Tras el beso de Justin, lo miro incrédulamente. Lentamente acerco mi dedo a su mejilla, ligeramente sonrosada, para tocarlo y confirmar que nada es un sueño.
Justin se ríe al verme.-¿Qué haces?-Me pregunta y él hace lo mismo, pero conmigo.
-Te echado mucho de menos.-Me abalanzo sobre él.
-Yo también.-Me sujeta y me aprieta contra él.
Permanecemos abrazados durante bastante tiempo. El silencio habla por nosotros.
*NARRA JUSTIN*
Son las cuatro de la mañana, según pone marca el reloj de mi mesilla.
Miro hacia el otro lado de la cama y veo que no está Faith. En ese momento noto como que algo en mi cerebro a cambiado, recuerdo el accidente de la noria, la estancia en el hospital en coma, mis intentos de poder despertar y no hacer que Faith estuviera triste por mi estúpida idea de salir de aquel bagón. Necesito encontrarla. Salgo del cuarto y la busco.
No hay muchas habitaciones pero hay una que hace que sienta que ella está allí. Siempre buscaba la habitación más escondida. Abro la puerta sigilosamente y allí está, durmiendo. Me acerco y la observo. Aunque esté durmiendo se le nota el cansancio, el dolor que ha sufrido por mí. Me acuesto junto a ella. Ahora ya puedo descansar.
*NARRA FAITH*
-Deberíamos ir a desayunar.-Dice Justin.
-Sí.-Nos levantamos y cuando salimos, Sam y Matt se encuentran desayunando en la mesa de la cocina.
-Buenos días, chicos.-Dice Sam tan alegre como siempre.
-Buenos días Sam.-Le dice Justin. Sam al oírlo se queda atónita.
-Ya ha recuperado la memoria.-Le digo.
-Me alegro mucho.-Se levanta y abraza a Justin.- Venga a desayunar.
Nos sentamos para comer algo. No hablamos mucho. Cuando acabamos recogemos todo y Matt y Sam nos dicen que tienen que hablar con nosotros. Nos sentamos en el sofá que hay en el comedor.
-Bueno, ahora que Justin ha recuperado la memoria, ya podemos empezar a hablar de lo vamos a hacer.-Comienza Sam.
-Para ir por delante de los Casterwill vamos a intentar encontrar esos documentos de tus padres, para que no te vuelvan a secuestrar.-Continua Matt.
-Eso esta muy bien, pero yo no sé donde están esos documentos.
-Si lo sabes pero tu cerebro ha oprimido esos recuerdos, lo único que tenemos que hacer es sacarlos.-Dice Sam.
-¿Y cómo se hace eso?-Pregunta Justin, interesado.
-Faith empezará a mirar el movimiento de una luz y responderá a las preguntas que yo le vaya haciendo y poco a poco iremos sacando los recuerdos reprimidos que ha guardado en su cerebro.-Le aclara Sam.
-¿Es cómo una especie de hipnosis?-Pregunto desconcertada.
-Si, algo parecido.
-Cuanto antes averiguemos lo que escondes antes podremos acabar con esto.-Dice Matt.
-¿Pero que pasará cuando yo os dé la información?
-Se lo comunicaremos a tu familia, ellos buscarán los documentos y harán con ellos lo que deban hacer.
-¿Y si yo no quiero dárselos?
-Será mejor que ellos los tengan, no te conviene tenerlos tu vida correría peligro.-Me advierte Sam.
-No creo que más del que ya he corrido.
-¿Cómo?-Matt me asombrado por mi contestación.-Todo lo que has pasado no es nada comparado con lo que los Casterwill podrían hacerte.
-Bueno parad ya, discutiendo no llegaremos a ningún sitio, así que vamos a hacer lo que debamos y luego ya discutimos esto.-Grita Sam, creo que es la primera vez que la he oído levantar tanto la voz.-Faith ven conmigo, vamos a comenzar con la terapia.
Me levanto del sofá y la sigo, Matt y Justin vienen detrás de nosotras.
-No, vosotros quedaros aquí, no quiero que haya ninguna interrupción.-Advierte Sam, así que retroceden y se sientan a esperar a que salgamos.
Entramos en una especie de despacho y Sam cierra la puerta tras sí.
-Ven siéntate aquí.-Me señala una silla que hay frente a un aparato. Cuando me siento, ajusta ese aparato para que quede a la altura de mis ojos.
Lo enchufa y el aparato comienza a desprender una pequeña luz verde que se mueve de derecha a izquierda.
-Mira fijamente la luz y deja la mente en blanco.-
Comienzo a hacerlo. Mis ojos empiezan a seguir a aquella luz como unos patitos a su madre.
Tras varios minutos, Sam comienza a hacerme preguntas.
-¿Tu nombre es Faith Cooley?
-Sí.
-¿Tienes diecisiete años?
-Sí.
-¿Has vivido en España?
-Sí.
-¿Recuerdas algo de cuando tenías cinco años?
-No...espera sí.-Parece que esa luz me hiciera recordar.
-¿Qué recuerdas?
-Recuerdo a una señora mayor que me cogía y me sentaba en su regazo mientras me mecía.
-¿Te dijo algo esa señora?
-Sí, que mis padres habían muerto.
-¿Recuerdas algo de tus padres antes de que murieran?
-Creo que sí.-Esa luz seguía sacando cosas de mis subsconsciente.
-¿Qué es?
-Parece el día de navidad, estamos en el salón y para conseguir mis regalos tengo que resolver un acertijo.
-¿Qué acertijo?
-Uno en el que tengo que encontrar el sitio más frío de la casa.
-¿Cuál es ese sitio?
-El estudio de papá, aunque cuando entro en él sólo veo un cuadro de unas montañas con una nota pegado en el marco.
-¿Sabrías edintificar las montañas?
-Creo que mamá me dijo que eran los alpes suizos, ya que a papá le encantaba ir allí.
-¿Y qué pone en el papel?
-Que los regalos sólo los encontraré si busco en el interior de mi corazón.
-¿Y qué hay en el interior de tu corazón?
-Le digo a mamá que nada, pero ella me dice que me esfuerze más, lo hago pero sigo sin encontrarlo, pero ella insiste en que lo siga intentando hasta que pienso en que seguro que está en el armario de mi habitación allí es donde siempre acaban los acertijos de papá y mamá.
De repente Sam apaga la luz y yo me sumo en un profundo llanto, no sé porque pero no puedo parar.
Justin entra en la habitación para ver que pasa, en cuanto me ve se acerca hasta mí y me abraza.
Sam sólo se fija en una libreta que lleva en sus manos, no se preocupa por mí, y sale en busca de Matt.
-¿Qué ha pasado?
-No lo sé, ha llegado un momento en el que no era yo.-Digo intentando relajarme.
-Vente vamos.-Dice Justin llevándome hasta mi cuarto.
-Creo que ya lo tenemos.-Oigo decir a Sam.
(*)Muchas gracias por leer y perdón por subir tan tarde es que he estado un pelín liada. Bueno espero vuestros comentarios y votos que me hacen que siga con la novela,enserio muchísimas gracias(*) Cris Martínez.
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Troublemaker
Fiksi PenggemarCreía que mi vida ya no tenía ningún sentido, y lo más sensato que se me pasó por la cabeza en ese momento de incompetencia fue el suicidio. Pero tras mi encuentro con él aquella noche lluviosa de invierno hizo que cambiara todos los esquemas de mi...