Alfa Iris: Buscando Mi Otra Mitad

XXXX: Mi otra mitad

Mi vista se enfrenta con un paraíso lleno de vida. Veo mientras me acerco a un territorio nuevo un bosque hermoso, lleno de pinos, vida y.... color. Hace un viento fresco, puro y único.

—Se nota que ahí este Arco. — comenta Luz emocionada.

—¿Tu crees? — pregunto nerviosa.

—Claro que sí, siente este aire tan puro y lleno de vida.

Entre mas pasos doy, mas nerviosa me pongo. Me detengo en un punto, hay un territorio de lobos salvajes aquí. Mi corazón late a por mil. Aunque se sienta el lugar puro, no se porque tengo nostalgia y presiento que paso algo horrible en estas tierras. Se que aquí ha pasado la guerra por tierras fértiles, pero eso ha pasado hace miles de años.

—Es territorio de lobos salvajes. — le notifico a Luz.

—Eres Iris, puedes entrar. — me contesta, yo dudo. —Te están esperando, te lo aseguro.

Trago y doy un paso en el territorio. El viento me da una bienvenida cálida. El césped es suave, siento como mis garras se hunden en la tierra. Hasta tengo ganas de restregarme en el suelo.

—Ni lo pienses. — amenaza Luz caminando por mi nuca y deteniéndome de hacer el acto. —Estamos cerca de él, tenemos que llegar ya.

Asiento, corro más rápido sintiéndome conectada a esta tierra.

—Miren... Arco se hizo más pequeño. — escucho como alguien dice detrás de mí haciendo que me detenga en seco. Me acerco a ellos con cautela, pero atenta.

—¿Saben dónde está Arco? — les pregunto a un grupo de lobos jóvenes logrando que se miren confundidos para luego mirarme.

—Arco no nos asustes... — comenta uno, pero otro lo interrumpe dándole con una pata.

Me miran mejor con las orejas hacia atrás dándome a entender que no están confiados.

—No puede ser él. — dice el que interrumpió, la loba que esta a su lado asiente estando de acuerdo.

—Es cierto hermano, este lobo tiene los colores más vivos, tiene algo en su oreja y es pequeño. — confirma la cachorra con su hermano.

—Mira quien lo dice que es pequeña. —le gruño un poco.

—Yo espero cualquier cosa de Arco... — dice el primer lobo que hablo. Los otros dos lo miran para que se calle. —Bien, si no es el... — pone actitud de arrogancia. —Entonces es Iris.

Los hermanos de repente levantan sus orejas dándose cuanta que lo que dice es correcto.

—Es ella. —confirman ambos a la misma vez.

Las colas de los hermanos de mueven descontroladamente de la emoción. El que habló con arrogancia se sorprende y niega.

—No puede ser ella. Iris tiene que ser una humana, para ablandar el corazón de Arco, una loba pequeña no puede hacer nada. — dice el arrogante, haciendo que la loba color chocolate cubra sus pecas crema de su rostro con una pata abochornada.

—Ay eres un tonto. — se deja de tapar el rostro y lo miro a la cara —¿Te olvidas de los espíritus la otra noche? — pregunta la cachorra haciendo que el lobo lo piense.

—No... —empieza a hablar, pero lo interrumpo y voy al punto.

—Si soy Iris y busco a Arco. — les aclaro a todos.

—I-i-iris. — el lobo arrogante salta sobre sus cuatro patas junto a un sonido de asombro.

La cachorra corre hacia donde mí y me salta encima.