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Después de tontear un rato con José nos vamos a mi cuarto. Yo hago mi tarea y ordeno mi mochila para el día siguiente mientras él huzmea en mi librero y en mis cajones.

Tengo la vista en mi única libreta donde eh estado anotando toda la información acerca de las materias, alguna que otra tarea y un dibujo estilo graffiti de mi nombre en la ultima página, típico. Creo que mi cuaderno es un desastre, no hay coherencia ni un orden específico en él.

Frunzo el ceño. Bah, a quien le importan mis apuntes.

Lanzo el cuaderno encima de la mochila y me acuesto en la cama completamente. Cierro mis ojos, no me quedo dormido porque José está de visita, eso seria terriblemente grosero. Además, si me quedo dormido él se aprovechara de la situación, la ardilla ama las bromas.

Oigo los cajones de mi ropa abrirse y cerrarse. José da un silbido, de esos que avisan situaciones divertidas para él.

-Mira mira lo que tenemos aqui- dice y abro los ojos al momento.

Con una gran sonrisa de malicia sostiene en alto los boxers de licra más pequeños y más ajustados que tengo, son amarillos y al frente tienen los ojos y el hocico de un pato, exactamente igual a los patitos de hule del baño para bebés.
Maldita sea.

La ardilla disfruta pleno y en grande el hallazgo de mi ropa interior favorita, ¿qué puedo decir? Es la verdad. Pero no voy a dejarlo saberlo.

-Deja ahí José, mi madre debió de dejarlos ahí por error. Ya me había deshecho de ellos.

El ríe y por su cara, sé muy bien que no me cree en absoluto.

-Además tu debes de tener unos así también. Te conozco- lo señalo mientras él se deja caer en la cama boca arriba a un lado de mi.

-¿Cómo lo sabes?- él me mira arrugando la nariz en un gesto exagerado- No es igual, tengo un par de bóxers con dibujos de planetas y estrellas muy infantiles, pero es todo. Y no compares maricón- dice y le hago una seña obscena con la mano- yo no uso esas cosas que axfixian porque yo,- se señala a si mismo como una diva- si tengo trasero.

Frunzo el ceño, eso dolió.

-Las orugas no tenemos trasero, tenemos espaldas fuertes- levanto los brazos haciendo fuerza en ellos para lucir mis "músculos".

-No son espaldas, se llaman pacarazones- me dice mientras toma y lanza una pelota pequeña contra el techo para que esta rebote.

-Caparazones troglodita, se dice ca-pa-ra-zo-nes. ¿Que no fuiste al jardín de niños?

-A da da dah- me arremeda con voz de retrasado mental sacando la lengua y moviendo las manos alrededor de su cara.

No lo diré en voz alta, pero lo amo. Amo a este idiota.

- ¡Ya llegué!- oigo gritar a mi mamá.

-¡Ok! Estamos aquí en la habitación.

Ella se acerca y nosotros nos sentamos en la cama arreglando un poco el desorden de los libros y las almohadas. Mi madre se asoma por la puerta y saluda a José como siempre.

-¿Te quedas a cenar hijo? Vengan a ayudarme a la cocina, hoy voy a preparar lasagna- dice con emoción.

Puedo jurar que le brillan los ojos a mi amigo.

-Vamos, vamos.

José y yo nos levantamos para seguirla. Cuando llegamos a la cocina nos lavamos las manos, sacamos del refrigerador y de la alacena los ingredientes, los utensilios del cajón.

-No, no _____(tn), eso no.

-Perdón mamá.

-Este es el plan, yo voy a lavar los platos y voy a empezar a preparar; tu has el agua de sandía _____(tn), la pulpa está en el congelador- asiento y pongo manos a la obra- y tu José, enciende la radio y después pon agua a hervir en esta olla- le dice pasándole una cacerola mediana.

-Si señora- le conteste él muy formal cuando la toma.

Saco un recipiente del congelador donde hay pedazos de sandía sin semilla ni cáscara, los cambio de recipiente para que se descongelen cuando escucho la música.

Miro el reloj, faltan aproximadamente unos veinticinco minutos para el programa "Música para soñadoras" comience  y la verdad es que no sé por que me inquieto tanto si se supone que no es Carim la locutora. Yo estaba tan seguro, de hecho, todavía guardo una esperanza.

Miro a mi amigo quemándose los dedos con la estufa y me pregunto que pensará él si se da cuenta de que escucho la radio única y exclusivamente para mujeres con tanta atención, él no es muy listo que digamos pero es bueno para intuir que algo escondo. Carim no es un secreto, porque, no puedes ocultar algo que no te pertenece o en ni caso, algo que no conozco.

No sé quien es ella.

Sonrío ante el recuerdo de ella entre mis brazos esta mañana.
¿Habrá sentido lo mismo que yo? ¿Le parezco ahora un buen chico, capaz de ayudarla cuando más lo necesite? ¿Estará pensando en mi en este momento?

Doy un largo suspiro. Vaya que me eh quedado prendado y en poco tiempo. No sé por qué pero así es. Y ya no hay vuelta atrás en mis sentimientos. Precipitadamente puedo decir que estoy enamorado de esa chica, aunque no este seguro ni de su nombre.

Con mi cara feliz más estúpida estoy llenando una jarra de agua mirando a la nada, como siempre. Vuelvo a la realidad al ver a la ardilla mirarme con ojos pervertidos y una sonrisa sensual, según él. Sacudo la cabeza riendo por lo bajo y justo a tiempo para darme cuenta que estoy derramando agua en la barra.

-Más cuidado amor. Aquí está el trapo- me dice mi madre.

Un rato más tarde, atento a la radio no puedo creer lo que estoy escuchando. Es fantástico. ¡Lo sabia!

"-Sinceramente nunca eh pensado que una mujer necesite a un hombre a su lado. Nosotras podemos cuidarnos solas, trabajar, divertirnos, en fin, ser felices en nuestra independencia porque somos capaces de lograr todo aquello que queramos.

Pero también creo que una persona necesita estar rodeada, de amor, ojo, amor y no atención. Creo que el mundo está lleno de relaciones personales porque esa es la energía interior que nos mueve, el afecto, el cariño de los unos a los otros. Buscamos a nuestra media naranja todos los días idealizando modelos ideales para nosotros en el camino, rompiendonos el corazón una y otra vez pero seguimos adelante en esa búsqueda infinita. Muchas veces formamos un vacío dentro de nuestra alma que no llegamos a llenar con nadie.

Yo por ejemplo, y dejenme contarles soñadoras, siempre eh soñado un príncipe azul en toda la extensión del significado. Imagino a un hombre noble, inteligente, de presencia prominente, con un alma y un corazón fuerte, respetuoso, cabelleroso y educado, que me ame tal como soy, que me cuide, que me abraze, que me demuestre su afecto en cada momento y de cualquier manera posible, que nunca me abandone ni deje de lado nuestro amor, que se entregue a mi por completo como yo lo haría por él uniendo nuestras vidas y nuestros caminos en uno solo para toda la eternidad. Logrando así tener un romance inspirador como en aquella época de la edad media, que los hijos de nuestros hijos cuenten nuestra historia y que la esencia de nuestro amor perdure por muchos años. Mas allá de nuestra existencia."

-Dios, es tan cursi que voy a quedar sordo- interrumpe José.
Mamá ríe y yo le digo que se calle poniendo mi dedo índice sobre mis labios.

"-¿Creen que sea mucho pedir?
Yo no.
Por que el corazón es quien siente todo esto, y para el corazón nada es demasiado.
Pero si se lleva sorpresas.
Hoy soñadoras, alguien superó todas mis expectativas. Es él, es mismo chico que ya les eh comentado."

No puedo ampliar más mis oídos, no eh puesto tanta atención a algo más en mi vida.

"-Él me salvó. Salió de entre la penumbra como un caballero en un su corcel blanco directo por mi. Él fue en mi ayuda antes que de que yo me diera cuenta del peligro en el que estaba. Y ahí, tan cerca de él, respirando el mismo aire, con nuestros corazones latiendo al mil por hora en un mismo ritmo, yo supe lo especial que él es para mi."

¿Romántico o cursi?

Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora