Evgeny

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Los días pasaron y pasaron, días con lluvia, días soleados, días bastante aburridos y preocupantes, mas que nada para Tadashi, desde que se entero de la terrible noticia por parte de Baymax, no ha hecho nada mas que preocuparse por el hombre que le dio un techo y alivio gran parte de su dolor, ahora tiene miedo, sabe que puede volver a experimentar ese dolor de nuevo, quiere prepararse para lo peor, ya no puede hacer nada para cambiar lo que esta por venir.


En verdad es injusto, pero cierto lo que dicen, una vez que la rueda del destino empieza a girar, nada puede hacerse para detenerla, el sabe que la vida le ha sido injusta, primero sus padres, luego su hermano, ahora alguien mas va a irse, lo peor es que ni siquiera sabe su nombre, pero lo ama como si fuera el padre que perdió, ya paso por ese dolor y ahora la herida esta abriéndose nuevamente, es como si sintiera la carne siendo desgarrada lentamente, una y otra vez, como si sus heridas fueran cosidas y luego, de un tirón, son arrancados esos puntos, por así decirlo, haciendo mas daño.

Eso sin mencionar que nadie quiere escuchar su versión de la historia, que nadie quiere ayudarlo de la manera en la que el quiere, para muchos el esta mal de la cabeza, necesita atenderse por su propio bienestar, por su malestar mental, -ellos son quienes están locos-, se repite a si mismo una y otra vez, tratando de mantener la calma, en verdad rogando no estar hundido en el umbral de la completa locura o la demencia.


Estos últimos días el ha estado viniendo solo al trabajo, a pie, el anciano esta muy débil como para poder hacer algo, debe reposar, esta constantemente tosiendo y escupiendo sangre, el olor que emana de esta es repugnante, hasta pequeños fragmentos de carne, quizás de sus deteriorados pulmones, salen cada vez que escupe, se nota que cada vez que tose es un infierno para el, Tadashi no puede imaginarse el dolor que el viejo esta pasando, pero ver su rostro ya le da una idea por lo que esta pasando.

Ha dejado a Baymax con el anciano estos últimos días, muy a mala gana acepta los cuidados que el robot enfermero ofrece, pero tanto el como Tadashi saben que solo están retrasando lo inevitable.

El ambiente del trabajo es muy triste, las jornadas han parecido eternas y a la hora de volver a casa solo hay un terrible pensamiento en su cabeza, el de entrar por la puerta de aquella casa y encontrarse con Baymax frente al cuerpo sin vida del anciano, aunque por el momento no ha sido así, solo encuentra al viejo, de muy mal humor, llamándolo como siempre por el nombre que le puso y Baymax, quien le avisa cual es el estado del hombre y lo que sucedió en el día, Tadashi tuvo tanto tiempo en el trabajo que construyo un nuevo cargador portátil para Baymax, en el local tenia todo lo que necesitaba y fue bastante fácil para el, sabe todo sobre Baymax así que para alguien como el no fue un reto empezar desde cero.


El invierno esta viniendo, el anciano se lo dijo esta mañana, antes de que el saliera para el local que esta atendiendo solo, por el momento, las abandonadas calles de San Fransokyo, iluminadas por el tenue sistema de luces, inspiran cierto temor, como si algo fuera a salir en cualquier momento desde las sombras, eso o algún drogadicto desesperado por obtener dinero para alimentar su profano vicio, también estaban los matones y mucho mas, ese Whiz Daddy lo tenia preocupado a el, temía mucho encontrárselo en la calle o que viniera al local mientras el estaba solo, mas aun que el estuviera armado y no temiera asesinar a alguien a sangre fría, al menos en estos días que pasaron el desagradable gordo afroamericano no había aparecido, pero aun así no descartaba la posibilidad de que pronto lo hiciera, parecía que el y el anciano tenían historia u algo así.

El viento fresco golpeaba su rostro, moviendo su cabello y haciendo que su gorro se moviera, por lo que el subía sus manos y lo acomodaba a su gusto, la brisa suavemente acariciaba la quemadura que tenia en la cara y se llevaba las pequeñas lagrimas que salían por sus ojos, eso le traía recuerdos de cuando se levantaba temprano a llevar a Hiro a clases, como el pequeño lo apuraba para que se levantara, avisándole que era tarde y no llegaría a tiempo, recordó una ocasión en la que salieron tan apurados que el aun llevaba los pijamas puestos y llego a la universidad vestido con eso, tuvo que pedirle algo de ropa a Fred, la cual le quedaba como si fuera un rapero, ese recuerdo le saco una sonrisa, extraña a sus amigos, mas que nada a Hiro.

Shadowfire: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora