XXXI

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—Podemos abrazarnos y hablar sobre ti o sobre mí, podemos hablar de mañana o de cualquier cosa hasta dormirnos–me aprieta contra su cuerpo.

—Es una linda idea–digo divertida– pero quizá... si quieres, podríamos divertirnos un poco–le digo mordiendo mis labios. Él alza las cejas divertido.
Inclino mi cabeza para besarlo, enredo mis manos en su cabello, él con la palma de una mano acaricia mi mejilla mientras que con la otra me toma de mi cintura y nuestro beso comienza a profundizarse. Luego me atrae a su cuerpo quedando yo sentada a horcajadas de él, envuelvo mis piernas alrededor de su cintura. Sus manos bajan por mi espalda hasta llegar a mi trasero sin dejar nunca de besarme.
Nuestras caras se separan para tomar aire y el me dedica una hermosa sonrisa, luego comienza a darme pequeños besos en mi cuello.
Vuelvo a unir mis labios con los suyos, bajo mis manos hacia el borde de su remera y las meto por debajo acariciando su marcado abdomen, luego las subo y le quito la camiseta. Me detengo unos segundos a observarlo. ¡Wow que afortunada soy!
Su mirada es divertida y sorprendida a la vez.
Beso su pecho desnudo y puedo sentir un gemido saliendo desde su garganta, mis manos se deslizan por todo su pecho hasta llegar al botón de sus jean, comienzo a desabrocharlos sin pensar qué estoy haciendo, me siento valiente, se siente bien y sé que no quiero dejar de hacerlo. Él se tensa
—Espera Emma ¿Qué haces?– me pregunta confundido, yo me muerdo los labios.

—Lo siento– le digo avergonzada.

—Pues yo no– se ríe–pero sabes que te esperaré el tiempo que haga falta.–Le beso.

—Lo sé pero yo no quiero esperar más–le digo y vuelvo a besarlo.

Esta vez son sus manos las que se deslizan por mi espalda y me desprenden el cierre de mi vestido, luego me lo quita y quedo en ropa interior. Me alza y me lleva hacia la tienda sin dejar de besarme en ningún momento. Empujo sus pantalones hasta quitárselos.

—No tenemos que hacer esto si no quieres–me dice con su respiración agitada.

—Pues...–digo mientras me incorporo y me siento arriba de él– lo cierto es– me muerdo mis labios y luego agacho mi cabeza hacia donde está la suya– quiero que me hagas tuya– le susurro avergonzada y luego me besa apasionadamente.
Sus manos bajan hacia el broche de mi sujetador y con un ágil movimiento se deshace de este. Sentada arriba de él, me besa ahora más suave que nunca, luego sus besos siguen por mi cuello y bajan hacia mis pechos y besa uno. Se siente tan bien. Un gemido surge de lo más profundo de mi garganta. Acariciándome baja sus manos hasta mis bragas y me las quita. Se detiene y me mira fijamente a los ojos mientras me acaricia la mejilla con su pulgar lo cual hace que me sonroje.

—Eres hermosa, te amo Emmy.

—Te amo Benja– le sonrío.
....

—Emma-escucho la dulce voz de mi novio en mi oído– debemos irnos.
Me estiro y luego abro los ojos. Benjamin me mira con una sonrisa.

—¿Qué sucede?–le pregunto.

—Eres mi perdición–dice mientras se acerca y me besa. Cuando sus manos tocan mi piel me estremezco, sin recordar que sigo desnuda.–Te amo– me susurra al oído.

—Y yo a ti– le digo–¿debemos irnos?– pregunto haciendo puchero con mi boca.

—Sí, es tarde y nos están esperando– dice. Tomo mi ropa y comienzo a vestirme. Benjamin desarma la tienda y luego nos encaminamos el Jeep. El sol empieza a salir justo cuando su móvil suena.

—Hola– contesta– sí vamos en camino. Sí....¡Te dije que sí! Bien– dice y corta.

—Nos reuniremos en casa de Jordan–dice y comienza a conducir.

 The Perfect Summer  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora