Un mal presentimiento

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-------Miranda---------

No pude contener un grito y desperté de mi pesadilla agitada, toqué mi pecho para sentir los latidos de mi corazón y suspiré aliviada. 

Estaba volviendome loca... claro que sí. Miré a un lado mío y me sobre salté cuando reparé a Eros sujetando su arco parado justo en la ventana, el dios caminó hacia mí con una ligera risa y bajó la flecha. 

- Me asustaste, creí que había ocurrido algo malo.- Dijo sentándose al borde de mi cama. 

- Sólo tuve una pesadilla.-Murmuré recuperando mi ritmo cardiaco.

- Los humanos tienen muchas pesadillas.

Me levanté de la cama y me senté poniendo la silla del escritorio frente a Eros. 

- ¿Dónde está Jack?

- Está en su cuarto, durmiendo, por eso cuando gritaste vine... no ha sido una buena noche para él. 

- Entiendo.-Sobé mis sienes y el dios examinó toda mi habitación.

- ¿Tú dónde estabas? ¿No dormías?- Pregunté.

- No, yo vengo de una pequeña caza, diez dioses novatos todos hijos de Démeter y una de Ares, estaban jugando a pasarse la pelota.

- No suena que fuera tan malo.

- La pelota era un chico.-Soltó entre risas.- El pobre estaba inconsciente, o quizá la hija de Ares ya le había matado, la verdad es que no lo sé.

- ¿La hija de Ares era Agnes?- Pregunté y él abrió sus ojos más de lo normal.

- Lo era, verás... cuando Jack y Agnes eran muy chicos sólo se tenían el uno al otro, no te digo que haya sido un romance, simplemente que entre ellos se entendían y hacían sus típicas travesuras de niños juntos todo el tiempo, él es dios de catástrofes y turturas y ella era hija del dios de la guerra, algo completamente violento así que siempre compartieron intereses comunes.

- ¿Cómo matar? ¿Turturar? 

- Puede ser.- Se paró de la cama y caminó a mi escritorio, tomó una libreta y se puso a hojearla.- Pero créeme, Jack ha cambiado mucho.

- Te creo, nunca he visto a Jack matar a alguien, ni siquiera puedo imaginarlo.-Reí amargamente y el dios se quedó absorto en una hoja de la libreta, hubo un silencio y después Eros caminó a mí con el cuaderno en la mano.

- Jack no quiere que le veas así, como un asesino, tampoco quiere que lo veas como un dios.

-¿Entonces cómo? ¿Cómo quiere que lo vea?

-Tú dime.- Suspiró cansado y me entregó el cuaderno abierto en la hoja que estaba viendo, era un lindo dibujo, estaba bien hecho, pensé....hasta que me dí cuenta de que la chica dibujada era yo.- Al parecer el pobre chico ha pasado mucho tiempo viéndote sin descanso, ha guardado en su cabeza cada detalle de ti.

---------------------------------Jack-------------------------

Me desperté como si tuviera una cruda, el dolor de cabeza era infernal y mis ojos estaban rojos de tanto tallarlos. Estaba siendo débil, pero no podía permitirme el ser así, entonces recuperé mi fuerza en segundos y tomé una toalla del closet para ducharme. 

Cuando ya me había duchado y cambiado, decidí dar una vuelta por el bosque, era la tranquilidad que deseaba. Pisaba las hojas secas y su crujir, además de los pájaros... era todo lo que escuchaba. En lo alto de un árbol yacía una manzana, levanté mi mano para agarrarla y antes de poder tomarla, alguien más la tomó. Bajé la mirada y ví frente a mí a la diosa de ojos azules sosteniendo el fruto en su mano.

El hijo de Hades: El dolor nunca fue tan hermoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora