Antes perdido que encontrado

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Comenzaba a sentir que el chico me estaba acosando un poco, pero aunque suene patético, en esos momentos era agradable tener a alguien cerca de mí. Le saludé con la mano y me acerqué con lentitud. Jack tenía una sonrisa muy pequeña pero muy notoria y como siempre, una ropa muy oscura.

- Creo que he sido inoportuno, aún te faltan unas cuantas clases.- Dijo apuntando el horario que se encontraba pegado en la enorme pared color crema.

- Sí, bueno, no sabía que tu no vas a la escuela a menos que vayas de tarde.

- Tengo un titular personal.- Comentó con una ligera risa, no entendía cómo podía estar sonriendo y riendo casi todo el tiempo y lucir aún así imponente. 

- Eso ha de ser genial... en fin.- Divisé a mi amiga Grecia viniendo a nuestra dirección con esa típica cara de una madre cuando te cacha de picarona. Venía con tanta prisa que temía que se cayera.

- Miranda, ya tenemos que ir a la otra clase.- Grecia murmuró mientras tomaba mi brazo, pero levantó la voz al ver a Jack.- Hola, un gusto.- Le tendió la mano y Jack la tomó algo frío.-.Soy Grecia, amiga de Miranda

- Lo supuse. -Dijo algo serio pero rápidamente recobró su buen humor.- Es bueno saber que Miranda tiene amigas que le levanten el ánimo

Reí nerviosa y Grecia asintió con una sonrisa de oreja a oreja, conocía a esta chica, era mi mejor amiga, pero por Dios, odiaba que fuera tan obvia, Jack le atraía y no la culpaba, el chico no era nada desagradable de mirar pero me daba algo de pena.

- Oh créeme, yo principalmente la cuido muy bien.- Alardeó Grecia.

- Jack, quizá te veo luego, tengo clases, como tú lo dijiste, fuiste algo inoportuno. - Dije con una risa en mi boca, por favor trágame tierra.

- Genial, yo paso por ti al rato, cuídate tramposa.

- ¿Tramposa?.- Me pregunté más para mí misma.

Jack se rio y se acercó un poco a mi oreja, entre cerré los ojos dudosa y entonces susurró con una voz divertida -Sé que hiciste trampa en el examen, esas manchas azules eran tentadoras en las respuestas.- Me paralicé. Jack se separó y con una última risa comenzó a salir de la escuela. 

A partir de ese momento Grecia no paraba de verme raro, genial, otra persona intentando descifrar mi cara. Estábamos en clase de artes y para decir verdad, yo era un asco con el pincel, los colores pastel, el lápiz, con todo, en cambio Grecia, tenía un don y hacía cosas muy dignas de llamarles arte. 

Miraba a mi horrible retrato de Hades con asco, si fuera pintora, moriría de hambre, eso era seguro. Hacía pinceladas tontas en mi lienzo y entonces Grecia se acercó con los brazos cruzados y riendo por lo bajo.

- No entiendo porqué haces pinceladas donde sea, así nunca mejorará.- Me dijo quitándome el pincel con tranquilidad.

- Tú eres una jodida artista, y mis pinturas no se pueden mejorar y mucho menos empeorar.- Grecia me ignoró y comenzó a darle unos toques diferentes a mi retrato, el salón blanco con piso de madera estaba silencioso y sólo se escuchaba el sonido del pincel que sostenía mi amiga chocando con el lienzo. Observé y me di cuenta de que los milagros existen, mi retrato de Hades se había convertido en algo hermoso.

- Grecia, eres una hada madrina.

- Lo sé.- Reí y ella lo hizo igual. - Ahora dime, ese chico de hace rato, lo recuerdo, fue a mandarte a hablar en el salón el día de...ya sabes.- Oh, sí...ese día.

- Sí, mira, sólo es un nuevo amigo, antes de ese día ni siquiera lo conocía, apenas ayer tuvimos nuestra primera salida como amigos.

-.Ah, pues es muy guapo, creo que se verían bien juntos.

- Creí que te gustó para ti.- Dije todavía viendo la pintura.

- No, me gustan los chicos atractivos, pero me encantan los que visten de un color más alegre, tu amigo tiene pinta de usar puros tonos oscuros, no va conmigo.

- Supongo que el negro es un color feliz para él.- Solté y me encogí de hombros.

- No se ve que sea de esa clase de personas que sonríen mucho.- Confesó Grecia.

- Jack es muy alegre, puede que no me creas pero sonríe tanto que me sorprende cómo no le duelen las mejillas.

Grecia rio mirándome raro y seguí con mi trabajo, aunque temía arruinar los lindos detalles que mi amiga había hecho. 

Me quedé pensando en lo que Jack me había dicho sobre el examen y las manchas azules, no entendía nada, no sabía porqué mis instintos me dijeron que esas manchas eran una "señal", tampoco sabía porqué elegí esas respuestas coloreadas y mucho menos sabía cómo Jack sabía sobre eso. Era muy curioso, pero últimamente pasaban cosas muy raras.

Al finalizar las clases, mis amigas Ericka, Aeris, Grecias y yo, decidimos ir por una nieve en la plaza principal de Ayrton y platicamos sobre las típicas cosas que le interesan a una chica, como cantantes, modelos, revistas, películas y demás. Era muy fácil ver que ellas solo querían animarme y distraerme por lo de mis padres y eso me conmovía. 

Cuando todas tuvieron que irse a sus casas, me fui a mi nueva casa y en la puerta vi recargado a Jack. Me detuve alentando el paso mientras me acomodaba mejor la mochila en la espalda y el chico se paró derecho.

- Te dije que iría por ti a la escuela, me decepcionó no encontrarte.- Dijo Jack y antes de que yo pudiera decirle algo, me tendió con su mano un papelito doblado. Era muy grueso y blanco, lo desdoblé y venía otra frase "Antes perdido que encontrado".

El hijo de Hades: El dolor nunca fue tan hermoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora