Narra Celeste
-Papa lo entiendo en serio lo hago. Pero es estúpido.
-Sin eso, tu vida de reina se acabara entiéndelo.
-Pero...
-Está dicho ya vete.
-Sí. PAPÁ.Salí enojada de casa, pero también muy deprimida, mi ensayo junto a V se había cancelado, anoche me llamo informándome. También diciendo que por favor le dijera a Jung que su novia se fugó con él. Par de suertudos, escapar cuando quisieran ha de ser divertido.
-Señorita...
-A la universidad ya lo sabes.
-Su padre quiere que use esto.
Me entrego una pequeña bolsa adentro una caja roja. Saque el contenido, una cadena plateada con mi inicial, vaya regalo. ¿Porque no podía dármelo él?
Era extraño. Hasta cruel en cierto punto.
-Gracias, vámonos ya.
Subí al auto negro. La cadena enredada en mis dedos, la mire fijamente más de una vez, no quería usarla me daba miedo que estuviera envenenada o algo así, no me sorprendería.
Hace mucho que el viejo no me daba regalos así. En fin. Me recosté en la cabecera y comencé a recordar lo que me había pasado en estos días. De repente la cara del idiota paso por mis imágenes mentales. No era una imagen al azar era su arrogante sonrisa. Pero esta era del día que me abrazo.
De repente sentí mis músculos faciales dibujar una sonrisa en mi cara. ¡Maldita sea Celeste contrólate!
-Ya llegamos señorita.
La voz a mi lado me despertó, era mi chofer rompiendo mis pensamientos y esta vez se lo agradecía. Sostuve su mano que me ofrecía para ayudarme a salir del auto.
-Gracias.
Al entrar a la sala de ensayos me sentí más sola que nunca, claro me había aunque sea un poco aferrado a V, era un chico con ideas locas. Pero podía reconocer que era un gran amigo.
-¿quieres ensayar conmigo?
De repente esa voz me hizo dar la vuelta rápidamente, el dueño de esa voz estaba con los brazos cruzados en el umbral de la puerta viéndome fijamente, pude notar que su vista paseo de arriba a abajo en mi cuerpo.
Me quedé helado sentía que mis mejillas comenzaban a arder. Pero rápidamente me quite eso de enrojecer por Dios sólo era el imbécil más grande del planeta. El que competía con Park, para ver a cuantas se cogía en una semana.-No gracias Jung.
Di la vuelta y empecé a estirar mis músculos, disimulando puse mi mirada en los enormes espejos. El seguía allí mirando fijamente hacia mi. ¡¿Por que no sólo se hiba?!
-Tengo que. . .
-Lo sé. Lo sé. Ensayar, mira Azul. Ensayemos juntos ¿Si? Yo te ayudó y tu a mi.
-Primero: Es Celeste, no Azul.Con ese levante mi dedo índice. Demostrando que seguiría.
-Segundo: Nuestros bailes escogidos son distintos es obvio.
Tercero y último: ¿que te hace pensar que necesito tu ayuda?Con esto sólo puse ambas manos en las caderas esperando su respuesta.
-¿Por que eres asi?
-¿Disculpa?
-Si, sólo eres asi conmigo y quiero saber el porque. No te hice nada más que molestarte. Pero joder tu también lo haces conmigo. ¿Qué hice en el infierno para ganarme tu odio?Me quedé pensando unos segundos. La verdad sólo lo quería lejos de mi, no quería que pensará que era como sus conquistas de dos horas. Se metía en sus pantalones y pretendía a la tercer hora que ni la conocía. Eso no era lo que quería y ya.
-Porqué...
Eso fue lo único que salió de mis labios. ¿Por qué ahora me preguntaba esto?
-Mira. No creo poder ser tu amigo. Pero podrías dejar de odiarme, es bastante incómodo para ambos ¿lo sabes?
No lo sabía. De echo ni lo sospechaba.
-¿Me llevas al hospital?
El se puso pálido, de repente su humanidad se encontraba demasiado cerca y tenía su mano en mi frente.
-¿Te sientes enferma?
-No. Quiero ver a alguien ¿Vamos?El, me dedico una sonrisa, asintió, dio media vuelta y salió de la sala. Una extraña sensación de bien estar estaba dentro de mis entrañas. Estaba siendo estúpida. Agarré el gran bolso en mi hombro y camine detrás de el.
-Mi medio de transporte esta algo lejos ¿Te parece verme en la entrada?
-¿Quien usa hoy en día la frase: Medio de transporte?El levantó una ceja en forma de "no me hagas dejarte aquí" entonces asentí estúpidamente y camine hacia la entrada. El a buscar su auto.
Me apoye en una de las grandes rejas que cubrían la universidad, hasta que una moto se estacionó frente a mi. No le Di importancia.
Narra J-Hope
-Celes subete.
Ella me dio una mirada espantada muy graciosa.
-¿Estas bien?
-Si... si, si claro. Algo impresionada sin embargo. Temo confesar que no me agradan las motocicletas.
-Bien, prometo no te caeras, iré lento. Vámonos.Ella tomó mis hombros para subir, sin embargo no se aferró a mi cintura. Por el espejo retrovisor pude ver su cara de miedo.
-No te mordere, sólo abrazame es por tu seguridad. Y ponte esto.
Le pase un casco que traía extra en mi casillero, por si pasaba algo con el mío. Enredó sus dedos en mi chaqueta muy fuerte, sonreí. Encendí la moto y de inmediato se aferró a mi cintura envolviendome en un muy fuerte abrazo.
-Despacio nena, ¿No quieres que choquemos por mi falta de aire o si?
Sentí su cabeza moverse velozmente para negar mi pregunta. Que tierna... ¡No! Es una chica asustada, eso es lo que es.
Arranque la moto y volvio el abrazo de oso asfixiante, sonreí negando, salimos a la carretera y sentía que una tortuga podría ir más rápido que nosotros.
-Aumentare un poco ¿vale? Oh llegaremos dentro un mes.
Ella asintió en mi espalda y pego su anatomía a la mía, esto estaba jodidamente mal.
45 minutos sin poder respirar correctamente era lo que había recibido por traer a esta chica.
-Gracias.
Al bajar note que ella temblaba, sonreí de inmediato y la ayude a caminar al interior. Una mujer de 100 años nos atendió, diciendo el número de habitación que le interesaba.
Para mi jodida buena suerte la chica a quien visitabamos no estaba sola.
-Mierda.
Maldije en voz baja
Asi que aquí estamos 6 personas viendo con odio unas a otras.¡Simplemente Genial!