V: Misión Kakashi

10K 951 43
                                    

Miro por las afueras de la escuela verificando que nadie esté cerca. Al ver que no hay nadie salgo de mi escondite para ir al monte. "Tengo que lograr que dejen de dar clases pero ¿Cómo?" Mientras me adentro más en el monte pienso en lo que puedo lograr hacer con solo una camisa.

—Tengo que pensar esto bien. — me digo a mi misma sentándome en el suelo húmedo del monte, con mi mochila sujetándola como si fuera mi vida.

Me acuesto en el suelo y cierro mis ojos para pensar mejor. "Debo de lograr que los alfas puedan olfatear la esencia, pero no debo de ser yo la que acerque la camisa." Frunzo mi ceño imaginándome cada cosa que puedo hacer. Hago un sonido de desespero abriendo mis ojos dándome cuenta que esto no será tan fácil como lo había creído.

Escucho un riachuelo a lo lejos, me levanto y sigo el sonido encontrándome un hermoso paisaje. El agua cristalina fluye tan libremente y puedo olfatear lo pura que es. Lo peces nadan como si estuvieran danzando.

—Mama mira peces. — me llegan imágenes a mi mente de cuando entrenaba con mi bisabuela.

—Estudia lo que hacen Iris, de los animales debes de aprender muchas cosas. — miro el reflejo que hace el riachuelo esperando a que el rostro de mi bisabuela se asome junto al mío.

Cierro mis ojos alejando esos recuerdos de mi mente. Esos años... no los recuerdo tan bien. Tal vez es por el dolor que sentí en ese entonces. El sentir estar vacío, no tener el poder de cambiar las cosas o retroceder el tiempo o... simplemente convertirme en un lobo.

—Estudia a los animales, Iris. — me aconsejo a mí misma mirando otra vez el riachuelo.

Miro fijamente el riachuelo por unos minutos para aprender algo nuevo para este misión que ya la estoy encontrando imposible. Los minutos pasan y me siento en la orilla del suelo algo cansada. Hasta que observo como un pez dorado toma una gran hoja que está en el fondo del riachuelo, este no puede solo y vienen otros a arrancar partes de la hoja. Haciendo que la hoja que atascaba en su camino ya no este.

—¡Ya se! — grito levantándome.

No tengo que ser yo la que tenga que acercar la camisa. Además necesito que el olor aparezca en varios puntos de la escuela. Necesito a unos seres pequeños, rápidos y escurridizos. Algo tan pequeño que pueda pasar por todos lados.

Escucho un sonido pequeño y observo como un ratón me mira con curiosidad desde la entrada de su madriguera. Este hace unos sonidos tratando de comunicarse conmigo, pero ya no tengo la habilidad para entender animales. Me acerco al ratón lentamente haciendo que este me mire con sus orejas levantadas, alerta a que yo pueda hacer algo.

—Mm, hola. — lo saludo sintiéndome algo rara. Este solo me olfatea tranquilo, siento que conoce o algo. —Necesito tu... — mientras me acerco veo que hay varios ratones en la madriguera. —Necesito su ayuda. — aclaro y estos asientes haciendo que sonría.

Cuando era pequeña podía entender a los animales a la perfección y hasta poda escuchar a los licántropos hablar entre ellos. Pero por alguna razón ya no puedo, solo tengo algunas memorias de cuando podía hablar con ellos. Tal vez me lo imaginaba o algo, no tengo la memoria de cuando perdí la conexión con ellos.

Estiro mi mano lentamente y observo como mi energía azul sale ligeramente de mi mano para conectarse con el pequeño ratón. Este se gira haciendo que me congele por completo, para no asustarlo. Este hace un sonido y de repente todos los ratones salen hacia afuera rodeándome.

—Gracias. — les agradezco sonriendo y mirando sus pelajes de color plata.

Busco la mochila y saco la camisa con mucho cuidado ya que si el viento sopla hacia la dirección de la escuela estaré frita. Todos observamos la camisa, parece que la tengo que sacrificar. "Lo siento." Digo en mi mente pensando en el vampiro. La hago trizas y le amarro un pedazo a una pata de cada ratón.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora