The Perfect Summer

XII

—Vamos, prometo que no te haré nada–dice mientras me empuja hacia su habitación. Entramos a una habitación de color azul muy ordenada para ser de un chico.

—No tengo nada para dormir– me quejo mirando mi ropa y metiéndome a la cama.

—Toma–me pasa una de sus playeras.

—¡No dormiré solo con esto!

—Entonces tendrás que estar incómoda toda la noche y créeme que si te mueves mucho te tiraré.

—Bien– bufo– no mires.

Me saco la ropa rápido asegurándome de que no mire, la playera que me dio es grande pero no lo suficiente para cubrirme todo el trasero.

—Bonito culo–se burla.

—Púdrete- digo aunque sé que no está mirando. Me meto a la cama y me sumerjo en mis sueños.

A la mañana siguiente me despierto con un brazo y una pierna arriba mío, sin mencionar lo que hace presión en la parte baja de mi espalda. Diug.

Trato de soltarme de su agarre pero es en vano, no puedo.

—Jordan despierta– digo empujándolo pero no se mueve– ¡¡¡Jordan!!!– grito más fuerte.

—Mmm ¿qué quieres?

—Levantarme vago perezoso, suéltame.

—Está bien gruñona– dice quejándose.

Me levanto y estiro lo que más puedo la playera. Luego decido ponerme las calzas. Me pongo unas pantuflas que son como seis números más grande que el mío y camino hacia la cocina famélica. Jordan viene tras mío.

En la cocina se encuentra Becca, Aira y Benjamin desayunando. Tomo un tazón y echo leche y cereales.

—¿Cómo durmieron?– pregunta Aira con una sonrisa malvada, sé lo que está pensando. Benjamin, me mira, mira la remera y luego mira a Jordan.

—De maravillas– le responde Jordan y me guiña un ojo.

—No comiences – le advierto.

—Lo que tú digas bella durmiente– me sonríe.

—Buen día Benja- le saludo con una sonrisa pero él se levanta groseramente, tira sus cosas al lavadero de la cocina y se va.

—¿Y a este qué le pasa?– pregunto.

—No debe tener un buen día–Becca mira a su dirección.

Cuando termino vuelvo a la habitación y me pongo mi ropa, es tiempo de volver a la estancia donde me espera una mañana de trabajo. ¿Cómo volveré? Encontré una bicicleta en la parte trasera de la cabaña ya que nadie quiso llevarme. Cuando llego a la estancia a las diez treinta sé que terminaré tarde.

Y efectivamente hacia las tres de la tarde suena mi celular y veo un mensaje de Manuel "estamos en Micheel's" asique tomo un bolso y pongo algo de ropa. Y luego emprendo camino hacia Micheel's.

—Hola–los saludo alegremente.

—¿Comiste?–me pregunta Manuel.

—No, me estoy muriendo de hambre– le digo con una mueca– ¿pedirían algo por mí?voy al baño.

Entro en el baño y escucho un golpe que viene de adentro de un cubículo. Me acerco para ayudar a quien sea que esté allí adentro y justo cuando estoy por golpear escucho la voz de Penny.

—Benjamin–dice en un intento de susurro y luego se ríe.

¿Está haciéndolo en el baño de su trabajo? ¡Que zorra! Y con Benjamin, ¡doble zorra! Me lavo la cara, las manos y cuando estoy por irme de ahí, salen ambos del pequeño cubículo. Benjamin me mira y después sale del baño sin decir una palabra. Debe haber notado la cara de asco que tengo, pues no la puedo disimular. Luego sale Penny y sonríe. Respiro antes de volver a la mesa.