Batalla por San Fransokyo (2 de 2)

90 10 7
                                    


El aire estaba cargado de humo y sangre...

Los cadáveres yacían en el piso, despedazados, agujereados por las balas, desmembrados, quemados y mucho mas.

El rubio contemplaba la escena con profundo dolor, su traje tenia cortes, había heridas en sus brazos, pero nada grave, había derribado el solo a varias de esas maquinas, el liquido refrigerante y el aceite de estas estaba sobre su cuerpo y escudo, como si en verdad las hubiera despedazado, cual fiera a su presa.

El aire estaba cargado de humo y sangre...


La ira lo invadía, el odio lo carcomía, hombres, mujeres, niños, ancianos, ninguno había escapado, y había mas personas, cientos, miles, alejándose lo mas que podían, ¿pero cuanto mas podía hacer?, estaba cansado, estaba solo, sus amigos estaban en distintas partes de la ciudad, pasando por lo mismo, intentando asimilar lo que había ocurrido, como habían llegado a todo esto.


Las maquinas se acercaban nuevamente, preparándose para el asalto final, los heroes, aunque separados, lograron una hazaña impresionante, pero el cansancio estaba haciendo mella, la vision de lo que pasaba los agotaba emocionalmente, las maquinas aun seguían marchando, pues solo seguían ordenes, no tenían sentimientos, no les importaba pisotear los cadáveres, ellas continuarían con su misión hasta terminarla.


El aire estaba cargado de humo y sangre...


Se prepararon para la batalla, quizás la ultima, quizás, después de esto, no se verían nuevamente, estaban exhaustos, no podían mas.


¡Aquí viene la caballería! - anuncio Stark por los comunicadores que cada uno llevaba puesto, alzando todos la mirada a los cielos, viendo como destellos rojizos y anaranjados pasaban a gran velocidad, aterrizando en distintas partes.


Eran mas de ellos, aliados, armaduras creadas por Tony Stark, operadas por la I.A que el tenia, tardaron, pero ahora la cosa había cambiado, los bríos se sentían renovados, esas maquinas no eran nada comparado con el armamento de las armaduras de Stark, el valor regresaba, la moral aumentaba.


¡Aun podemos ganar esto! -vocifero el rubio por el comunicador, animando a sus aliados- ¡Vengadores, ataquen!


Y de nuevo, como si nada hubiera pasado, como si nada de ello hubiera existido, se lanzaron al combate nuevamente, con las fuerzas restauradas, determinados a acabar con esta pesadilla, a poner un orden a esta locura.


Cayeron de a 5, de a 15, de a 20, de a 40, una y otra vez siguieron cayendo, explotando, siendo despedazados por las flechas explosivas, los artefactos disruptores, los cañones pulsares, el escudo que los rebanaba como mantequilla y las llamas que los consumieron.


El aire estaba cargado de humo y aceite...


Aun podían ganar, la cosa no estaba perdida, las maquinas enemigas lo notaron, por primera vez sintieron una emoción, increíblemente, evolucionaron en el ultimo instante, miedo...eso fue lo que sintieron, antes de ser despedazadas, enviadas al oscuro olvido, producto de la crueldad que demostraron a los inocentes ciudadanos, por seguir la voluntad de un hombre que lo perdió todo, hasta su cordura.

Shadowfire: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora