Veinte

3.1K 228 9
                                    

 De un momento a otro, me encontré con la espalda contra la pared y con el cuerpo de Chanyeol cubriéndome, aislándome completamente del lugar en donde nos encontrábamos. Éramos todo besos apremiantes y manos curiosas por recorrer lugares en donde nunca se habían posado.

Sus labios deseosos, jugaron con los míos un poco más, antes de apartarse lentamente; casi lo sentí como una invitación a besarlo nuevamente, pero aún me encontraba tan desorientada como para pensar en repetirlo.

El castaño apoyo su frente en la mía, mientras nuestras respiraciones comenzaban a tomar un ritmo normal.

—Quisiera volver a hacerlo, pero no puedo—susurró aun con los ojos cerrados. Sentí una punzada en el pecho y las mariposas que yo creía estaban revoloteando en mi estómago se convirtieron en cenizas. Chanyeol abrió los ojos y sus labios se curvaron tenuemente—. Al menos no ahora que he entrado en razón y recuerdo que un Presidente no actúa, ni se exhibe de esta manera.

El revoloteo regreso y comenzó a hacer estragos en mi interior. Comprendía lo que Chanyeol estaba diciendo, ya que no era el momento; y mucho menos el lugar.

Una de sus manos subió a mi mejilla y la acarició con suavidad con la yema de sus dedos, antes de besar mi frente.

— ¿Nos vamos a casa? —cuestionó con sus brillantes ojos aun mirándome.

—Ajá—mascullé aturdida.

En ese momento quise regresar al baño para volver a revisarme en el espejo, sin embargo era imposible con el brazo de Chanyeol alrededor de mi cintura, sujetándome a su lado.

Caminamos de regreso a donde se encontraban las esposas de los Directores.

—Mi mujer y yo nos disculpamos—les dijo el castaño—. Nos retiramos.

— ¿Tan pronto? —inquirió la mujer que estaba a un lado mío hacía unos minutos atrás—. La noche apenas comienza.

—Concuerdo con usted—respondió Chanyeol—Sin embargo, mi esposa y yo no estamos tranquilos al estar lejos de casa.

En ese momento, uno de los directores que se encontraban en la otra habitación nos intercepto también.

—Es una pena que ya tengan que irse, aunque lo comprendemos. Por favor, dele nuestros más sinceros saludos a su padre—murmuró el hombre. Chanyeol asintió y luego de unas cuantas despedidas más, nos dirigimos a la salida.

El joven que estaba en la puerta nos trajo los abrigos y Chanyeol me ayudo a colocarme el mío, para después ponerse el suyo.

Al salir al exterior, sentimos el viento frio en el rostro. Comencé a titiritar mientras esperábamos a que trajeran el auto.

Después de lo ocurrido anteriormente, no sabía que hacer o decir. Todo resultaba tan confuso, porque en algún lugar remoto dentro de mí, donde las mariposas no se encontraban revoloteando de emoción; se escuchaba una voz que decía que ese beso no debió pasar.

Chanyeol tomó las solapas de mi abrigo acercándome a él y sacándome de mis pensamientos. Mi vista viajo a su rostro. Me quede embelesada con la tenue sonrisa de sus labios. Era como si él supiera que en ese instante me resultaba completamente irresistible.

Sus brazos me rodearon por completo y su perfume entro por mis fosas nasales, mezclándose con las suaves notas de la brisa fresca. Correspondí a su abrazo, seducida por su forma de tratarme. Cerré mis ojos y desee que el chico del ballet parking se tardara un poco más de lo estimado para que no interrumpiera este pequeño y dulce momento que estábamos compartiendo.

—Buenas noches.

Chanyeol se quedó rígido en cuanto escucho la voz de Baekhyun, y tan pronto como abrí los ojos, pude ver sobre el hombro del castaño a mi cuñado y a su "flamante esposa".

What if... (EXO Chanyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora