En Noche Buena José viene a mi casa a cenar con nosotros.
Mamá y papá están preparando la cena en la cocina,mientras el chico y yo jugamos cartas en la mesa del comedor. Estamos apostando frituras.
-No puede ser. ¡Te los estás robando todos!
-Claro que no ardilla. Lo que sucede es que yo... si sé jugar- le guiño un ojo mientras me llevo a la boca una papa frita.
Él me fulmina con la mirada para después comenzar a comerse todo nuestro material de apuesta en unos cuantos segundos. Se está atragantando, y todo es a causa de que no sabe perder. Me hace reír.
-Ya casi está lista la cena muchachos. Ayuden a poner la mesa- nos dice mi madre sacando la cabeza por el desayunador.
José limpia como un rayo veloz las migajas de comida para después correr tras de mi a la cocina.
-Y bien, dime, ¿cómo te fue en tu cita con la cenicienta oruga?- me pregunta susurrando cuando estamos sacando los platos del cajón de la alacena.
-Bien- contesto intentando sonar casual pero una sonrisa de idiota se me planta en la cara involuntariamente.
Él me mira entornando los ojos camino a la mesa del comedor, termino riendo como un ridículo.
-¡Confiesa! Llegaste a tercera base ¿verdad?
-¿Qué? ¡No José!- reclamo abrumado por su extrema difamación.
-Oh vaya, ¿home run?- me pregunta en tono pervertido alzando las cejas continuamente.
-Eres un enfermo. Fuimos al parque, tomamos un helado. Nos besamos en algún momento y fue completamente genial. En serio fue bueno.
Él silba y aplaude lentamente felicitándome supongo.
-¿Ya se lavaron las manos muchachos?- grita mi papá desde la cocina.
Mi amigo y yo nos dirigimos al baño, le cuento algunos detalles más de la cita, peleamos con el agua y el jabón un rato, para después ir a cenar algún nuevo invento de cena de Navidad de mis curiosos padres.
A mi edad es muy difícil que pueda llegar a ilusionarme con ésta época del año, sin embargo tengo una familia maravillosa que siempre se ha encargado de hacerme feliz, sobretodo en estos momentos. En verdad se esmeran en hacer especial cada detalle a nuestro alrededor, mi casa ahora mismo parece sacada de un cuento tradicional navideño.
Mi padre hace uno de sus chistes más graciosos por su narración que por su significado. José hace un comentario más gracioso al respecto y todos reímos. Mamá toma a papá de la mano y se le queda mirando enternecida durante un rato, mi amigo y yo seguimos bromeando un poco más pero puedo alcanzar a ver como intercambian miradas románticas mis padres.
Que tórtolos son, no tengo la menor duda de que su amor es para toda la vida.
Para cuando da la media noche, todos nos damos un abrazo deseándonos lo mejor y demostrándonos cuanto nos queremos. Ellos son las personas más importantes de mi vida y me alegra muchísimo poder estar con ellas en un día como hoy.
Eso me recuerda sin dudablemente a Carim, mi chica soñadora.
José se quedará a dormir en mi habitación hoy, y cuando mi madre le está dando unas mantas extra aprovecho para salir un momento al jardín para hacer una llamada importante. Espero no sea inoportuna.
Un timbre, dos, tres y contesta.
-¿Hola?- dice aquella dulce voz de Carim.
-Hola linda, soy yo. Perdón por hablar tan tarde, no sabía si este era un buen momento.
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Chicas Lindas (y no tan lindas).
RomanceEl mundo está lleno de mujeres. Simple y sencillamente, todo gira alrededor de ellas. Siendo un chico normal de 17 años con las hormonas revueltas y la mente despistada, _____(tn) pasa por la vida haciendo de todo m...