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Shirley y yo conversamos amenamente sentados en una de las de mesas de la cafetería mientras esperamos a que Sebastian regrese con nuestras bebidas. Me siento tan cómodo y confiado hablando con ella que deseo que estemos a solas un poco más de tiempo.

Debo de parecer muy cariñoso y atento con la chica porque Sebastian llega imponiendo su presencia muy exageradamente. Hace una broma al respecto y me mira con los ojos entrecerrados, estudiándome.
Shirley solo pone los ojos en blanco ante su actitud y continua con nuestra plática, indirectamente excluyéndolo.

No sé si lo esté molestando en serio. Por mi propio bien, trato de incluirlo en la conversación pidiendo su opinión de vez en cuando pero el solo contesta con monosílabos o frases sarcásticas.

-¡Eres todo un genio _____(tn)! Deberían darte un premio nobel.

-Wow. Pero mirense, son iguales, la rota y el descocido, ¿seguros que no los separaron al nacer? El incesto es un pecado grave.

Ok. Ninguno ríe después de eso. La situación es bastante tensa. Yo ni siquiera sé lo que pasa con el chico. Alguien diga algo por favor.

Miro a otra parte buscando una distracción. ¿Voy al baño? No, no tengo ganas. ¿Me levanto a comprar algo? No, ya tengo media hamburguesa y un refresco para mi en la mesa. Sigo comiendo.

En el otro extremo de la cafetería veo a Alicia con sus amigos, como está volteando hacia este lado levanto una mano para saludarla. Cualquier cosa es buena. Su aniñada cara se ilumina y me saluda de vuelta antes de venir corriendo hasta la mesa. Después de todo no es tan imprudente.

-¡Hola!, ¿cómo están?- ella nos saludo a cada uno abrazandonos como puede pues sigue de pie-¿Qué creen?-pregunta cambiando su voz a una realmente aguda.

-¿Qué es Alicia?- le contesto ansioso.

Shirley rie por lo bajo ante la falsedad aparente de mi voz.

-Los directores autorizaron que el festival de invierno sea una fiesta de gala. ¡Shirley, estoy tan emocionada!

-Si, lo sé querida. Estuviste insistiendoles por dos años.

-¿Dos años en serio? Estoy seguro que fueron como cinco- dice Sebastian ya es su modo normal mirando a la chica de cabello rizado.

Ella niega lentamente.

-Estoy súper feliz, mi espera valió la pena. Estoy ansiosa porque ésta va a ser mi única fiesta de gala, eso es seguro- recalca la chica alta de pie aún.

-¿Ah no? ¿Y qué dices de la graduación? ¿O tu cumpleaños?- le pregunta Sebastian.

Alicia parece meditarlo muy seriamente por un minuto. Frunce el ceño, nos mira confundida y tiene una lucha interna. Hace algunos intentos de decir algo pero parece arrepentirse.

-La graduación es la graduación y falta unos siete u ocho meses. Y para tu información mi cumpleaños será muy diferente a lo que estás pensando altote- lo ataca ella y Sebastian reacciona dramáticamente ofendido- Ni que fuera una princesa- declara la castaña cruzando los brazos y frunciendo sus labios rosas.

-Es que eres la reina de la miel- murmura él cubriéndose la boca.

Shirley y yo nos miramos.

-¿Qué dijiste? Dímelo en la cara, dímelo en la cara- lo amenaza ella.

Sebastian comienza a reír y se levanta para ir a abrazarla pidiéndole una disculpa. No la consigue mas que apretándola hasta que Alicia se da por vencida y guarda silencio.

-Solo porque me gustan tus abrazos- dice Alicia mientras él frota su espalda y le da unas palmaditas reconfortantes en la cabeza.

-¿Ves _____(tn)? Soy irresistible.

Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora