Hades

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------------------Miranda------------------

Jack me llevó a mi casa y le pedí un poco de tiempo solas, necesitaba meritar todo lo que había sucedido y me quedé en mi habitación allí parada viendo al marco de una pequeña yo con sus padres pescando en un viejo bote...realmente era una vieja yo. 

Era como si mi madre siguiera conmigo a mi lado, mirándome con el ceño fruncido por lo que había hecho, podía respirar su desepción desde los cielos. 

Dí un paso atrás y topé con algo, asustada voltee a ver qué se encontraba detrás mío y casi grité al ver a Agnes modelando una perfecta sonrisa como siempre. Mi sangre se me fue de la cabeza por un segundo y abrí los ojos simulando no estar paranoica.

- Hola Miranda.-Saludó.- Hace tanto sin vernos.

- Es una broma ¿Cierto?- Entre cerré los ojos.- Toma asiento, me inquietas.

- ¿Te inquieto?- Se burló mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.

- Sí.- Confesé con dureza.- Has tratado quemarme las muñecas dos veces, Agnes, me odias y me puedes matar en cualquier momento, ¿Cómo no inquietarme por tu culpa?

- Tienes razón.- Me apremió con una sonrisa más tétrica, aunque yo sé que cualquier chico la encontraría atractiva. 

- No sé porqué me odias tanto.

- Lo sabes.- Dijo cortante.

- En realidad no sé, tienes todo lo que yo no tengo... por un demonio, eres una diosa, eres bella, inmortal, fuerte, apuesto a que también talentosa, puedes tener a cualquier chico que deseas, e ir a donde quieras.

-Pero tú tienes algo más importante aún.- Me fulminó con la mirada.

- Es cierto, tengo algo más importante que todo el dinero del mundo, o linda ropa o una linda cara, yo tengo a Jack... ¿cierto?

- No por mucho linda.- Alardeó con una sonrisa menos amistosa apretando los dientes y tragué saliva.- La verdad es que Jack me ha roto el corazón, ¿Sabes cómo? Hace no mucho mató a mi hermano junto a su amigo Eros.- Ví su mirada fuerte decaer.

- Dios, eso es terrible.- Solté imaginándome lo horrible que sería eso, Agnes era una perra, y me las había hecho pasar mal pero nadie merece tanto dolor. 

- Lo es.- Habló melancólica.- ¿Lo imaginas? Eliminó a mi hermano, ni siquiera todo el amor que le tenía a Jack es suficiente para perdonar semejante atrocidad.

- Lo lamento... realmente lo hago, pero si no te molesta, te pido que te vayas.- Me acerqué a la puerta de mi cuarto y la abrí. 

- Lo haré por ahora, pero recuerda Miranda, Jack no es quién dice ser y cuando te des cuenta de eso, me agradecerás haberte advertido.- Dijo voz baja y se levantó de la silla, caminó a pasos lentos hacia la puerta y salió. 

-----------------------Jack-------------------

Como de costumbre, veía la casa de la joven desde el árbol, acostado en una rama volteaba de vez en cuando para ver si pasaba algo malo pero nada. Levanté un poco la cabeza y a los minutos ví a Agnes salir de la casa de la chica, de pronto me paré de la rama y bajé del árbol como pude para llegara dónde Agnes se econtraba pero fue muy tarde, la maldita se había esfumado dejando unos polvos azules por el suelo de concreto. Quise buscarla para interrogarle porqué estaba en casa de Miranda pero me llamó más la atención un chico de estatura normal que portaba ropa de marca caminando a la casa de la chica. Lo miré sin querer mal interpretar las cosas antes de tiempo pero cuando se acomodó el cabello y tocó la puerta de la casa hizo que mis cinco sentidos reaccionaran distinto.

El hijo de Hades: El dolor nunca fue tan hermoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora