-¿Estás bien?- le pregunto.
Ella baja la mirada y tiembla fuerte entre mis brazos. No sé si la lastimé o si está molesta por nuestro tropiezo, lo que es seguro es que aún está bastante asustada. Me siento terrible.
A nuestro alrededor el barullo de los demás estudiantes merodeando por las escaleras ha disminuido, nadie parece haberse dado cuento del percance y es mejor así. De reojo, puedo distinguir el cabello suelto y rizado de Shirley al lado de la alta figura de Sebastian a una distancia considerable unos escalones más abajo.
Todavía no suelto a la chica rubia. Cuando creo sentir que nuestras respiraciones han bajado de intensidad entonces y solo entonces me alejo de ella unos centímetros para despegar nuestro cuerpos. Siento como si perdiera una parte importante de mi. Me dan ganas de abrazarla otra vez, pero no lo hago.
En vez de eso, levanto su rostro lentamente con un dedo por debajo de su mejilla. Ella se remueve y sus pequeños ojos revolotean de un lado a otro antes de hacer contacto con los mios, casi evitándome. Pero nos miramos el uno al otro y cuando lo hacemos me siento en el mismo cielo.
Le sonrío y ella me devuelve el gesto de una manera tímida. Y vuelvo a preguntar:
-¿Estás bien?
-Si- contesta con aquella suave y dulce voz pero negando con la cabeza al mismo tiempo mientras no para de mirarme directo a los ojos.
Frunzo el ceño.
Ella para un segundo como pensando lo que está haciendo y sacude la cabeza rompiendo nuestra maravillosa conexión visual.
-No, quiero decir...estoy bien, si. Gracias- dice para después apartarme e irse agachando la mirada escaleras arriba.
Con los brazos vacíos y la mente desorbitada la miro alejarse. Ella se encuentra arriba con una guapa chica delgada de flequillo sobre la frente. Las dos comparten un par de frases para después entrelazar los brazos e irse caminando despacio hacia el área de los salones.
Antes de desaparecer "Carim" me regala un mirada fugaz.
-¡Ey, espera!- grito- ¿Cómo te llamas?- susurro al perderla de vista. Ella no me escucha.
Volteo más que desanimado hacia abajo y comienzo a descender por los escalones para toparme cara a cara mis amigos.
-Con que ocasionando accidentes ¿eh _____(tn)?- me dice burlesco Sebastian dándome unas palmadas en la espalda.
-Cierra la boca. _____(tn) acaba de salvar a la damisela en peligro, no como otros, que se la pasan molestando a las pobres chicas indefensas como yo- dramatiza Shirley fingiendo la voz un poco utilizando sus manos dramáticamente.
-Oh vamos- bufa él.
-Es verdad. Admitelo- lo señala ella con un acusador dedo índice que me recuerda a mi madre.
-Lo tomaré como un cumplido Shirley- le contesto ríendome.
-¡Gracias!Sebastian la arremeda mientras seguimos caminando.
Al final del día, los tres vamos saliendo de la escuela camino la puerta de la entrada, nos vamos a ir directo a la casa Shirley para hacer el dichoso trabajo de matemáticas.
Interrumpo la amena charla del par de mis amigos para preguntar algo.
-¿Y dónde vives Shirley?
-Muy cerca, unos quince minutos caminando.
-Ok, es muy cerca.
-Sip- me contesta cuando vamos saliendo a la parte del estacionamiento de la preparatoria.
ESTÁS LEYENDO
Chicas Lindas (y no tan lindas).
RomanceEl mundo está lleno de mujeres. Simple y sencillamente, todo gira alrededor de ellas. Siendo un chico normal de 17 años con las hormonas revueltas y la mente despistada, _____(tn) pasa por la vida haciendo de todo m...