LEMON
Narra Celeste
Necesitaba salir corriendo, Hope no tenía idea lo que decía. Yo no quería estar con el. Sobre todo sabía que lo hacía para darle celos a su amiguita. Pero ¿no se daba cuenta, cuanto me odiaba ella?
-Estúpido.
Necesitaba un taxi y volver a la universidad, aún no perdía todas mis clases. Y eso era lo que necesitaba distracción. Una gran distracción, ¿Cómo pensé en el imbécil como un amigo? Era claro que el me quería usar para su beneficio y ya.
-Maldito imbécil.
Hacer rabietas en la calle estaba mal. Respire profundo y trate de mantener la calma.
-¿A donde vas?
La voz del imbécil me llevó a enojarme de nuevo.
-De vuelta a mis clases.
-Te llevó.Tomo mi brazo sin permiso, y empezó a caminar.
-¡Que no!
El abrió los ojos enorme por que le había gritado y también quitado mi brazo de su poder.
-¿Ahora por que estas enojada?
-No lo estoy.
-SI lo estás y quiero saber la razón.
-No.Vi una luz extraña pasar por su retina.
-Si asi lo quieres.
No pude decir más nada, me subió a su hombro, me pego una nalgada y se puso a caminar.
-¡QUE DEMONIOS HACES IMBECIL!
-Esa boca cielo, no uses ese vocabulario.
-¡YO HABLO COMO SE ME PEGUE LA GANA ESTÚPIDO!
-Bien.Me pego otra nalgada un poco más fuerte.
-¡DEJA DE PEGARME IDIOTA!
-Deja se usar insultos.Cerré la boca, no quería más nalgadas de su parte.
-Esa es mi Chica.
Mi pulso se aceleró y mi cara comenzó a arder. Oh vamos Celeste no lo dice en serio.
Sus brazos me pusieron ayudaron a mis pies a tocar el suelo.-Vamos sube.
No era una petición, era una orden. Orden que acate en total silencio.
Tenía 1 hora sentada en la moto, ya no sentía tanto miedo. Sentía que volaba al sentir el frío viento en la cara. Tenía su cuerpo pegado al mío. Y la estúpida sensación de seguridad no se iba.
-Llegamos.
Apagó el motor, se quedo en su lugar esperando que yo bajará.
-¿Donde estamos?
-En mi departamento.Me atore con mi propia saliva, y empecé a toser exageradamente.
-Tranquila, no voy a secuestrarte, olvide algunos libros.
-¿Sabes que perdimos otra clase cierto?Sólo sonrió y bajo de la moto, camine detrás de el, como si separarme fuera mi muerte.
Apretó el botón del quinto piso en el ascensor y nos quedamos en silencio hasta llegar.
El salió del ascensor con las manos en los bolsillos y yo aferrada a mi misma. Estaba nerviosa jamás había tenido un amigo con el que ir a su hogar era completamente nuevo para mi.
-Ven entra esperame sentada.
El dejó la puerta abierta para mi, entre casi temblando.
Todo era hermoso, el entró a una puerta la cual supuse era su habitación.
Había al rincón una cocina que parecía muy acogedora.