XI

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Cuando llegamos con Manuel a la cabaña, pasamos rápidamente a su habitación.

—¿Dónde los guardarás?– le pregunto mirando los regalos.

—Shhh, cierra la puerta– me dice.

—Bien– cierro la puerta– ¡¿dónde los guardarás?!

—¿En dónde quieres que los guarde?

—No lo sé, ahí en la parte de arriba del armario– señalo.

—Buena idea, ven.

—¿Qué a dónde?

—Súbete a mis hombros que yo no llego– me subo a sus hombros, me acerca al ropero y extiende las bolsas para que las guarde. Comenzamos a tambalearnos y justo cuando cierro la puerta de donde guardé las bolsas caemos, no sé cómo pero caigo arriba suyo y sobre la cama.

—Idiota– le digo riéndome y golpeando con una mano su pecho al mismo tiempo que entran a la habitación Evan y Benjamin.

—Lo siento ¿interrumpimos?– pregunta Evan.

—No, nos caímos– responde Manuel riendo mientras nos incorporamos.

—Claro uno encima del otro– Benjamin dice con sarcasmo.

—Es la verdad, estábamos guardando los regalos de Becca allí arriba– digo eso último en un susurro – y nos hemos caído.

—Está bien, no tienes que explicarme nada– dice de mala gana Benjamin.

—Bien, solo que no quiero que mal interpreten las cosas.

—Entonces deberías tener más cuidado.

—Hablamos cuando estés de mejor humor– digo cuando paso a su lado para salir.

—Lo que sea– y es ahí cuando ya no me cae bien. ¿Por qué tiene que ser tan voluble? Después de lo que me contó Manuel estuve todo el viaje de vuelta pensando en la posibilidad de que realmente me gustara Benjamín, y realmente me gusta, pero luego se comporta de esta forma y me hace enojar... demasiado.

A la noche, nos sentamos en el living mientras bebemos unas cervezas.

—¿Jugamos?– pregunta Aira.

—¿A qué?– Becca suena entusiasmada.

—¿Al juego de la botella?

—Está bien– aceptan todos.

—Pero sin excusas, cumples con la prenda que te toca y punto. Ah, y son dos rondas. Esta vez la prenda será un beso ¿qué dicen?

Aira gira la botella y quedo para Evan y Rebecca, acto seguido están los dos besándose. Parece no importarles a Aira y a Manuel y me queda suponer que es algo que juegan seguido.

—Bueno, ya, suelta a mi hermanita– interviene Benjamin.

Aira vuelve a girar la botella y le toca a Evan y a Manuel. Diug.

—Sin peros–dicen Aira y Becca riéndose.

Manuel y Evan protestan sin conseguir una victoria. Doble diu. Se dan una especie de pico.

Esta vez yo giro la botella y me toca a mí y a Benjamin. Pero está bien ¿no? es solo un juego Emma, no tienes que ponerte nerviosa, no tengo motivos ¿verdad?, ¡¿verdad?!

Nos acercamos lentamente, Benjamin acaricia mi mejilla y un segundo después estamos besándonos. Suave, dulce, solo nuestros labios, por poco me olvido que estamos besándonos frente a todos.

—Ejemmm– se aclara la garganta Jordan– era solo un beso.

Nos separamos, él me mira y me sonrojo horriblemente. ¡Por el amor de todos los dioses! Creo que he quedado con los ojos bizcos...

La botella vuelve a girar, Aira y Manuel. Otro giro, Manuel y Becca y luego Jordan y yo. Oh-oh.

—Menos mal, estaba comenzando a pensar que no me tocaría nunca– dice Jordan, se acerca a mí y me planta un beso agarrando mi cara entre sus manos, luego su lengua pide entrar y le dejo, besa bien, muy bien pero el beso se está profundizando demasiado, asique me separo.

Todos nos miran y se ríen, bah, no todos porque Benjamin ya no se encuentra en la misma habitación.

—Vale ya, que solo ha sido un beso– les digo mientras todos ríen.

—Si claro, solo un beso–dice Aira.

—No sé ustedes pero yo me iré a dormir– bosteza Becca.

—Yo también– dicen al mismo tiempo Evan y Manuel.

—Y yo– dice Aira.

—Bien ¿quién me lleva a casa?– pregunto.

—Ya es tarde, quédate aquí– me dice Rebecca.

—Okey, ¿con quién duermo?

—Conmigo– dice con una sonrisa de ganador Jordan.

—En tus sueños– le devuelvo la sonrisa y me quedo esperando a que alguien diga que me llevará a la estancia.

Y espero.

Y sigo esperando.

Nop, parece que nadie lo hará.

 The Perfect Summer  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora