1

466 13 4
                                    

Último año de la preparatoria, nueva escuela y comenzar de nuevo.

Me despido de mi madre con un beso y salgo del auto con mi mochila en los brazos, llego veinte minutos antes de la hora de la entrada de la preparatoria por lo que no hay más de diez estudiantes esparcidos por el patio y las jardineras de la escuela.

Busco un asiento lejos de todos, siento sus miradas y eso me molesta, me pone nervioso. Saco mi ipod junto con mis audífonos de la mochila, los conecto y escucho algunas de mis canciones favoritas lo más alto posible.

En el coro, sin querer comienzo a cantar por lo bajo en otro idioma y como es de esperar, mi cabeza está bailando al ritmo de la música. Ahora ya estoy despierto, soy un idiota.

Miro a mi alrededor buscando un posible espectador de mi ridículo espectáculo matinal cuando me encuentro con una sonrisilla traviesa y un par de ojos expectantes.

Ella ríe levemente para después bajar la mirada avergonzada. Ella es hermosa. Está recargada en un muro con una pierna detrás de la otra balanceándose, sostiene un bolso en un hombro y un suéter delgado azul en otra mano. La chica es de piel blanca y cabellos dorados, su rostro parece angelical y su cuerpo es pequeño pero exuberante en todas sus formas.

Parece tímida y yo estoy encantado con la vista, pero es suficiente.

Me concentro de nuevo en mi mundo pensando todo lo que viene por delante este año. Desde luego no quiero que sea el ultimo curso que estudie, sin embargo, es mi ultimo paso antes de la universidad.

El tiempo pasa rápido y el patio de la escuela se llena pronto de grupos de personas que ríen a carcajadas, parejas que se demuestran su amor a plena luz del día y los inconfundibles
alumnos de primer año.

Abren las puertas del instituto y todos se comienzan a aglomerar intentando conseguir pasar al mismo tiempo. Dan gracia.

Desde mi sitio espero un par de minutos para que mis ahora compañeros estudiantes desalojen el área antes de levantarme y dirigirme a buscar mi aula.

La escuela es bastante grande, hay cuatro edificios exactamente idénticos rodeados de pasillos llenos de chicas y chicos inmersos en sus propios pasos.
Yo estoy perdido y no veo donde pedir informes para encontrar mi salón de clases. Ninguna oficina, ningún maestro, nada.

Me detengo en medio del trafico humano para preguntar por el aula C de tercer grado a alguien que no paresca predispuesto a ignorarme pero eso es justo lo que hacen.

-Ey- Alzo la mano para tocar el hombro de un chico moreno que paso por mi lado pero no reacciona.

La novedad, soy invisible.

-¿Sabes donde...?- pregunto amablemente sonríendole a una alta rubia que me mira como si fuera un bebé tierno.

Maldita sea.
Estoy a un segundo de largarme de la preparatoria pero mis ojos ven a la chica ideal. La persona perfecta para pedir ayuda y recibir una respuesta satisfactoria.

Ella sobresale por mucho sobre los demás. Camina con seguridad y firmeza en sus pasos, sostiene algunas libretas en sus manos junto al pecho mientras saluda elegantemente a un par de chicas que pasan a su lado. Esa chica es guapa, sencilla, ni siquiera está sonriendo. Quisiera decir que no pero sus lentes demuestran en ella seriedad e inteligencia; sus negros rizos caen alrededor de su perfilado rostro en una armonía y naturalidad perfecta.

Se acerca hacia mi y olvido mi intención de encontrar el aula C. Ella me ignora por completo, no me ha visto mirarla de esta manera gracias al cielo.
Su cercanía me permite descubrir que ella no usa maquillaje en absoluto. Admiro sus oscuros grandes ojos y sus onduladas pestañas revolotear mientras pone su mirada en mi.

Termino de fantasear para poder hablarle.

-Hola. Soy nuevo- le sonrío naturalmente para llamar su atención. Ella asiente y levanta sus cejas.- ¿conoces el Aula C, tercer año?

Intento agradarle pero su voz es inexpresiva, suave pero fría.

-Yo voy para allá- Señala algún lugar hacia arriba con el índice y sin más comienza a caminar.

Probablemente debo seguirla. Voy tras ella.
Camina rápido y es complicado alcanzarla pues voy esquivando los estudiantes de la preparatoria. Ella no me mira ni un segundo.
Doblamos en un par de pasillos cortos, subimos y bajamos algunos escalones y seguimos sin conectar mirada alguna. De vez en cuando ella mira hacia atrás asegurándose de que la sigo.

-Me llamo _____(tn).- me pongo a su lado alzando mi mano derecha frente a ella para darle un apretón de manos amistoso.

Ella mira mi mano un segundo, después a mi.

-Shirley- ella levanta su mano derecha de igual forma pero hecha un puño.

La chica me agrada.

Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora