Capítulo 8

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Narra Jin

Había dormido con la cabeza apoyada sobre su mano, las apretaba fuertemente entre las mías. Me sentía tan culpable por lo que le había echo. Sentía vergüenza de mI mismo y del daño que le estaba provocando.

¿Estaba idiota? Esta chica me estaba cambiando y no me había estado dando cuenta.
Me incorporé en la silla le bese la mano una vez más y saque su móvil de mi bolsillo las 5:37 de la mañana. No había ninguna llamada o un mensaje. Nada.
Entendía lo que era el sentirse sólo. Pero ella en verdad estaba sola y yo hacía peor las cosas.
La vi moverse un poco en la camilla me puse de pie y bese su frente delicadamente y acaricie su pelo.

Abrió los ojos y me miro perpleja, aunque se mantuvo quieta entre mis caricias no parecía molestarse pero tenía dudas en los ojos.

-Te desmayaste - susurre - Nam te trajo...
-¿En donde esta el? - una ligera punzada llegó a mi. Pero claro, ¿Que me esperaba yo? Si el había estado para ella todo este tiempo. Celos - Te hice una pregunta Jin.
-Se fue a su casa.
-¿Que haces aqui?
-Cuidarte.
-Bueno gracias pero estoy bien. Ya debo irme.

Eso un intento por levantarse, pero de inmediato se agarró la cabeza y volvió a acostarse. Me preocupe como nunca en toda mi vida. Salí casi corriendo llamando al primer medico que pasó por el pasillo.

-Bueno ya despertó eso es bueno -  sonrió, levantando la vista del expediente en sus manos,  pero al ver la cara de dolor que presentaba, cambio su expresión tranquila ¿Había algo mal? - ¿Que le duele?
-La cabeza.
-Es muy fuerte.
-Si mucho.
-Bien traeré un calmante. Acompañeme un momento.

Salí detrás del doctor y su mirada no me alentaba a nada bueno.

-Iré por sus exámenes, no deje que haga ningún esfuerzo es mejor si duerme, mandaré a una enfermera con el calmante. Con permiso.

Se fue tan rápido como hablo, entre a la habitación y la vi acostada con los ojos cerrados.

-Jin. ¿Podrías cerrar las cortinas? la luz... no me gusta... Yo....
-No digas nada ya lo hago.

Sonreí ligeramente, no podía verme pero debía ser fuerte. Hice lo que me pidió y volví a su lado. Me senté en mi silla.

-Jin.... ¿Puedo.... Quizás... Pedirte un favor?
-Si ¿Que es?
-Podrías abrazarme. Puedes decir que no... De echo es algo tonto déjalo...
-La interrumpi- Hazte más para allá - dije acostandome a su lado. Poniendo mi brazo para que se acostase, y la pegue a mi lo más que pude, tapándola bien con la sabana. Se sentía bien estar a su lado pero no me gustaba verla enferma.

-¿Nam... volverá?
-No me dijo nada.
-Oh

Pronunció esto y se puso de costado se apoyó a mi hombro y se aferró a mi chaqueta. Como la última vez que dormimos juntos.

¿La quería? Seguramente pero era un sentimiento extraño para mi ya que al verla tan frágil deseaba protegerla. Pero no quería aferrarme a su presencia. ¿Miedo? A que ella no sintiera lo mismo que yo.

La escuche respirar tranquila, así supe que se durmió. Mi pequeña. Si, mi pequeña. La cuidaría desde ahora.  Ya no sería un imbécil.

-Joven el doctor lo llama, yo me quedaré hasta que vuelva.

La enfermera sonrió amable y salí hacia donde me explico la enfermera. Estaba nervioso y si me daba alguna mala noticia ¿Que haría YO?

-Pase Joven - dijo antes de que siquiera tocará la puerta.
-Si.
-Sientese.
-Si.
-Bueno, por sus respuestas se que esta nervioso. Ella estará bien, sólo debemos cuidarla más, a estado no se ¿Teniendo muchas presiones. Preocupaciones quizás?
-Bueno tenemos una prueba algo exigente...
-Ya veo...-  baje la mirada ante la culpa que me comía -La paciente a estado esforzándose, su alimentación debe ser deficiente y su estado de ánimo a debido estar muy mal. Todo eso la esta poniendo así. ¿Puedo confiar en usted?
-Por su puesto.
-Bien, necesito que vigile lo que come, si come,  que come, todo.  Ademas debe empezar otra dieta que la hagan recuperar una condición normal. No debe preocuparse demasiado entre otras cosas.
-Si.
-Además que será dada de alta hoy mismo. Pero, no se con quien hablar para que la vigilen el resto de horas que usted no esta con ella. -Su padre esta de viaje, volverá en unas semanas. Daré aviso a sus sirvientas en su casa. Supongo eso será de ayuda.
-Bien. Es todo por ahora.

Me paso una tarjeta con su número del consultorio y uno privado. Sali de ahí más preocupado que antes. Por eso esa tarde me pidió quedarme. No le agrada comer sola.  Bien...

Narra __________

Desperté de nuevo el dolor de cabeza bajaba. Al igual que mi corazón, Jin no estaba y se me partió el alma. Una enfermera estaba sentada frente a mi camilla con la nariz metida en una revista, hice un esfuerzo para sentarme y me queje por el repentino mareo que vino. Saco la nariz de su revista y me dio una sonrisa dulce, se paró dejó la revista en la silla que ocupaba y vino en mi rescate.

-Su novio volverá pronto, fue a hablar con el doctor. El es muy. . .
-No es mi novio- dije susurrando y bajando la cabeza, esas palabras me dolían, al parecer.
-Oh. Es que. . . el dijo eso. Para llenar el registro. . .
-¿Que?
-Perdoneme mi. . .
-Ya vine. . .

Dijo Jin en voz baja entrando a la habitación, sonrió en mi dirección, la enfermera me ayudó a sentarme me arreglo la sabana y salió agarrando su revista.

-Pensé te habías ido - mi voz a penas era un murmullo. Me avergonse por eso.
-No, supuse ya despertarias. Así que fui por algo de comer. ¿Comerías conmigo?
-No tengo hambre.
-Igual debes comer. Esta rico lo juro.

Sonrió de esa manera tan linda y sólo asenti a su petición, le sonreí al verlo sentarse junto a mi y acercar la mesa para enfermos frente a mi.

Saco un montón de cosas, no creí pudiéramos terminar sólo los dos con tantas cosas. Pero lo hicimos, bueno el lo hizo, la verdad comió mucho más que yo. Pero era lindo verlo comer tan atento, disfrutando los sabores. Pero sobre todo, los lindos detalles que tenía conmigo,  para darme de comer o para que probará de todo.

Había sido una bonita tarde a pesar de estar en un hospital casi muriendo. O eso pensaba YO

-_____ Yo. . .
-¿Si?-  sonreí en su dirección, forzando una sonrisa en realidad.
Sabía lo que seguía."Debo irme mis padres están preocupados" ó."Cambiaré de pareja" prepare que decir en mi cabeza. "Si, esta bien, yo haré algo sola." Siempre sola.
-De ahora en adelante quiero que almuerces y cenes conmigo.
-¿Perdón?- shock total. Me quedé sin palabras.
-Si, mira mis padres se van de viaje y pues detesto comer solo. Así que me preguntaba si. . . ¿me puedes hacer compañía? Si quieres puedes decir que no. . .
-Bien. . .  Pero tu vienes a mi casa para comer.
-Bien. Tenemos que ensayar mucho así que mmmmm. ¿Tienes donde podamos hacerlo?
-Si. Por supuesto.
-Bien. . .

En eso le dije una sonrisa no muy segura de lo que pasaba y Nam entró por la puerta, le dio una mirada asesina a Jin y a mi una preocupada se acercó al lado contrario de la posición de Jin y tomo mi mano.

-Oh que bueno estés mejor preciosa. Si vuelves a darme un susto de esos juro matarte yo mismo.
-¿Preciosa? - Jin miraba enojado las acciones que tomaba Nam para conmigo. Nam lo ignoraba.
-Es miércoles nena. ¿Vamos a cenar y una pelicula? - sonreí y después recordé que cenaria con Jin.
-Tengo cosas que hacer -  dijo de repente Jin alzando su mochila y llevándose con el la bolsa de las cosas que comimos antes - Nos vemos mañana.

Me besó en la frente me acaricio la mejilla y se fue. SentI un vacío inexplicable y la tristeza vino a mi.

-Vaya él chico es rápido.
-¿Eh?
-Nada. ¿Qué dices vamos?
-Bien. - alargue la n y le empuje ligeramente. Me paso unos dulces que traía y la pasamos hablando.

Mi alta llegó y nos fuimos de ese lugar.  Muy temprano.

-Pizza?

Asenti me agarró la mano y paro un taxi. Me ayudó a subir y subió tras mío.

Hiba pensando en las miles cosas que me pasaban. Jin sobre todo. Nam hablaba sin parar sobre algo que no entendí para nada.

Jin. ¿Estas bien?

MALDITA PRIMAVERA.       ((JIN Y TU))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora