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Dedicado para mi amiga Thiddles-Rtaylor *-*

-¿Que tal tu primera semana en "M" oruga?

-Fantástica- le contesto sarcásticamente a José encogiendo la nariz.

Él ríe y entra a mi casa. Yo cierro la puerta y lo sigo camino a la sala.

-Buenos días señor- saluda a mi padre mientras deja su sucia y vieja mochila en el piso y se sienta en un sillón.

-Hey- se dan un apretón de manos- ¿Ya desayunaste hijo?

José contesta que sí pero yo sé perfectamente que eso no significa que no tenga hambre. Mi amigo es una maquina devoradora, se lleva a la boca todo aquello que sea comestible. Puedo apostar que tiene algunas frituras y un sándwich en su mochila.

Mi padre se despide y sale al pequeño jardín a regar las plantas antes de irse a trabajar su medio turno del sábado. Mi madre no trabaja los fines de semana, ahora mismo se encuentra en el gimnasio con sus amigas.

Miro a José enarcando las cejas rápidamente dos veces seguidas y me dejo caer sobre el sillón más grande de la sala dando un gran salto.

Él ríe.

-¿Hay chicas lindas?- me pregunta subiendo los pies a la mesa de centro y sacando una bolsa de papas fritas de su mochila.

Justo como lo imaginé.

-Muchas- contesto.

Pienso en Carim, en una chica que me sonríe tontamente cada día en el salón de clases, una maestra bastante joven, otro par de chicas coquetas, Shirley por supuesto, ¡Cielos! Desireé me parece guapísima apesar de sus gestos macabros y Alicia, ella es definitivamente sexy. Frunzo el ceño y pongo los brazos por debajo de mi cabeza.

-En realidad Ardilla, hay muchísimas- el levanta el pulgar sin dejar de comer- solo que... no lo sé, ninguna llama mi atención en especial- trato de convercerme que no estoy mintiendo- Tú me conoces.

-Que eres un pervertido, sí.

-¿Qué? ¡No!- le lanzo un cojín a la cara pero el lo esquiva hábilmente.

-No seas cobarde y aceptalo- me señala- Desde que te conosco no desaprovechas ninguna oportunidad para mirarle el trasero a una chica- voltea hacia las ventanas para asegurarse de que mi padre no ha escuchado.

Yo me quedo con la boca abierta, no sé que decir. No tengo los argumentos suficientes para negar lo que ha dicho José, aunque tampoco soy un mirón.

-No solo los traseros...- murmuro después de un rato. José da una risotada- Pero mira quien habla, el mismísimo ganador de aquella apuesta de vídeos pornográficos.

Él me levanta el dedo medio.

Durante el último grado de secundaria, cuando nos sentíamos más hombres dependiendo de la actitud lasciva y vulgar que tuviéramos, hicimos una apuesta en nuestro grupo de amigos. Consistía en pagarle dinero al que viera más vídeos XXX durante una semana. José vio 44.

-Todavía no comprendo como pudiste ardilla- el encoge los hombros- Seguro que quedaste estéril e impotente- suelto una risotada.

Esta vez el me devuelve el almohadazo que si me llega a pegar en la barbilla. Auch.

-Jodete.

-Jodeme tú- le contesto.

-No se diga más. Estoy listo para la revancha, ¿dónde está la consola? Vas a tragarte tus propias palabras oruga perdedora- se pone de pie.

-Ve encendiendo todo. Yo voy a preparar nachos. ¿Qué quieres de beber?- me dirijo a la cocina y abro el refrigerador para sacar el queso amarillo derretido- ¡Mamá hizo limonada!- le aviso gritando.

-Oh grandioso, dame un poco- me contesta él entrando a la cocina.

Tres horas después estoy haciendo papilla a José en el juego. El no para de gemir y lloriquear de la tristeza por su inevitable derrota. Papá se ha ido desde hace un tiempo y mamá ha vuelto y comenzado a preparar la comida.

El aroma que viene desde la cocina pone feliz a José y termina ganándome en la última batalla, sorprendentemente salva la partida.

-Ajá - el levanta los brazos en señal de victoria- ¿No te lo esperabas oruguita verdad?- toma uno de mis nachos- Me muero de hambre- dice mientras se frota el estómago.

-¡Ya casi está la comida amor!- le grita mi madre contestándole desde la cocina.

Él pela los ojos muerto de la vergüenza, mis padres siempre lo han intimidado un poco. Yo niego con la cabeza restándole importancia y me recuesto más abajo en el sillón junto a él, José hace lo mismo.

-Me besé con una chica- le confieso en voz baja. Me siento como una niñita haciendo eso, pero debía hacerlo, él es mi mejor amigo.

-¿Y acaso es tu primer beso idiota?- sonríe.

-Pues claro que no- digo horrorizado- solo que yo estaba ebrio, los dos lo estábamos.

José da un lento silbido.

-Fue en una fiesta. Ella me invitó y entonces pasó eso, y ahora creo que ella lo tomó como algo más.

-¿Te dijo que está enamorada de ti?

-No, no nos conocemos- le contesto obvio.

- ¿Y eso qué? Así me hice novio de Michelle.

-Estuvieron juntos- lo digo haciendo comillas con los dedos- 3 semanas José.

-¡Pero fueron las mejores de mi vida hombre!

Frunzo el ceño, ella nunca me agradó mucho.

-De acuerdo, está bien. Lo que ella hace es mirarme atrevidamente y acariciarme cada vez que puede. Me ha besado cerca de los labios un par de veces desde entonces y ayer casi me vuelve loco.

José parece divertirse de lo que le cuento.

-¿Está buena?

-José...

-Contesta de una vez- me sacude por los hombros.

-Ya para para. Si- murmuro por lo bajo- está buena...

-¿Y por qué no te gusta?

-Porque me da miedo. Y porque me gusta otra- le confieso.

Él abre bien los ojos sorprendido.

-Ok ok. Ya me estoy poniendo celoso, tu eres mio.

Entrecierro los ojos y me alejo unos centímetros de él. José bate sus pestañas ridículamente en exceso. Él está demente.

-A cenar niños- nos avisa mi madre asomándose por el umbral de la puerta de la cocina.

-Ya vamos mamá.

-Cuéntame _____(tn).

-¿Pues qué te digo? Es linda pero no la conosco ni sé quien es en realidad. Puede ser una psicópata o una esquizofrénica- le digo mientras nos levantamos del sillón y caminos hacia el comedor.

Pero la verdad es que no creo que Carim tenga alguna enfermedad de ese tipo, nisiquiera puedo encontrarle un solo defecto.

Ella es perfecta.

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Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora