XXXVI

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—Tengo una idea– me dice muy serio- ¿Por qué no te quedas?

—Porque no puedo, ya te lo he dicho.

—Entonces... ¿por qué no nos vamos?

—¿Los dos juntos?

—Sí, los dos juntos–me rio y giro sobre él.

—Estás loco.

—Por ti–dice sonriéndome–pero vamos, es enserio ¿por qué no nos vamos los dos juntos? Tengo una casa cerca de la costa que ya no usamos, bah mi familia la tiene... solíamos ir todos los veranos cuando Becca y yo éramos niños, mi abuela pasaba por nosotros y nos llevaba allí e íbamos al acuario y una vez nos dejaron nadar con los delfines, éramos felices, era tan real, éramos una familia y nosotros podrimos... podríamos comenzar una allí e ir al acuario y nadar con los delfines también, y podríamos estar juntos y hacer lo que quisiéramos...–le sonrío.

—Benja, sabes que lo que más deseo es quedarme contigo pero tengo dieciocho años recién cumplidos y tengo a mi mamá , tengo que seguir mis estudios también– digo mientras le doy un beso en su mandíbula–además...me encantaría quedarme a hablar toda la noche de casas cerca de la costa, y de fugarnos,y de delfines, pero hay algo que deseo hacer más que eso digo mientras me siento a horcajadas de él.

—¿Qué es?–me pregunta. Sonrío y subo una de mis cejas dejándole adivinar mis intenciones– tengo una novia pervertida.

—Bueno si no quieres nos podemos quedar hablando hasta quedarnos dormidos– digo mientras le acaricio haciendo círculos con mis dedos en su abdomen por debajo de su remera, le sonrío como una niña inocente- podemos hablar de delfines o de los animales que hay en el acuario ¿sabes que nunca he ido a un acuario? Ni tampoco he visto un delfín nunca ni he...

—¿Estás juguetona? le sonrío pícaramente. Desprende los botones de la camisa lentamente– ¿te he dicho antes de que estás muy buena?– chasqueo la lengua y empujo su hombro.

—Eres un bruto ¿pasas toda la noche diciéndome cosas hermosas y haciéndome llorar y ahora sales con esto? Podrías haber dicho algo como "oh, tengo la novia más hermosa de toda la galaxia" o un simple "eres preciosa" hubiera bastado.

—O podría haber dicho que tengo una novia con un ego bastante alto pero sí, también tengo la novia más hermosa de todo el universo y la más preciosa de todas y la amo.

Lo beso intensamente y me quito la camisa quedando solo en ropa interior. Con cada beso que nos damos no puedo explicar siquiera la sensación que inunda mi interior, muchos dirán que son las famosas "mariposas" pero eso que yo siento dentro de mí definitivamente no son mariposas, estoy segura de eso, son más bien como una estampida de rinocerontes.
Sus manos acarician suave mis hombros y me bajan los tirantes de mi sujetador. Me incorporo y desprendo el broche de este haciendo que caiga. Lo miro a los ojos y veo como me estudia con la mirada como si quisiera grabar este momento para siempre. Subo con mis manos su remera y luego él se incorpora también para poder quitársela del todo. A eso siguen un montón de besos con miles de sentimientos detrás de ellos.
Nos  besamo como si no huera nada después de esto, es entonces, cuando descubro que estando lejos de él, voy a estar jodida. Real y completamente jodida.

—Creo que podemos irnos cuando amanezca, haremos nuestras maletas otra vez y empezaremos una vida juntos, en una casa cerca de la costa, e iremos al acuario y nadaremos con delfines y estaremos juntos. Luego tendremos hijos y seremos una familia muy, muy feliz– le digo en un susurro junto a su oído.

—¿Y tú mamá? ¿Tus amigos? ¿El instituto?

—¡Dije hijos y ya te arrepentiste! Sin hijos, está bien...– él se ríe.

—No es eso tonta, ¿estas dispuesta a dejarlo todo por mí?

—Por nosotros, sí– le digo segura, el solo asiente y se acerca a besarme.

—Te amo.

—Y yo a ti– le digo– venga, durmamos un rato.

Me acerca a su pecho y me envuelve en sus brazos y feliz, caigo en un profundo sueño.

El sonido de mi móvil me saca de mi sueño, trato de incorporarme pero unos fuertes brazos me impiden moverme. Cuando pienso que mi móvil dejará de sonar Benjamin se gira aun profundamente dormido y yo puedo contestar la llamada mientras me dirijo al baño para no hacer ruido.

—¿Sí?–contesto.

—¿Hija?

—¿Mamá que sucede? Son las... siete treinta de la mañana– digo mientras miro la hora.

—Lo siento, es tu abuela.

—¿Qué le paso a mi abuela?

—Tuvo un paro cardiaco, está grave– dice apagada–Ella me pregunto por ti, creo que quiere verte.

—Trataré de volver lo antes posible ¿sí?– le digo mientras limpio las lágrimas que caen por mi cara.

—Te necesito conmigo, no sé cuánto más estará aquí...– me dice mi madre con la voz quebrada.

—Lo sé mamá, lo sé–le digo–volveré pronto, ¿sí?– digo y corto la llamada.

Tomo una ducha, me visto y vuelvo a la habitación rápidamente. Abro el ropero y meto toda mi ropa dentro de la maleta.

—Ey, ya despertaste– la voz a mis espaldas hace que brinque del susto.

— ¿Emma estás bien?– pregunta mientras me da la vuelta.

—No, es mi abuela– digo mientras cierro la maleta–debo volver.

—Voy contigo–dice preocupado incorporándose–de todas formas hay que volver por tus cosas.

—Sí– contesto secamente– te espero abajo, no tardes por favor.

—Emma, todo va a estar bien– me dice mientras me abraza.

 The Perfect Summer  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora