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-¿Y por qué te cambiaste de escuela?- me pregunta Carim después comer un poco de su helado de yogurth.

-Por el trabajo de mis papás- le contesto encogiendo los hombros y ella asiente- Cuidado- le digo deteniéndola mientras pasa veloz un ciclista junto a nosotros.

-Uh, gracias _____(tn)- me sonríe y seguimos caminando por el parque. Directo hacia la pequeña feria que han montado unos días atrás.

-De nada linda. Mi papá es contador en la fabrica de la empresa, a las afueras de la ciudad. La escuela de la costa quedaba de camino así que decidí estudiar allí la preparatoria. Pero acaban de abrir el nuevo despacho del buffet de abogados de mi mamá y está aún más cerca de "M".

-Oh, con razón. ¿Y te gusta más ésta escuela o...?

-Ambas creo, es decir, me gustaba mucho la escuela de la costa pero ahora estoy muy cómodo, hice nuevos amigos, tengo menos tareas,- le guiño un ojo y ella ríe tiernamente- y tengo mucho tiempo libre.

-Eso es verdad, casi no hacemos nada. Depende del maestro y también de si estamos finalizando el semestre- asiento- pero es poco lo que trabajamos. Porque igual se trata de organizarse.

Tomamos asiento en una banca junto a un vendedor de globos y una pequeña carpa donde están dando un show de magia y payasos.

Es nuestra segunda cita. La quinta si cuento los recesos juntos antes de salir de vacaciones de invierno. Hemos estado en contacto en el proceso de conocernos a partir de aquella fiesta, y aunque todavía no es suficiente para decir que tenemos una relación, yo sé que hay algo más que amistad entre nosotros. Eso lo puedo sentir.

Lo siento en la forma en que me mira, en la que se sonroja, en la reacción que tiene cuando tomo sus manos entre las mías o cuando la abrazo. Obviamente todo esto no es como yo me lo esperaba, estoy seguro que es mucho mejor. Investigar e idealizar a Carim no se compara en absoluto a tratarla de verdad.

Y ahora que experimento de primera mano como es ella en realidad, puedo decir más que seguro que ella es la chica más dulce del mundo. Carim irradia inocencia y cariño en todos los sentidos, y aunque también tiene su lado travieso y caprichoso, eso no le arrebata su aura de dulzura. Ella es realmente linda, vaya que si.

¿Y lista? No se diga. Me he visto en serios problemas al tratar de invertarle una mentira acerca de las marcas de los golpes que recibí por parte del lunático novio de su mejor amiga. Además siento y me doy cuenta que Carim no confía en mi del todo por la cuestión de mi tipo de relación con Alicia. Tal vez necesito un letrero en la frente que diga que estoy enamorado de una pequeña chica rubia. Para matar dos pájaros de un sólo tiro.

-¿Y que haces en tus ratos libres? ¿Trabajas?- le pregunto probando sacar información que yo ya conosco.

Carim abre los ojos levemente sorprendida y demora unos segundos en responder. Yo, ingenuo, sonrío esperando a escuchar que dice.

-Pues...depende. A veces salgo con mis amigas, trabajo en la clínica con mi papá o me quedo en mi casa haciendo cosas en mi cuarto- termina ella riendo por su última frase.

Perfecta evasión del tema. Me preguntó porqué no me lo dice si trabajar en la radio es genial y más aún siendo locutora.

-¿Que cosas haces en tu cuarto? Te ríes como si tuvieras un laboratorio nuclear ahí dentro.

-Pues muchas cosas. Lo pinto, rayo las paredes, pongo, quito y muevo mis posters, desarmo mis muebles para hacer otros que me gusten. No sé, lo que se me ocurre.

-¿Desarmas muebles tu sola?- le pregunto sin poder creerlo.

Ella asiente afirmativamente. Wow, nunca lo hubiera imaginado.

-Claro, de echo tengo mis propias herramientas. Hasta las decoré con pintura y piedritas, no hacen para niñas- menciona un poco indignada.

Río enternecido.

-Eres genial Carim, eres perfecta.

Acerco una de mis manos a su rostro y acaricio una mejilla suya suavemente, sintiendo su tersa y blanca piel.

Ella baja la mirada y sonríe apenada como siempre.

-Estás rojita.

-Lo sé, debo de parecer un ridículo jitomate-dice cubriendo su cara con las manos.

-No linda, claro que no- quito sus manos y las tomo entre las mías, me acerco a ella y miro directamente hacia sus preciosos ojos- pareces un jitomate muy muy hermoso.

Ella se sonroja por un segundo más pero entonces se da cuenta de lo que dije y comienza a reír adorablemente.

Cielos, la quiero tanto. Odio no estar seguro si decirlo en este preciso momento sea lo correcto. Me gustaría una vez más arriesgarme y seguir mi impulso de locura.

Miro hacia abajo, nuestras manos siguen entrelazadas sobre mis rodillas. Siendo sincero, no puedo decir que están hechas como piezas de rompecabezas para unirse puesto que sus manos son delicadas y muy pequeñas a comparación de las mías. Eso las hace más irresistibles. ¿Qué no?

Subo la vista poco a poco para encontrarme una vez más con sus dulces ojos color miel, que también miraban nuestras manos hace un rato. Ésta vez es distinto, es la señal.

Carim quiere que la bese, tal vez no sea exactamente su intención hacérmelo saber pero estoy 100% seguro. Sus labios están entreabiertos, sus pupilas están levemente dilatadas y de vez en cuando mira de reojo a mi boca.

Cuando me acerco hacia ella, Carim también lo hace. Después ella cierra los ojos y yo hago lo mismo, un segundo después sólo siento sus húmedos labios rosas contra los mios. Suaves, tibios, con ese sabor a frutas y vainilla intoxicante.

Esto es vida.

Y quiero más, lo quiero todo.

Llevo una de mis manos a la parte de atrás de su nuca para acercarla más hacia mi, sin ser brusco ni parecer desesperado. Abro mi boca apenas un poco para poder capturar su labio inferior y comenzar a besarla con más ganas aún. Como si fuera posible. Siento su respiración, respiro su aliento, percibo sus ligeros temblores y hasta podría jurar que también los latidos de su corazón. Es totalmente embriagante.

Pero maldita sea, me quedo sin aire. Me falta el oxígeno y también la noción de la realidad. Me separo queriendo volver a besarla al instante, pero primero veo su reacción.

Carim abre sus ojos lentamente. Están brillosos, casi húmedos, y sus labios parecen hinchados, más rojos de lo natural.

-¿Estás bien?-pregunto como puedo y a centímetros de distancia, agitado por la emoción de nuestro primer beso.

Ella niega, aunque lo hace sonriendo sin quitarme la mirada.

-Quiero decir, estoy bien pero... Esto, wow. No me lo esperaba.

-Yo tampoco. ¿Hice mal en besarte?- pregunto nervioso.

-No, no _____(tn). Es sólo que...- ella hace una pausa y baja la mirada un segundo, como decidiendo que decir- es algo nuevo para mi ¿entiendes?

-¿Nunca te habían besado?- pregunto atónito.

-No de esa forma.

-¿Y te gustó de esta forma?- supongo que tengo una cara de fiel esperanza.

-Si, mucho- me contesta alegrando mi vida una vez más.

-Igual a mi Carim, como no tienes idea.

Muchísimo.

Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora