XXXVI: Cambio

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—¿Yo? — pregunto mirando hacia atrás, como toda una boba. Siento como me dan en la cabeza, me quejo y me sobo rápidamente.

—Claro que tú, no hay nadie más. — me contesta con actitud.

—No puede ser, mi bisabuela murió hace años. Yo misma vi como... — me callo antes de decir algo que no debo. —Solo sé que está muerta.

La sabia me mira con detenimiento. Sus ojos y sus cejas... trago ya dudando. Luz se posa en mi hombro y nos mira ambas, esperando algo que no entiendo.

—¿Quién dijo que soy esa bisabuela? — cuestiona, haciendo que me sienta más confundida. —Se supone que tengas dos bisabuelas. — alza un brazo y dice —Una de parte de madre... — alza el otro brazo —y otra de parte de tu padre. — me quedo en esta de shock, mi mente toma luz.

—Por eso te pareces tanto a mi... — comento con la boca abierta, esta asiente sonriendo.

—Exacto, soy hermana de Faustina y abuela de tu padre. — Marco nos mira sin entender, para luego señalar mi bisabuela de parte de padre.

—Entonces si ella es tu bisabuela y hermana de tu bisabuela... —me mira asombrado y yo asiento.

—Sí, mis padres son primos. — le respondo algo abochornada y mi querida bisabuela sabia asiente feliz. —Entonces tú fuiste la que rechazo ser la Alfa y nos hiciste creer que moriste o que se yo. —la miro mal y sin confiar en ella, haciendo que se sienta culpable.

—Mi labor no está en ser alfa. Dios le tiene algo a cada persona y esta es la mía. — camina hacia una cabaña y nosotros nos quedamos en el mismo sitio. —¿Qué esperan? Síganme.

Sigo sin confiar en ella. Marco da el primer paso y lo sigo corriendo. Ya con cuatro pasos el dragón llega a la cabaña y yo llego toda fatigada.

—Eso es trampa. — comento sin aire y sigo a la sabia. —Entonces te llamas María ¿no? —cuestiono llegando al lado de la sabia y miro cada facción de ella, ya que es casi igual a mi otra bisabuela.

—Eso es correcto, ese es mi nombre. — me responde.

—Dicen que nunca sacabas a tu loba como tu hermana. — comento casi en un susurro, alzo mis brazos y los dejos reposar en mi cabeza. Siento como me dan en el estómago, haciendo que me quede sin aire.

—Odio que me comparen con otras personas. —comenta y sigue caminando como si nada.

—Sí, son familia. — comentan a la misma vez Luz y Marco, haciendo que los mire mal.

Luz sale de su escondite y se posa en el hombro de la sabia. Estas se miran como si se conocieran, pero no dicen nada. Me quedo detenida sobando mi dolor horrible.

—Síguela, Iris, quiero saber más sobre tu familia rara. — comenta Marco, rascando su cuello.

—No tenemos tiempo para eso. Están buscando a Arco ¿no? — pregunta dejándome congelada al escuchar su nombre.

Mi bisabuela me mira esperando una respuesta, quiero decir que sí. Pero ahora que estoy cerca de lograr mi misión tengo miedo. No sé si pueda verlo de verdad...

—Si. — contesta Luz por mí.

Trago al escuchar su respuesta. Entramos a la cabaña y veo lo cálida que es. Marco solo mete su enorme cabeza por una ventana.

—Bien, es mejor que se conozcan desde ya. — me pongo nerviosa al escuchar eso. —Tienes que sincronizarte con él para luego sacar sus verdaderos poderes.

—Espera, solo tengo que encontrarlo y ya. — hablo algo alterada, haciendo que me vean con inseguridad. —Digo, no creo que me tenga que involucrar más en este mundo. — comento disfrazando mis nervios.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora