Capítulo 48

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De repente, Marcos se aflojó la corbata y se desabrochó la camisa, que muestra las terribles cicatrices de las quemaduras que cubrían el pecho y el hombro, y apenas se podía ver bajo el cuello.

Alfondo dejó el vaso sobre la mesa.

- Tenía curiosidad por saber si eran peores que la mía - dijo Mark.

- Creo que son iguales - Alfonso dijo, señalando con un gesto la silla frente a él. - Si no te importa que me dice cómo sucedió?

El joven oficial se incorporó, se abotonó la camisa y empezó a contar:

- En ese momento yo estaba casado. Había completado la academia militar fue dos años y se sirve en Orangeburg, cuando me llamaron para ayudar en un incendio. Era un orfanato para niños con problemas emocionales. Yo era el primero en llegar y ...

El huracán continuó durante dos días más antes de pasar al norte, dejando un rastro de destrucción. En la mañana soleada y fría, los huéspedes se despidieron. Anahi había hecho nuevos amigos y Alfonso parecía haber creado un fuerte vínculo con el joven oficial Marcos. Estaba contenta por ello. Al despertar a la mañana siguiente y encontrar Alfonso preparación de café Kelly, sintió un lavado de tristeza por su ola. Alfonso no lo necesitaba. Ni Kelly. La chica estaba vestida y peinada, y se veía muy feliz.

- Buenos días - dijo Alfonso, y su expresión cambió a mirarla a los ojos.

Anahí forzó una sonrisa.

- Buenos días a los dos.

Kelly se volvió en su silla, un trozo de tocino en la mano. Anahí se lo robó con un gesto rápido, besar el rostro de la chica.

- ¿Dormiste bien? - Preguntó Alfonso, mientras servía el café.

Ella dormido tan había ido a la cama y por la mañana, como de costumbre, había vuelto a su propia habitación. Alfonso gustaría poder despertar con ella en sus brazos.

- Sí. No me di cuenta que estaba tan cansado.

- Usted fue increíble - dijo.

Ella lo miró por encima del borde de la copa.

- Tú también.

¿Por qué sus ojos eran tan triste? Se lo imaginó que poner el pan tostado frente a Kelly.

Anahi se vio obligado a terminar el café, aunque su equipaje ya fue arreglado. Yo no quería, no quería decir adiós. Pero ahora Alfonso podía hacerse cargo de todo. Su trabajo había terminado. Katherine Davenport llamó el día anterior, la advertencia que había conseguido un nuevo trabajo.

Era hora de irse. Anahi estaba devastado.

- Kelly y yo vamos a la ciudad. ¿No le gustaría venir con nosotros?

-. No tengo muchas cosas que arreglar y estoy un poco cansado.

Alfonso se acercó, envolviendo sus brazos alrededor de ella.

- Te he echado de la noche anterior.

Anahí se limitó a asentir, y trató de entender la expresión sombría en su rostro.

- ¿Que pasó?

- Nada que un buen sueño no puede curar.

- ¿Por qué no volver a la cama? Es sólo ocho horas.

- ¡¿Quien sabe?! - Ella dijo, incapaz de decir nada más.

Unos minutos más tarde, Alfonso y Kelly salieron listo para hacer frente a otras personas y disipar cualquier rumores de una vez por todas.

Anahí se lava los platos del desayuno, preparado algo para la cena, y llamó a un taxi.

Yo estaba de pie en el muelle, conteniendo las lágrimas. Se dividió. No quería dejar a las dos personas que más quería, pero no tenía otra opción. Una parte de ella le dijo que se quedara y continuar como estaba. Pero su corazón advirtió que Alfonso no le había pedido que se quedara, nunca se habló sobre el futuro. Después de la experiencia con Paul no quería correr el riesgo.

Alfonso sabía que era temporal. Su obra terminada.

- ¿Dónde crees que vas? - Dijo una voz detrás de ella. Se enderezó, sin darse la vuelta.

- Para casa.

- Pensé que estabas en casa.

La ira fue muy claro en su voz.

- No, Alfonso. Vine a ayudarle con Kelly, para integrarlo en su vida.

- ¿Sólo eso? Y me dejarás?

El corazón de Anahi presionó a notar el dolor en su voz.

- Tengo que ir.

Él la agarró del brazo, obligándola a mirarlo a la cara.

- ¿Por qué?

- Mi trabajo ha terminado.

No podía controlar su ira.

- Eso es lo que significan Kelly y yo? Sólo otro trabajo?

- ¡No!

El Bello y la Bestia •AyA• (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora