-Las bebidas están en el refrigerador. Las botanas están en la alacena y la comida está en la estufa. No olvides ponerte bloqueador. Vamos a estar en la sala de arriba por si necesitan algo- me recuerda mi madre por quinta vez, supongo.
-Se las puede arreglar solo, ya es mayor de edad- le contesta burlón mi padre mientras me guiña un ojo- Feliz cumpleaños hijo- y me da unas palmadas fuertes en la espalda.
Ella me mira con ternura antes de subir de la mano de mi papá al piso de arriba a con sus amigos, los dueños de esta casa.
Nos invitan varias veces en el año a pasar el día, ellos no tienen hijos y me consienten mucho desde que tengo memoria. Este año insistieron en que hiciera mi fiesta de cumpleaños aquí, y me pareció buena idea invitar a unos cuantos amigos para divertirnos un rato en la piscina y terraza de la casa. Obviamente no tengo ánimos de nada, desearía haber dicho que no desde el principio, este es mi peor cumpleaños.
Cuando le recordé a José y le pedí que viniera por favor, solo me contestó con la palabra "Trabajo". Sé que no soy el centro del mundo pero es muy triste que ni tu mejor amigo ni el amor de tu vida te feliciten por tu cumpleaños.
Mientras continuo barriendo las hojas del pequeño jardín de la terraza me siento desdichado y más solo que nunca en el mundo. ¿Qué hago aquí? Me pregunto y me vuelvo a preguntar lo mismo. Termino sin darme cuenta, sin estar consciente de mis actos.
¿Qué haré de aquí a dos horas que vendrán todos? Voy, me tiro al gran sofá, enciendo la televisión y miro mi teléfono. 0 mensajes, 0 llamadas, nada. Suspiro y cierro mis ojos, pienso en dormir.
Cuando estoy más profundo y relajado, el timbre de la casa me interrumpe asustándome un poco. Me siento confundido, esperando a que bajen los amigos de mis padres a ver quién es, pero caigo en cuenta que ellos no se darán cuenta mientras estén arriba.
Perezosamente salgo de la casa, camino hacia la entrada y me fijo en el mirador de la puerta. Una Desirée graciosa y deforme, con lentes oscuros, un look totalmente veraniego y una enorme bolsa toca y toca sin parar el timbre, tan desesperada como siempre.
-Hey, calma. Ya voy- la intento parar antes de abrirle la puerta.
-Hasta que por fin te dignas a abrirme princesita. Toma- me estira la mano sonriéndome para darme la grande y sospechosa bolsa negra.
-¿Es un regalo?- le pregunto extrañado, dudoso de si se trata de un animal o una pieza de auto, o cualquier otra cosa del tamaño y el peso de un neumático.
-Sip.
Le abro paso para que entre y ella pasa a la casa levantando sus lentes oscuros, silbando impresionada al ver todo dentro.
-Wow, no dijiste que eran millonarios.
-No lo son, solo les gusta darse la gran vida. Saben cómo ahorrar y cuando comprar. ¿Qué es esto Des?- le pregunto realmente extrañado.
-Abrélo. No te lo voy a decir, no lo habria envuelto tan bien si quisiera que supieras que cosa es- me dice con reproche y cara de querer darme un golpe por idiota-¡Anda!
-Ok, ok.
Comienzo por sacarle la bolsa a la caja del intrigante regalo, que al igual es negra y tiene un minúsculo moño de unos tres centímetros, al lado viene una tarjeta escrita a mano por mi amiga que dice lo siguiente: Espero que te guste, no sé cómo envolver éstas ******* pero lo intenté. Te quiero un poquito. Ya sabes quién soy.
Río y levanto la vista para mirar a mi amiga, quién me mira pícaramente aguantándose su propia risa.
Prosigo a desenvolver la caja del papel, rompo y desgarro el papel tanto como puedo hasta quitar la mayoría, entonces veo la parte donde se abre la caja y la apoyo sobre la mesa para poder iniciar.
Despego las pestañas de la caja y las abro hacia fuera, saco un puño de papel serpentina, un par de globos y veo el regalo, muchos jugos de manzana, condones y una caja que reconozco al instante como la consola de videojuego más reciente de mi marca favorita.
ESTÁS LEYENDO
Chicas Lindas (y no tan lindas).
RomanceEl mundo está lleno de mujeres. Simple y sencillamente, todo gira alrededor de ellas. Siendo un chico normal de 17 años con las hormonas revueltas y la mente despistada, _____(tn) pasa por la vida haciendo de todo m...