v

793 45 6
                                    

Benjamin nos dice que subamos a su Jeep justo cuando Jordan me jala del brazo.

—Ella viene conmigo– dice y me conduce a una camioneta estacionada justo enfrente, me abre la puerta y me ayuda a subir. Conduce como loco y para frente a una enorme cochera. Baja y me abre la puerta.

—¿Qué esperas?

—¿En dónde estamos exactamente?–pregunto.

—En mi casa– dice relajado– Tranquila no hay nadie, solo tengo que cambiarme y luego vamos con los demás.

Asiento, solo es un rato.

Entramos a su casa, que por cierto es muy bonita, y subimos a su habitación. Entro y automáticamente comienzo a reír, me rio a carcajadas y no puedo parar. Hay fotografías enormes de él mismo por toda la habitación, este chico tiene el ego por el cielo.

—Me estas ofendiendo- me dice seriamente.

—Lo siento–no puedo dejar de reír- lo siento.

—Ja-ja – me mira.

Y sin duda alguna es peor que una mujer, luego de esperarlo mientras toma una ducha por treinta minutos, comienza a sacar ropa. Después de probarse casi toda la ropa, termina escogiendo unos jean celestes gastados, unas Vans azules y una remera grande sin mangas que hacen juego con sus zapatillas.

—Toma tendrás frío más tarde– me pasa una sudadera–Y ahora a caminar.

—¿Qué?–el lago donde harían el fogón debía quedar a unos cuantos kilómetros de donde estamos.

—A veces es muy bueno caminar. Y hoy tengo ganas de caminar asique caminaremos.- me responde sonriéndome y sé que está bromeando.

—Bien, por mí está bien.

—Sabes que es una broma, ¿verdad?- dice empujándome suavemente.

—No. Ahora caminaremos.

Caminamos casi dos kilómetros mientras él me explica el porqué de los pósteres, entonces cuando estamos por pasar junto a un grupo de muchachas, me toma de la mano.

—¿Y esto por qué?–le pregunto levantando una ceja.

—Es más cómodo- dice y lo miro con mi cara de NO TE CREO NI UNA SOLA PALABRA– Bien, ¿ves esa chica?– señala a una que esta algo más apartada. Ella lo ve y luego mira nuestras manos. – Su nombre es Judy, éramos algo así como amigos hasta que ella dijo que estaba enamorada de mí, en una fiesta jugamos al juego de la botella y nos tocó besarnos. No voy a negar que sentí algo pero entonces yo simplemente me alejé de ella.

—Para no lastimarla...–concluí, podía entender eso.–pero aun así la quieres.

—¡Esto es nuevo! ¿No me dirás que soy un cobarde?– me pregunta.

—No, de hecho creo que eres muy valiente– honestamente.– hoy en día los chicos juegan con cualquiera que se le cruce sin importarle nada. Y tú lo hiciste por su bien.

—Todos me llamaron cobarde, dijeron que debería haberlo intentado.

—No, tú ya te conoces, como yo me conozco a mí. Estoy segura de que hubiera hecho lo mismo. Es decir, para qué hacer algo que sabes que va a terminar mal, tu solo evitaste un par de corazones rotos–le digo, soy una cursi.

Creo que caminamos más de una hora cuando llegamos, todos miran nuestras manos y automáticamente nos la soltamos. Ninguno de los dos había notado que seguían juntas.

Ya han encendido el fuego por lo que me siento junto a un árbol un poco más alejada ya que el humo de la fogata me hace llorar los ojos.

Algo hay en el fuego que cuando lo veo hace que mis ojos se llenen de lágrimas. Recuerdos, sí, debe ser eso.

—¿Por qué tan callada?–preguntan por detrás de mí, es Benjamin.

—¿Qué? – pregunto restregándome las lágrimas que amenazan por salir.

—¿Estás bien?– me pregunta preocupado.

—Sí, estoy bien... no me pasa nada... este lugar es muy lindo.

—Ahora lo es, hasta hace pocos años era horrible, pero el lugar tenía algo especial, quizá la forma en que la luna se refleja en el agua...intentamos restaurarlo y se ha convertido en uno de nuestros lugares favoritos.

—Es muy lindo– Repito con sinceridad.

—No es lo único lindo.

—¿Qué más? –pregunto tratando de imaginar qué tanto puede haber en un pueblo tan pequeño como este.

—Tú– dice y creo que no le escuché del todo bien.

—¿Cómo dices?–pregunto nuevamente.

— Dije que tú eres muy linda.

—Y tú tienes novia no te confundas.

—¿Qué novia? –me interrumpe.

—Tu novia... Rebecca.

—Ella no es mi novia- me responde riendo ¿se está riendo de mí?

—Vamos, no es gracioso, he visto cuando la abrazas, o cuando juegas con ella.

—Es mi hermana– me interrumpe riendo más fuerte. No me gusta que me interrumpa.–Becca es mi hermana.

¡¿Y ahora dónde me meto?!

—Ah...

—¿Ah? –imita mi sonido.

—Sí, ah, es que parecéis novios, perdóname.

—Ey Emma, no tienes que disculparte, es solo que me ha dado risa...

Me quedo en silencio,  uno muy incómodo.

—¿Entonces puedo decirte ahora que luces bonita?- pregunta. Bien eso cambiaba todo. Él no tiene ninguna novia.

¡No! ¿Qué estás pensando Emma? Que no tenga una novia no cambia nada en absoluto.

—Por supuesto que no.

—¿Eres dura, eh?- pregunta sonriendo y yo me rio pero no digo nada.

La noche transcurre hablando de fiestas, contando anécdotas, chistes y cantando. Evan toca la guitarra muy bien y Benjamin tiene una voz hermosa. Al final de la noche cuando el fuego se apaga por completo, nos acomodamos uno arriba del otro en el Jeep y dejamos el lugar atrás.

—¿qué harás mañana?– Pregunta Aira.

—Tenía pensado ir a la galería a comprar algunas cosas.

—Bueno no es algo que me guste hacer pero si quieres te acompañamos.

—¿Harían eso por mí?– pregunto.

—Claro, ¿mañana a las diez?

—Nos vemos allí, gracias– me despido y doy por terminado un día completamente diferente a lo que había imaginado.





 The Perfect Summer  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora