Veintiocho

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Cerré mis ojos creyendo que si esto se trataba de un mal sueño, terminaría en cuanto despertara.

Trague el enorme nudo que tenía en mi garganta y las lágrimas siguieron resbalando por mis mejillas, dándome cuenta de lo ridículo que parecía ese pensamiento, pero cualquier cosa parecía mejor que ver la realidad tan triste que se desplegaba frente a nosotros.

Cuando volví a abrir los ojos, Chanyeol sostenía una de las manos de su padre cerca de su rostro y cabizbajo, murmuraba cosas que no lograba escuchar, mientras Sanghee lo reconfortaba tomándolo por los hombros.

Estaba demasiado conmocionada, lo suficiente como para no saber qué hacer o decir. Hasta que mi mente reparo en el hecho de que no volveríamos a verlo nunca más, no escucharíamos su voz, ni veríamos su sonrisa llena de fortaleza y nadie más nos aconsejaría con tanta sabiduría como lo hacia él.

Paso tras paso, me acerqué a la cama de Taewon por el lado contrario y también tome su mano.

—No era el momento—susurré apenas. Chanyeol me miró con los ojos enrojecidos y cristalizados—. Veríamos el amanecer juntos. ¿Lo olvidaste? —la voz de me quebró—. ¿Cómo pudiste olvidarlo?

Me incliné a él para abrazarlo y no pude sentir su respiración, tampoco escuche los latidos de su corazón. Los sollozos aumentaron.

— ¡Aun no puedes irte!—no supe cuando Chanyeol llego a mi lado y trato de sujetarme—. ¡Aún no!

—Cariño, ven conmigo—murmuró el castaño con dolor antes de atraerme contra su pecho y abrazarme fuerte.

Lloré sin contenerme aunque sabía que no estaba siendo de ayuda, pues debería ser yo quien estuviese consolándolo y no al revés.

Taewon no era mi padre y mucho menos de mi familia, pero se había ganado mi respeto y cariño por sus amables y desinteresadas acciones para con mi padre y conmigo.

Chanyeol acaricio mi cabello suavemente y justo después nos llevó al exterior de la habitación con Sanghee siguiéndonos. Cuando logre regresar a mis sentidos, me aparte un poco y me limpie el rostro con las manos para poder verlo.

—Lo siento mucho—murmuré con voz nasal—. De verdad lo siento—él acuno mi rostro entre sus manos y con la cercanía pude ver el dolor reflejarse en sus ojos cristalizados.

Chanyeol cerró los ojos, dejando caer las lágrimas entre nosotros y eso me rompió por completo. Él no había llorado ni siquiera cuando su padre estaba grave en el hospital. Apoyó su frente contra la mía y aspiro con dificultad. Lo abracé con fuerza y ambos permanecimos de esa manera hasta que Sanghee regreso con los paramédicos detrás de ella.

Lo que paso después parecía una densa neblina difícil de disipar. Se notificó el desafortunado acontecimiento a Baekhyun, a mi padre y a Suho; y después de ello la noticia se supo en toda la ciudad.

Con todo y la tristeza que significaba hablar de ello, cuando Baekhyun llego a la casa, Sanghee les propuso que cremaran el cuerpo de su padre y enterraran las cenizas en el jardín, ya que ese era su lugar preferido de la casa y ambos aceptaron sin pensarlo mucho.

El ver a Taeyeon de nuevo me hizo recordar en lo que seguía después de esto. Sin Taewon a nuestro lado, Chanyeol era totalmente libre para concluir con nuestro matrimonio.

Era increíble que el sufrimiento no concluyera con el adiós a Taewon, sino que también tenía que decirle adiós al amor de mi vida.

Sostuve con más fuerza el brazo de Chanyeol, quien parecía no prestar mucha atención a su hermano y a su esposa, mientras estábamos en la entrada recibiendo a las personas que llegaban a darles el pésame y a despedirse de Taewon.

What if... (EXO Chanyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora