Treinta y uno

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Las sensaciones y los sentimientos estaban a flor de piel y también a punto de nublarme la conciencia.

Me encantaban los besos de Chanyeol, sus manos por todas partes en mi cuerpo, el notable deseo que sentía por mí y que resultaba ser completamente correspondido, pero tenía muchas cosas en mi mente que no me permitían abandonarme por completo a la felicidad y éxtasis de saber que me ama de igual manera que yo lo amo a él.

Me aparté casi en contra de mi voluntad y haciendo durar la cercanía entre ambos. Sus labios enrojecidos eran una invitación para besarlos de nuevo y sus ojos llenos de esperanza me hicieron replantearme la decisión que había tomado.

—También te amo, Chanyeol—murmuré mirándolo seriamente.

Observe un destello de esperanza en sus ojos una vez escucho mis palabras y una fina curva en sus labios, asomando una leve sonrisa.

Reprimí cualquier tipo de expresión y Chanyeol me miró atentamente hasta que esa casi sonrisa fue opacada por la decepción.

—___, sé que puedo hacerte feliz, si tú me lo permites—puntualizó ansioso.

—Perdóname...—dije con hilo de voz.

—Mi amor, sé que aun te cuesta creer en mí, pero no te fallare esta vez—volvió a interrumpirme.

Sus manos acunaron mi rostro y sus pulgares interceptaron las lágrimas que salieron de mis ojos.

Pensar cómo sería compartir la vida con Chanyeol me motivaba a decirle que sí a todo lo que me propusiera.

Creía en él aunque no lo supiera y yo sabía que podía hacerme la mujer más feliz en la tierra, porque yo era feliz con solo estar a su lado antes. No había manera en que después de esto él pudiera hacerme mal. Sin embargo, no podía simplemente pretender seguir con mi vida, aceptar a Chanyeol y vivir plenamente de nuestro amor sabiendo que Baekhyun estaba en alguna parte, invadido por la tristeza, la soledad, la rabia y el odio.

Era bastante injusto.

Aparte sus manos de mi rostro y las tome con fuerza.

—Te amo—repetí y tome una bocanada de aire—, pero no puedo regresar contigo. Jamás estaría en paz conmigo misma, y nuestra felicidad siempre sería manchada por lo que le hicimos a Baekhyun. No soy esa clase de persona—sentí mi cuerpo temblar por completo, creí que estaba a punto de desplomarme frente a él—. Te pido por favor que no vuelvas a buscarme. No voy a ceder.

Chanyeol se quedó inmóvil y su mirada se perdió en el espacio.

Estaba rompiéndole el corazón y al mismo tiempo haciéndolo con el mío.

Deje ir sus manos y me acerqué determinada a llevarme aunque sea un recuerdo grato de él.

Tuve que pararme sobre las puntas de mis pies para poder dejar un beso en sus labios, probé el sabor salado de mis propias lágrimas y con el dolor acrecentándose en mi pecho, salí de la oficina sin mirar atrás.

Tome mi maleta y me fui a casa, en donde me sumí en un mar de llanto, sintiendo que quizá estaba cometiendo un error al no aceptar el amor de Chanyeol e intentar tener un matrimonio real.

Repase una y mil veces la posibilidad... la culpa fue más fuerte, sin embargo.

Mi padre llego a mi lado para consolarme, aunque no fue de gran ayuda, pues más lágrimas salieron al verlo.

—Siento mucho que te encuentres en esta situación, querida—murmuró mientras acariciaba dulcemente mi cabello. Mi cabeza reposaba en sus piernas, mientras estaba acostada en mi cama.

What if... (EXO Chanyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora