Capitulo 1

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-¡Vamos! Debemos celebrar el nuevo curso.- Seguía insistiendo Bea.

-A mi no me parece que eso se deba celebrar. Solo significa que empieza la temporada de trabajos, exámenes, no salir por las tardes, etc.

-¡Por eso! Debemos aprovechar hoy y salir de fiesta con los demás.

-Si te digo que sí, ¿vas a dejarme tranquilo?

-¡Sí! -Grito de alegría dando pequeños saltos de alegría- Sabia que terminarías aceptando.

Había sido un día agotado. Liam se había levantado muy temprano para organizar todos los libros, cuadernos... Para asistir a clases. Además se había perdido al menos unas cuatro veces intentando encontrar las aulas y debemos añadir la presión de ser nuevo allí sin tener a nadie conocido en sus clases, aun que por suerte algunos de sus pocos amigos como Bea también habían decidido ir a estudiar a ala misma universidad. Era un mundo completamente nuevo, había pasado al menos seis años en el instituto y ahora suponía empezar una vida nueva aun que realmente eso no suponía ningún problema para él.

Había terminado su ultima clase, eran las cinco de la tarde y ahora simplemente quería regresar a su apartamento y descansar. Al llegar allí empezó a arrepentirse de haber aceptado la invitación de Bea de salir de fiesta esa misma noche, pero luego se recordó a si mismo que era la única manera de hacerla callar. Aun así estaba pensando en quedarse en el apartamento. Lo había alquilado para poder estar más cerca de la universidad y también porque deseaba poder vivir sin sus padres, ya era mayor, pero aun así aun no había encontrado un trabajo para ganar algún dinero, así que en cierto modo aun dependía de sus padres.

El timbre sonaba sin parar.

-Mierda... -Susurro Liam intentando abrir los ojos y dándose cuenta de que había quedado completamente dormido en el sofá. Abrió la puerta, era Bea.

-¡Se supone que habías aceptado venir! ¡¿Que haces aun así?!

-Oh... Por favor no chilles más, ahora me visto. Solo dame cinco minutos.

Después de un bostezo y de otra mirada asesina de Bea, Liam fue a vestirse rápidamente, en realidad no sabia ni que se estaba poniendo. Eligió una camiseta blanca con una camisa negra y unos simples vaqueros negros. Liam, el típico chico que pasa desapercibido en cualquier sitio.

Al encontrarse otra vez con Bea la salir de su habitación pudo observarla mejor, llevaba un vestido rojo corto ajustado a su diminuto cuerpo y unos tacones bastante altos, Bea siempre usaba tacones debido a su baja estatura.

-¿No crees que ese vestido es demasiado corto?

-No, es perfecto. -respondió Bea- Ahora vayamos a la fiesta.

La fiesta era en una discoteca cerca de la universidad y al parecer todos los principiantes se habían puesto de acuerdo en hacer esa fiesta. Hacia un buen rato que había perdido a Bea entre tanta gente, ahora se encontraba solo en la barra bebiendo algo que había preparado el camarero al azar, lo único que sabia es que contenía alcohol, a lo mejor eso conseguía animarle aun que fuera un poco. Estuvo solo hasta que una chica se sentó a su salado en la barra.

-Eres muy guapo, ¿como te llamas? -le pregunto la chica-.

-Liam. -Respondió algo sorprendido, el no era quien hacia muchas amistades nuevas, eso era más bien el trabajo de Bea-.

La chica se cruzo de piernas y su vestido (algo parecido al que llevaba Bea, ya que era bastante ajustado pero aun más corto) le subió, estaba a apunto de mostrar su ropa interior. Lo había hecho a propósito, pero eso no funcionaba con él. Liam hizo la intención de levantarse y salir de allí pero esa chica le agarro el brazo y le atrajo hacia ella.

-¿Donde vas? ¿Por que no vamos a un sitio más intimo? -pregunto la chica con una voz muy sensual- Solos tu y yo -susurro al odio de Liam, así que el pudo olor como su aliento apestaba a alcohol-.

-Lo siento, tengo que irme.

Entonces Liam consiguió liberarse de esa chica, pero como no veía a Bea por ninguna parte decido que era mejor irse de allí. Al salir de la discoteca una ráfaga de aire frió lo envolvió, en ese momento se arrepentía de no haberse puesto algo más grueso que una camiseta y una camisa, el aire de la noche era realmente gélido. Empezó a andar por las calles devuelta a su apartamento hasta que se dio cuenta de que se había perdido. Muy bien Liam, hoy ya es la quinta vez. Siguió andando por las oscuras y solitarias calles intentando buscar alguna indicación de donde se encontraba cuando empezó a oír unos pasos que se acercaban por su espalda. Liam se giro rápidamente pero fue demasiado tarde, algo ya se había tirado encima de su espalda y no había sido capaz de ver de que se trataba. Esa cosa estaba dándole golpes, él se giro para ver que era y eso fue lo peor que había visto en su vida. Era algo parecido a un perro a dos patas con unas grandes garras y una cola de reptil. Liam no creía lo que estaba viendo, quedo paralizado y esa cosa volvió a atacarle, lo tiro al suelo y le clavo las garras en el abdomen. Eso dolió, y mucho. Observó como ese monstruo levantaba otra vez sus garras con la intención de clavarlas de nuevo, entonces una punta de una espada salido por el torso de ese monstruo y cayo a un lado.

Liam aterrorizado y a la vez con un gran dolor en su abdomen que parecía extenderse por todo el cuerpo intento levantarse.

-No te muevas. -Dijo una voz-.

Liam levanto la vista y vio a un chico que más o menos aparentaba su edad, pero parecía extraño, vestía con ropa de colores muy oscuros y llevaba una capa negra larga hasta los pies con una caputza puesta que le impedía observar bien su rostro. El chico hizo salir unas pequeñas llamas amarillas de sus manos y las lanzo sobre el cuerpo de ese monstruo, este se empezó a prender fuego hasta quedar reducido a cenizas. Luego se arrodillo delante de Liam y observó su herida.

-Eso no tiene buena pinta. Debo ir a algún sitio a curarte o vas a morir.

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