Capítulo 30

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Narra Hoseok

No podía creer lo que me estaba pasando.
Después de ese día Celeste no salía de mis pensamientos, pero ella me ignoraba olímpicamente. Nos habíamos visto por los pasillos un sin fin de veces.
Pero ella parecía no verme, pasaba junto a mi sin notarme, ni una sola mirada. Un insulto era lo que me esperaba por cada vez que me mirara.
Pero nada, absolutamente nada.
Eso me estaba fastidiando, no sabía por que, es decir: Yo era el que se acostaba con una chica y después la ignoraba no al revés, jamás al revés.
Pero ella parecia ser inmune a mi.
La frustración me estaba llenando las venas.
Azote la lata de soda que tenía entre los dedos con la mesa frente a mi.

-Vaya el humor de hoy no es el mejor verdad.
-Cállate CL.
-Vaya cariño ¿Un mal acoston?

La mire con todo el odio y frustración que tenía, agarre mi chaqueta y me dispuse a irme.

-No te vayas cariño. Yo puedo hacerte olvidar.
-No estoy de humor CL.
-De eso se trata, cambiar tu humor.

Entonces ella llevó sus labios a los míos, quise resistirme, después recordé quien era yo. Quien debía ser.
Deslice mi lengua en su boca, y como siempre ella lanzó un gemido simulado. Recordé los pequeños gritos y gemidos que me ofreció Celeste.

-CL. . .
-Váyanse a un motel.

Entonces despegue a CL de mi rostro. Y ahí estaba la razón de mis repentinos ataques de querer cambiar. Tenía en la mirada la decepción total, veía claramente la cristalización en ellos ¿Quería llorar?

-Azul no es lo que piensas. . . Yo. . .
-Soy celeste imbécil.  Y no me importa Hoseok, no es de mi incumbencia. Vámonos Rosario.

Ella empezó a caminar y su amiga se rió entre dientes.

-Espera.

Su amiga dio media vuelta, me miro mejor.

-¡¿El es Hoseok?!

Maldita sea la nena me conoce. Pero ¿De donde?  Oh no. Celeste. . . ¿le contó?

-Ro déjalo estar.
-No.

Camino directo hacia mi y me propinó una cachetada la peor de toda mi vida. La niña tenía fuerza.

-¡No te le acerques otra vez!

Agregó esas palabras como si el daño se lo hubiera echo a ella. Celeste tenía los ojos bien abiertos y una semi sonrisa. Sonrisa que me dejó más idiota que el golpe. Ya había caído. Estaba en el camino que jamás quise tomar. Y ahora ya estaba sufriendo. No quería ese dolor. Pero quería seguir ese camino. Celeste era mi camino. Me puse la chaqueta negra me paré de inmediato y seguí los pasos de Celeste.

-¡¿A donde vas?!

Di la vuelta y detrás de mi tenía a una CL de brazos cruzados con la cara roja de enfado.

-Debo irme.

Simplemente eso, debía irme, rogar por mi vida. Y pedir perdón.
Era fácil ¿No?

Narra Celeste
4 horas antes.

Mi padre me tenía en su oficina de nuevo. Sentada frente a su escritorio atrasada para mis clases y con los nervios de punta.

-¿Ya lo pensaste mejor?
-¿Disculpa?

MI padre tenía una decisión sobre mi vida, la cual no acepte. Según el yo debía aceptar no me obligaría. Y con más razón ahora me revelaba.
Era como una condena de muerte lo que firmaría.

-Si, lo pensé.

Dije sin ánimos. La compañía de mi padre crecería y se haría una multinacional. Quería a mi padre, y me sentía con la capacidad de hacer algo asi yo. Sola.

MALDITA PRIMAVERA.       ((JIN Y TU))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora