Tomo una manzana y voy a la estancia en la bicicleta que ya es mi transporte oficial. La mañana transcurre sin problemas mientras hago mis tareas diarias: bañar a los caballos, cepillarlos, darles de comer, limpiar el establo, meterlos nuevamente, arreglar la huerta, entre otras cosas.
Al terminar me doy una ducha, me pongo una delicada falda que llega a mis tobillos, con una remera negra sin mangas, una chaqueta de jean y mis converse negras. Aliso mi cabello y me aplico el suficiente maquillaje para que se vea bonito y no grosero. Hoy es domingo lo que significa que tengo que comer con Brayan y Miranda.
—Te ves muy guapa–me dice Brayan cuando me reúno con ellos en el salón.
—Gracias– le sonrío.
—Emma iremos a la casa de una familia amiga a comer, ¿no te molesta cierto? –me pregunta Miranda mientras baja las escaleras con un hermoso vestido de verano.
—No para nada.
Andamos por la carretera alrededor de cincuenta minutos, atravesamos varios pueblos y al final estacionamos en el porche de una casita que me hace recordar a la de los cuentos de niños. Adentro nos espera una feliz pareja con dos hijas que rondan entre los seis y ocho años.
Las niñas parecen adorables a simple vista pero cuando sus padres dejan de verlas son dos diablillos, me caen bien.
Paso una tarde entretenida teniendo en cuenta que Abey y Rosy, las dos niñas, quieren que juegue con ellas a un centenar de juegos distintos.
Regresamos a la estancia entrada la noche y me decido a escribirle a Tory, la extraño mucho ya que hacen dos semanas que salí de casa.
Tory:
¡Hace tanto que no nos vemos! Después de todo lo que pasó con la supuesta amenaza del campamento de verano, acompañar a mi abuela parecía la mejor opción. No te lo comenté pero seguramente ya te habrás enterado, ni siquiera me despedí cuando me vine aquí... ¡Estaba tan enfadada!
Quería contarte que desde que estoy aquí las cosas han cambiado mucho en mi vida. Es el campo, el campo llena mis pulmones de un aire tan puro que me permite pensar claramente en todo. Y me siento bien, muy bien.
Conocí a un grupo de chicos que me han hecho sentir que pertenezco aquí. ¡Tranquila! Pienso volver.
Brayan y Miranda me tratan como si fuera su hija y me consienten en casi todo. Por las mañanas ayudo con tareas de la casa y cada fin de semana me dan una pequeña mesada que me sirve para salir con mis nuevos amigos o comprarme cosas, de todo menos ropa ya que ahora que Miranda ha remodelado muchas prendas viejas que tenía guardada, tengo de sobra. Me encantaría que estuvieras aquí conmigo, ¡sería tan divertido!
Respóndeme cuanto antes quiero saber de ti y bueno, de tu novio también!!!
Besos y saludos por allí, Emma.
A la mañana siguiente me levanto con ganas de dedicarme el día a mí, asique hago mis deberes en la estancia y luego subo a mi habitación a bañarme. Cuando termino me visto, me pongo unos lentes de sol y me cuelgo un bolso con mis cosas.
Miranda se ofrece a llevarme al centro comercial que me llevo Manu días atrás, lo cual le agradezco.
—Pásatelo lindo– me saluda Miranda.
Lo primero que veo, y al primer lugar que entro, es una peluquería. Mi pelo necesita urgentemente un corte.
Lo siguiente que hago es oradarme las orejas, algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo y nunca me animé. Mi móvil comienza a sonar y no logro encontrarlo dentro del bolso.
![](https://img.wattpad.com/cover/69314836-288-k19485.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Perfect Summer
Genç KurguCuando Emma Widner, una adolescente de 17 años, es prácticamente obligada a pasar unas cortas vacaciones con su abuela en un pequeño pueblo, lo único que desea es que esos días pasen lo más rápido posible. Lo que no se imagina es que durante este vi...