Shadowfire: El Origen

Sunfire

Sres. Pasajeros, les habla su capitán, estamos llegando a San Fransokyo, aterrizaremos en breve, por favor ajusten sus cinturones y manténganse en sus asientos, muchas gracias.

Así anunciaba la llegada el Capitán del avión privado de Tony Stark, el viaje había durado un par de horas, con la armadura Mark VII hubiera llegado mucho mas rápido, pero tiene una carga al cuello, bueno, al menos así le dice burlonamente a Steve, su compañero, Stark siempre es así, mocoso, engreído, como si fuera un niño pequeño, pero en el fondo es una buena persona, se preocupa por los demás, aunque no lo parezca, y hace lo que sea por sus amigos, mas por aquellos que en verdad ama.

El pelinegro se había dormido durante gran parte del viaje, el sonido de su capitán de avión lo había despertado, de a poco abría sus ojos, de color marrón claro, mirando alrededor de su lujoso avión, con minibar incluido y mas, pudo ver a Steve, mirando por la ventana del avión, su mirada denotaba mucho asombro, ''¿Primera vez aquí?'' -le pregunto el pelinegro, bostezando luego.

Si...es increíble -dijo Steve, sonriendo- jamas había estado aquí, es como si fuera Nueva York...pero con mas color, no tan...gris.

Pense que te gustaba Nueva York...

Claro que si, ahí viví y todo eso...pero este lugar me ha dejado atónito, y solo lo he visto desde arriba jaja -dijo el rubio, con una expresión de felicidad y serenidad en su rostro- ¿cuanto estaremos aquí? -pregunto Steve.

No lo se Cap...espero que no mucho, tengo muchas cosas mas importantes que hacer -menciono Stark, algo molesto.

¿Entonces me podrías decir para que aceptaste venir si tenias tantas cosas que hacer?

Mira Capipaleta, no me jodas ahora, estoy cansado...

¡La boquita! -dijo Steve, algo molesto, causando que Tony se largara a reír un buen rato -uff, nunca vas a madurar, ¿verdad?

¿Madurar?, me lo dice el mocoso que sigue siendo virgen y que si actúa como un niño -comento el pelinegro- así que deja de ser uno tan ''bien portado'' y madura tu, ''Sesos Helados''

Ambos eran así, cualquier cosa iniciaba una discusión entre ellos, como si fueran dos hermanos pequeños peleando por un juguete o una pareja de casados, eran bastante irritantes para los demás en el equipo, pero a pesar de todo ellos tenían virtudes y fortalezas que mantenían a esta ''familia'' unida, si, se podría decir que sin ellos los Vengadores no podrían haber existido.

Al cabo de un rato el avión aterrizo, las maletas fueron bajadas y un auto de la compañía de Tony recogió a ambos, durante todo el viaje en el auto Steve estuvo atento a lo que veía, sentía que San Fransokyo lo llamaba, sus luminosos carteles, los imponentes edificios, etc. la combinación de 2 culturas totalmente diferentes creaban una perfecta y armoniosa fusión, creando lo que parecía ser un mundo completamente diferente de otros lugares a los que había estado, un semáforo los detuvo un momento, causando una reacción de molestia en el pelinegro, Steve solo se limitaba a reír por la reacción de su amigo, pero su risa duro poco.

Tony, ¡mira! -bramo el rubio, apretando el brazo de Stark, señalando a una pantalla de un edificio cercano, ''El Demonio de San Fransokyo se cobra otra victima'' anunciaba un periodista, transmitiendo a todos los peatones en la calle, quienes veían atentamente la terrible noticia.