Me despierto, 09.20.
Mierda, es tarde. Me levanto tan rápido de la cama que me mareo.
Bajo rápido, no tengo tiempo para desayunar por lo que tomo una manzana para comer en el camino. Cuando salgo corriendo choco con Brayan.
—¡Ey! ¿A dónde vas tan rápido?
—He quedado con unas chicas a las diez en la galería y ya es muy tarde– le contesto agitada.
—Bueno tranquila, yo te llevo.
—Gracias– le sonrío agradecida.
—¿Con quiénes has quedado?
—Rebecca Parker y Aira Banks, las conocí ayer. Son muy simpáticas, estuve con ellas y sus amigos, lo he pasado genial.
—Me alegra mucho escuchar eso.
Detiene el auto, me despido y camino a donde están mis nuevas amigas esperándome.
Cuando salimos de la galería de compras me dirijo a casa de los Stevens ya que le prometí a mi abuela comer con ella.
La mesa está ahora en el jardín y Brayan cocina verduras azadas.
—¿Cómo te ha ido?– pregunta.
—Bien, compramos algunas cosas y tomamos un helado.
—¿Sabes Emma? Hemos estado hablando con Brayan– comenta Miranda– y queríamos preguntarte si quieres quedarte a pasar el verano con nosotros... ¿Qué dices?
—¿Es enserio?– pregunto con una muy grande sonrisa.
—Sí, le preguntamos a tu madre y ha dicho que sí.
—¡Gracias, gracias, gracias!– salto del asiento y los abrazo.
—De nada, tu madre nos ha pedido que la llames. También tenemos que hablar de algunos temas...
—Sí, por supuesto, ¡GRACIAS!– digo contenta, salgo corriendo a la que será mi habitación por todo el verano y marco el número de mi madre.
—Hola cariño– contesta.
—Hola ma, quería agradecerte por dejarme quedar aquí.
—Sí, les costó convencerme, te voy a extrañar tanto mi bebé– llora al teléfono.
—Yo también mami.
—Bueno solo hazme el favor de comportarte y no hacer enojar a los Stevens, ¿está bien?
—Sí mamá– contesto.
—Y escríbeme por favor, no me llames porque me llegarán cuentas más grandes que la casa– me dice riendo.
—Vale.
—Bueno cariño, disfruta de tus vacaciones, nos vemos al final del verano– se despide.
—Adiós.
Cuando regreso al jardín la comida está servida y mi abuela, Brayan y Miranda están esperándome.
—Emma, necesitaras dinero para salir con tus nuevos amigos, pensamos que si quieres, puedes ayudar aquí en la estancia y tener una mesada.
—Sí, claro, eso es justo– les digo asintiendo.
—En las mañanas... Es decir, te hemos invitado a quedarte porque notamos que estas feliz con esos chicos y lo último que queremos es ponerte horarios para estar con ellos...
—En la mañana es genial– les sonrío– además, voy a necesitar el dinero, solo traje ropa para cuatro días.
—Creo que eso lo podemos solucionar– me dice Miranda.

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The Perfect Summer
Teen FictionCuando Emma Widner, una adolescente de 17 años, es prácticamente obligada a pasar unas cortas vacaciones con su abuela en un pequeño pueblo, lo único que desea es que esos días pasen lo más rápido posible. Lo que no se imagina es que durante este vi...