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Las clases en la nueva preparatoria son divertidas. No falta el maestro relajado y los alumnos comediantes dentro de mi salón de clases. Todo es risa y desorden.

Pero soy el chico nuevo.

Me ha tocado ponerme de pie delante de todos en tres ocasiones, presentarme y responder las típicas preguntas curiosas de los maestros. No ha sido muy complicado.

Shirley es muy amable conmigo, se toma la molestia de darme algunos consejos sobre el grupo, los maestros y sus asignaturas.

La chica es inteligente en verdad, no hace ningún tipo de escándalo y no llama la atención de manera ridícula como lo hacen todos los demás.

Intento sacarle otro tipo de conversación o una sonrisa pero no obtengo un buen resultado, ella es malditamente seria. Me gusta.
Como amiga, obviamente. Creo que es mutuo.

-Jóvenes, es todo por hoy. Pueden irse- el maestro Tom termina su primera clase de historia del año excelentemente.

Todo el mundo exclama de felicidad y alivio. Los libros se guardan y las sillas se mueven antes de que mis compañeros de clase se apresuren a salir de una vez del aula. Afuera se escucha la multitud por los pasillos.

Guardo mis cosas en mi mochila con tranquilidad y después me acerco a Shirley que se ha quedado hablando con un chico alto y guapo.

¿Es su novio acaso? Ella no luce amorosa con él. No lo sé, me acerco a saludar esperando no interrumpir.

-Claro que voy a acompañarte. No es una molestia- le dice él sonriendole ampliamente.

¡Y ella le sonríe a él! La chica baja la mirada tímidamente sonrojada. Siento que sobro.

Aminoro el paso buscando no acercarme demasiado a la parejita.

Shirley voltea hacia mi y se sorprende algo de verme aún dentro del salón de clases. Es incómodo. Pero ella se apresura a presentarme con su novio, el chico alto que sigue absorto en ella.

-_____(tn), este es Sebastian- lo señala a él levemente- Sebastian, este es _____(tn), el chico nuevo.

Sebastian y yo nos miramos fijamente asintiendo y entornando los ojos, somos hombres después de todo, así de formal son las cosas entre nosotros.

Él es el tipo de hombre por el que babean todas, no es como para negarlo. Ha de medir un metro y ochenta centímetros aproximadamente, su cabello es genial, tiene un rostro duro y anguloso, unos hombros prominentes y un par de brazos fuertes. Siento envidia.

-¿Nos vamos?- dice Shirley dirigiéndose a nosotros dos. Parece con prisa.

Comienzo a caminar hacia fuera del aula sin separarme de ellos. Estoy con ellos. Shirley es mi primera amiga en esta escuela y pienso reclamarla como tal. No me importa su novio.

-Hasta mañana muchachos- nos grita el maestro desde su escritorio. Que amable, lo despido agitando una mano.

Sigo caminando con mis nuevos mejores amigos.

-¿Y qué te pareció la escuela __?- me interroga Sebastian.

Me llamó __. ¿Que clase de apodo es ese?

-No es aburrido ni espantoso, bastante bien diría yo- le contesto mientras bajamos las escaleras al primer piso.

Él sonríe y Shirley acomoda sus lentes mirándome.

Estoy justo en medio de los dos y no parecen notarlo siquiera. La duda de su tipo de relación me mata, apenas los conozco pero necesito sin embargo esa información.

-¿Ustedes son...?- no termino mi pregunta pues parece no haber sido escuchada cuando llegamos al primer piso donde los estudiantes hacen mucho ruido e invaden cada pasillo.

La "parejita" comienza a esquivar personas avanzando por separado en dirección a la única salida de la escuela. Sigo tratando de alcanzarlos pronto, Shirley va deprisa, Sebastian por su parte es enorme y no necesita pedir permiso, las personas le ceden el paso.

-Estoy intentándolo con ella- me confiesa travieso Sebastian señalándola.

Vaya vaya.
Río un poco y le dedico una sonrisa cómplice. Shirley nos ignora perfectamente, no nos escucha, no nos ve, no nos espera.

Va caminando a un ritmo firme y calculado hasta que de pronto y literalmente alguien se estrella contra ella. Una chica.

-¡Aquí estás, Shirley Shirley!- grita emocionada como una animadora la misma chica enderanzandose y zarandeado a la asustada Shirley por los hombros.

-Ella es Alicia- indica Sebastian mientras llegamos hasta ellas- Tienes que conocerla- me dice burlón y ríendose macabramente.

Yo abro los ojos bien, ella debe estar loca. Al ver a Shirley su expresión es como si estuviera viendo en persona a Leonardo Di Caprio o Madonna.

-Necesito que me ayudes a hacer un plan para el consejo estudiantil, Shirley- de repente su expresión cambia de extrema felicidad a seria preocupación. En verdad es dramática.- Tengo una lista de pendientes, tengo muchas preguntas que hacerte, necesito que me des tu opinión y si hay oportunidad también me gustaría que...

-¡Alicia!- la para Shirley levantando las manos en señal de stop, Alicia pela los ojos asustada- Basta querida.

-Perdón. Lo siento, ya lo hice de nuevo- la pobre parece querer llorar y mueve sus manos sin parar como buscando expresarse- Estoy muy nerviosa.

-Es tu primer día como presidenta y ya necesitas un descanso ¿verdad?- le habla Sebastian haciendole notar su presencia.

Ella lo mira, le sonríe y le saluda agitando la mano efusivamente y después me mira a mi.

Me sonríe dulcemente. Le devuelvo la sonrisa y pienso que no hay mujer que me haya asustado tanto en cinco minutos, ni siquiera mi madre.

-Soy Alicia-estira su mano derecha hacia mi y hago lo mismo- Voy en el aula B- mientras nos damos un apretón de manos sus pulseras bailan en su muñeca y eso le causa risa.

Ella es alta y morena, su cabello es de un tono castaño rojizo, el uniforme la hace ver muy  voluptousa pero todo en ella apunta a ser  muy delicada. Es una chica superficial con una H en la frente de histérica.

Ya quiero salir corriendo.

Chicas Lindas (y no tan lindas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora