Capítulo 44

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Estoy acompañando a la web con ustedes, y también encanta cada capítulo, gracias los comentarios!

***

- ¿Ustedes están bien? - Se abrió la puerta y se cierra el vaso.

- Sí. El motor se apagó y se detuvo de nuevo - dijo ella, salir y recoger Kelly. - Traté de llamar por teléfono, pero la batería ha terminado.

Alfonso tomó de los brazos Kelly, ayudándoles a entrar en el camión se calienta antes de volver al coche para obtener los paquetes.

- Gee, Anahí- entre dientes, la organización de los paquetes en el suelo alrededor de sus pies. - Necesitaba todo esto?

- He oído las noticias sobre el huracán y pensé que es mejor estar preparados.

Pensamos que. ¿Ella también pensó en ellos como una familia?

- Tal vez no vienen aquí, como la última vez. - Perforación fueron una pesadilla para los que viven en la costa, pero fueron terribles para los que viven en la isla. Era el precio de la soledad y la belleza del paisaje, pensó.

Después de cerrar el coche, entró en el camión y miró a los dos. Ni siquiera quiero pensar en lo que haría si algo le sucedía a ellos. De repente, Kelly se arrojó en sus brazos.

- Sabía que iba a entrar, papá.

La abrazó, en busca de Anahi. Su sonrisa estaba llena de ternura.

- Te fuiste a casa porque de nosotros. - Anahi todavía estaba sorprendido.

- No podía dejar solos a mis niñas se enfrentan a esta tormenta.

Ella extendió la mano, acariciando el pelo mojado. Yo estaba orgulloso de él, pero no lo dije. El sabía. Se había dado un paso hacia el mundo exterior.

Sosteniendo su mano, Alfonso la besó cariñosamente.

- Serabi bien, papá?

Alfonso soltó la mano de Anahi y sonrió a su hija. Sólo un niño sería tan ajeno al peligro.

- Yo estaba durmiendo cerca del fuego cuando me fui - dije, conduciendo a casa.

- Creo que tendremos un chocolate caliente por la noche, palomitas de maíz y los dibujos animados - Anahi dijo, como Kelly estaba aplaudiendo, sentado entre los dos adultos.

Pero la conversación esa noche no ocurrió. La tormenta estaba empeorando y no había mucho que hacer. Pantalones vaqueros y camisa, Anahi ayudó a Dewey y Alfonso protegen el patio y establos. Dewey ya remolcar el coche al garaje, insistiendo en que iban a arreglarlo, ya que era responsable de su mantenimiento.

Alfonso alimentó a los caballos y se los llevó capacidades, reforzando las puertas. Tuvieron suerte, ya que la casa y los otros edificios estaban en la colina, y la inundación no podían llegar a ellos. Pero cuando Alfonso dijo Anahi hacer la maleta, ya que ella y Kelly se abandona el siguiente ferry, que se hizo el sordo. No se vaya sin él, no hay manera. Y él no lo haría.

Así se preparó para la tormenta. Me había puesto linternas y velas por toda la casa. Aunque Alfonso tenía un generador en el caso de los productos finales ligeros, pensé mejor ser evitado.

El huracán todavía no estaba cerca, pero ya se podía sentir sus efectos. Kelly tenía su propia linterna, y Anahi necesario insistir que cerraron o se terminan sin pilas. Por último, lo puso en el refrigerador.

Cuando regresaron a la casa, Kelly viendo un vídeo con Serabi en su regazo, y no prestó atención a ellos. Anahí colgado capas húmedas y se preparó una taza de café.

- Quiero que tome el siguiente ferry y salir de la isla. Alojarse en un hotel.

- Hay más habitaciones disponibles. Todos están abandonando la isla. - Y dirigiéndose a él, le preguntó: - Va a ir con nosotros?

- Es claro que no.

- Así que olvidar.

- Anahi, tiene que salir de aquí.

- No lo voy a dejar solo, Alfonso.

- Estoy bien desarrollado.

Su mirada a través de él de pies a cabeza.

- Yo sé. Pero yo no soy así.

- Vaya, sí! Yo ya dije.

Se cruzó de brazos y lo enfrentó.

- Entonces me hacen.

- Maldita sea, Anahi. Usted no vio el peligro?

- No me grites, Alfonso. Si Kelly y yo voy, y Dewey tiene que ir con nosotros.

- De ninguna manera. - Cogió el teléfono y marcó. - Incluso si tengo que atarlos y ponerlos en el barco va a ir a un lugar seguro.

- Estamos a salvo aquí. Mucho más que esta lluvia torrencial para encontrar un hotel. Y ciertamente más seguro que el resto de la isla.

Alfonso habló con los oficiales responsables de los transbordadores, preguntándose cuando el siguiente permiso, y casi gritó al hombre, a continuación, se disculpó.

- Ya tienes lo que querías. No hay más transbordadores.

El Bello y la Bestia •AyA• (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora