre-.

-Liam, por favor... Solo dejame pasar y podemos hablar.

-Se porque has venido, no estaba papa en casa y aprovechaste para venir a escondidas ¡¿No es así?!

-Liam por favor calmate -dijo con cuidado casi asustada-.

-¡No! ¡No! ¡Estoy harto de vosotros!

-Hijo, solo dejame pasar, nos van a oir todos.

-Dime una cosa y quizás te dejo entrar: ¿Me aceptas tal y como soy?

La mujer quedó sorprendida, no se esperaba para nada esa pregunta ni siquiera esa reacción de Liam. Lo había ido a visitar varias veces del mismo modo, a escondidas de su marido, pero esas visitas se limitaban a un silencio incómodo durante unas horas hasta que debía volver. Liam nunca había tenido valor suficiente ni para levantar un poco la voz. Pero debía ponerle fin a eso.

-Liam... Hijo... Yo... -Intentaba pronunciar con miedo-.

-Lo sabía -Hizó una pausa para centrarse bien en lo que iba a decir- Escúchame, no quiero volver a veros, no quiero que me llaméis, no quiero saber nada de vosotros, ni de ti, ni papa y mucho menos de David. No me importa lo que vayáis a decirme, voy a vivir mi vida y no lo podréis impedir. Así que a partir de ahora solo tenéis un hijo: David. Olvidaros de mi existencia.

Dicho esto cerró la puerta en las narices de su madre que se había quedado de piedra ante esas palabras. Cogió aire y lo soltó varias veces y volvió junto a Araziel quién por supuesto lo había oído todo.

-¿Estas bien?

-Mejor que nunca -sonrió- Hacía tanto tiempo que quería hacer esto y... ¡Lo hice! -Empieza a reir- ¡Lo hice!

-Me alegró mucho y ahora... -Dijo mientras cerraba el libro y lo dejaba a un lado- ¿Dónde esta el dulce que me habías prometido?

Liam se río aún más, en parte por no esperarse esa pregunta después de lo ocurrido y en parte porque era feliz. Si debía superar sus miedos ¿Por que vivir aterrado? No. Ni hablar. Se acabó. Era hora de dejar todo eso atrás, de olvidarlos, de pasar página. De todos modos nunca iban a ser su familia y todo iba a ser mejor sin ellos, estaba seguro.

Entradas Al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora