Capítulo 12

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- Vamos, pruébalo - animó y Kelly abrió la puerta.

Anahí se apresuró a ayudarla a bajar, y pronto Kelly corrió para juguetes. Los juguetes eran grandes y sólidos, y Anahi sonrieron Kelly deslizarse uno, dos, tres veces sin cansarse del juego. La niña corrió a la oscilación, que lo experimenta, para ver la caja de arena llena de juguetes.

Ella sintió la presencia de alguien y vio que había venido Dewey.

- Voy a tomar de las bolsas - dijo, extendiendo la mano para conseguir las llaves. Ella se los entregó, pero no se movió.

- Se parece a él - dijo en voz baja. Y Anahi observó Kelly, preguntándose cuánto le gustaría a su padre.

De repente, Kelly corrió hacia ellos y se detuvo frente a Dewey, observándolo de cerca. Anahí se dio cuenta de que ella se imaginó que Dewey era el padre. Ella les presentó, y vio la sonrisa del niño desaparece.

- ¿Cómo está usted, señorita? - Dewey puso en cuclillas frente a la chica, y las viejas rodillas agrietado.

Kelly alzó la vista en pantalones vaqueros sorpresa refuerzos en las rodillas.

- ¿Le duele?

-. No sólo hace ruido.

- Mi padre fue herido. Muy daño.

- Sí, la miel.

- Usted sabe que mi padre?

- Claro que sí.

- ¿Crees que me va a gustar? - Su voz tembló, y Dewey intercambió una mirada con Anahí.

- Sí, princesa. Él va a encantar.

- Pero, ¿dónde está?

Dewey se enderezó y miró a las ventanas, en la parte superior del castillo.

- Allá encima.

Kelly estaba a su lado, mirando hacia arriba.

Alfonso miró a su hija, y nos encantó inmediatamente. Se vuelve de juego, por lo que el pelo oscuro como el suyo, los ojos del mismo color. Ella también tenía la misma sonrisa. Cómo debe haber sido difícil para Dulce, mirarlo todos los días, y verlo en frente de ella, pensó, acercándose a la ventana.

Kelly levantó su brazo pequeño y agitó, y Alfonso quería correr hacia abajo para sostenerla en sus brazos, diciendo lo mucho que la amaba y la protegería y lo feliz que era tenerla allí. Pero no podía hacerlo. Mantener un poco lejos, agitó la mirada de Anahi. Ella también se veía, apoyado en el coche, con los brazos cruzados. Sus ojos lo decían todo, debe venir a jugar con su hija, y sobre todo, se preguntó cómo podía resistir el niño? ¿Ella no entiende cómo iba a ir hacia abajo? ¿Cómo le gustaría estar allí, abrazándola y haciéndole olvidar todo el dolor? Y se mantenga alejado de su dolor más que su propia hija?

Dewey ya venía con las maletas, y Anahi dijo algo a la chica. Y cuando Kelly agarró la mano de Anahi, casi perforado la ventana. Debería ser yo. Kelly era su hija.

Anahí almuerzo preparado para Kelly antes de ascender a la habitación, imaginando que después de ver las cosas maravillosas que su padre había preparado perdería el hambre. Luego le dijo a la chica que su habitación estaba frente a ella, al otro lado del pasillo, y podría ir allí cada vez que quería, de día o de noche. Aunque sin envasar, Kelly examinó juguetes, enorme oso de peluche, casi de su tamaño. Para meterse en la cama, tiró el oso contra su pecho.

- ¿Esta con miedo? Es demasiado alto?

Kelly la miraba directamente.

- No -. Parecía aturdido y bostezó. - Es tan hermoso.

- Es cierto. Me gustaría tener una habitación como este cuando tenía tu edad.

- ¿Y qué tipo de habitación que tenía?

- Era pequeña y oscura - Anahi contestó, sin dejar de empacar.

- Y que compartía con mis hermanas. - Ella no dijo que era el techo de zinc, y goteaba cuando llovió duro, a menudo en la cama.

- Hermanas?

- Tengo dos, pero estamos casados ​​- explicó. Eran más jóvenes que ella, pensó, sintiendo una punzada de envidia. Casi se casó con el hombre equivocado. Un hombre que quería sólo la cara bonita, los títulos de belleza, ya que había oído el mejor hombre. Yo quería mostrar como trofeo, y continuar con su amante.

Anahí cerró los ojos, moviendo el sentimiento de humillación. Paul fue la culminación de una vida en la que todo el mundo vio sólo su apariencia. Yo sabía que era también responsable de esto, ya que participó en muchos concursos, con ganas de usar los premios para ganarse un lugar en la universidad y construir una carrera. Aun así, se cree que la quería, y cuando el desmanchara sueño, había perdido mucho más de la preparación. Autoestima perdida, ya que Pablo le había dado todo lo que podía desear como si quisiera comprarlo. Todo menos el amor.

El Bello y la Bestia •AyA• (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora